Messi ahuyenta los complejos
El delantero se zafa de la sombra de Maradona para asumir la responsabilidad y "explotar" definitivamente con Argentina
Diego Armando Maradona y Lionel Messi se disputan el protagonismo, los titulares y el coraz¨®n de los argentinos d¨ªas antes de que la selecci¨®n albiceleste inicie, el pr¨®ximo s¨¢bado, ante Nigeria, su particular Mundial. Por ahora, La Pulga gana al entrenador por diez a dos en la atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n. Es el momento de la verdad y, como siempre, los verdaderos protagonistas, los ¨ªdolos, son los jugadores y no los t¨¦cnicos por muy famosos que hayan sido o sigan siendo. Messi, por primera vez, ha asumido esa responsabilidad y ha exigido, con desparpajo, que todos los focos se desv¨ªen hacia ¨¦l: "Voy a explotar. Me encantar¨ªa ganar el campeonato y ser el m¨¢ximo goleador", lanz¨® el pasado viernes, con una arrogancia juvenil desconocida hasta ahora en el barcelonista.
El barcelonista desea salir del campeonato como el nuevo dios de su pa¨ªs
Pero una cosa es el f¨²tbol mundial y otra Argentina y Maradona. El Pelusa sigue teniendo algo que Messi todav¨ªa no ha logrado: el coraz¨®n de sus compatriotas. Basta ver los blogs y los comentarios de los hinchas para sentir que muchos admiran al jugador del Barcelona, que se declaran orgullosos de que juegue en la selecci¨®n nacional, pero que no le sienten como suyo. Quiz¨¢s porque Messi se fue de Argentina con 13 a?os, antes de haber jugado en alguno de los equipos grandes del pa¨ªs; quiz¨¢s porque en los 11 partidos que ha disputado con Maradona como seleccionador solo ha logrado tres goles y, adem¨¢s, con un juego m¨¢s bien trist¨®n.
Messi sigue siendo una inc¨®gnita para muchos argentinos. Este Mundial es su ocasi¨®n de hacerse querer, de hacerse adorar en Argentina. Si no se convierte en la estrella, nadie echar¨¢ la culpa a Maradona por no haber sabido arroparle y darle un esquema de juego con el que pueda triunfar, sino al propio Messi y a su pretendida falta de car¨¢cter. De este Mundial saldr¨¢ Messi con una hinchada argentina propia, que todav¨ªa no ha conseguido, o desterrado para siempre del coraz¨®n albiceleste por muchos trofeos europeos que conquiste o por muchos Balones de Oro que reciba a lo largo de su carrera profesional.
"Tendr¨¢ que hacerse cargo de los desbarajustes en el campo. Messi es la esperanza real de Argentina, pero sabe que va a tener que jugar en un camino arado, no en la autopista que le tiende el Barcelona", explica Ezequiel Fern¨¢ndez Moores, uno de los comentaristas deportivos m¨¢s admirados del pa¨ªs. En eso consiste el car¨¢cter que se le exige: en ganar aunque no est¨¦ rodeado de los mejores jugadores o no tenga el t¨¦cnico m¨¢s h¨¢bil del torneo. Eso es lo que lograba Maradona: hacer ganar a equipos medianos o directamente malos, como el N¨¢poles, o a seleccionadores problem¨¢ticos porque ¨¦l solo era capaz de marcar la diferencia.
La verdad es que Messi necesita a Maradona para que le ayude a jugar bien y salir de Sud¨¢frica convertido en un dios argentino, pero Maradona tambi¨¦n necesita a Messi para apuntalar su d¨¦bil trayectoria como seleccionador y lograr el reconocimiento como t¨¦cnico. Una victoria en el Mundial, impensable si Messi no juega como los ¨¢ngeles, permitir¨ªa recuperar a Maradona lo que siempre ha necesitado m¨¢s en su vida: el estrellato activo y la adoraci¨®n rendida por parte de sus seguidores.
"?C¨®mo no voy a querer que Messi gane el Mundial?", aseguraba Maradona a su llegada a Pretoria. El entrenador lleva d¨ªas deshaci¨¦ndose en elogios hacia su jugador: "Me embeleso mir¨¢ndole. No se le puede comparar con nadie". ?Qu¨¦ le aconseja?, le pregunt¨® un periodista. "Habl¨¦ mucho con ¨¦l. Le cuento lo que me pas¨® a m¨ª. Como me sent¨ªa yo".
Son muy distintos y, sobre todo, a Messi le cuidan el Barcelona y Pep Guardiola, un apoyo que nunca tuvo, para su desgracia, Maradona. Y, en el ¨²ltimo segundo, El Pelusa recuper¨® toda su picard¨ªa: "Mir¨¢, as¨ª vamos a conseguir que se acabe la pol¨¦mica Maradona-Pel¨¦".
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