Escasa incidencia de la primera huelga a Zapatero
Los sindicatos apenas logran movilizar a los funcionarios en la protesta convocada contra los recortes salariales
La cuarta huelga de la funci¨®n p¨²blica de la democracia comenz¨® en Catalu?a y en Andaluc¨ªa con un fundido a negro en las televisiones auton¨®micas, como en la huelga general de 1988 que par¨® Espa?a. Pero no hubo m¨¢s similitudes. Aunque el recorte del 5% en los salarios de los funcionarios constituye la mayor afrenta de todas las que han provocado huelgas anteriores en Espa?a, el golpe de tim¨®n en las retribuciones de empleados p¨²blicos no moviliz¨® lo suficiente para convertir en ¨¦xito la primera huelga contra el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Con la escasa incidencia registrada, la huelga fracas¨® en su intento de paralizar los servicios p¨²blicos del pa¨ªs, lo que pone en aprietos una futura convocatoria de una huelga general.
El Gobierno cifr¨® el seguimiento en el 11,85% de los convocados
Las medidas de ajuste, avaladas ya por el Congreso, no tienen vuelta atr¨¢s
Un paro en la funci¨®n p¨²blica sin que se detenga el transporte pierde impacto. Y eso es, entre otras cosas, lo que ocurri¨® ayer. Los autobuses, el metro y los trenes funcionaban con normalidad en la mayor¨ªa de ciudades, salvo los retrasos registrados en el AVE Madrid-Sevilla. Eso se tradujo en normalidad en las calles, excepto por donde discurr¨ªan las concentraciones. El paro, convocado por los tres sindicatos mayoritarios de la funci¨®n p¨²blica (UGT, Comisiones Obreras y CSIF) bajo el lema P¨¢rate, no a los recortes salariales y sociales, tampoco recibi¨® el apoyo de sindicatos gremiales, con gran presencia en sectores como la sanidad.
Solo un 11,85% de los funcionarios, seg¨²n datos oficiales del Gobierno, secundaron la huelga. A esa cifra, referente solo para la Administraci¨®n central, se sumaron las de las comunidades aut¨®nomas, con un tono muy similar. Por ministerios, el mayor seguimiento se produjo en el de Ciencia y Tecnolog¨ªa (21,87%) y, el menor, en Vivienda (2,6%). La secretaria de Estado de Funci¨®n P¨²blica, Consuelo Rum¨ª, insisti¨® en que la cifra obedec¨ªa a "procedimientos objetivos de c¨¢lculo". Los sindicatos elevaron sus estimaciones al 75,3% de los convocados y criticaron a Rum¨ª por los datos ofrecidos.
Los empleados p¨²blicos se enfrentaban a una dif¨ªcil decisi¨®n. Contra el descontento que han podido acumular en apenas un mes, al saberse los principales afectados de las medidas de austeridad, jugaban dos aspectos que disuad¨ªan de acudir a la huelga. Por un lado, las posibilidades de que el Ejecutivo d¨¦ marcha atr¨¢s en su decisi¨®n de recortar los salarios son nulas. El decreto, ya refrendado en el Congreso, constituye la carta de presentaci¨®n de Espa?a ante el mundo como garant¨ªa de que se reducir¨¢ el d¨¦ficit p¨²blico. Por otro lado, dejar de trabajar un d¨ªa supone una merma salarial que se suma a la media del 5% ya aplicada en el mes de junio. Ser¨ªan dos mazazos en un solo mes y con poco tiempo para encajarlos, pues tanto la rebaja de sueldo como la huelga se han producido en este periodo.
El aspecto econ¨®mico explica que fueran m¨¢s visibles las manifestaciones celebradas en las principales ciudades que la ausencia de funcionarios en sus puestos de trabajo. Algunos confesaron que no hab¨ªan secundado el paro pero s¨ª hab¨ªan protestado en las calles.
La escasa acogida de la protesta de ayer pone en entredicho la amenaza de huelga general. Los sindicatos mayoritarios han afirmado por activa y por pasiva que, si la reforma laboral que el Gobierno piensa aprobar por decreto el pr¨®ximo 16 de junio sale sin consenso y lesiona los derechos de los trabajadores, recurrir¨¢n a su herramienta m¨¢s dura, la huelga general. Pero ayer los convocantes apenas aludieron al paro general y el l¨ªder de UGT, C¨¢ndido M¨¦ndez, neg¨® que la jornada de ayer fuese "un ensayo de huelga general". Su hom¨®logo en CC OO, Ignacio Fern¨¢ndez Toxo, advirti¨®, eso s¨ª, de que la convocar¨¢n si hay una reforma laboral lesiva. "Que no quepa duda", proclam¨® en la manifestaci¨®n de Madrid.
Antes de las protestas de la tarde, los sindicatos comenzaron calentando motores con una concentraci¨®n frente al lugar que simboliza los planes de austeridad, el Ministerio de Econom¨ªa. A las 11 de la ma?ana, los funcionarios se concentraron a las puertas, en la madrile?a calle de Alcal¨¢. "?Que nos oiga la ministra!", jaleaban desde la tribuna a las cerca de 2.000 personas que se congregaron con banderas de CC OO, UGT, CSI-CSIF, USO y de la Confederaci¨®n. Sus gritos compet¨ªan con los de "Zapatero, dimisi¨®n".
Los convocantes estaban satisfechos con el seguimiento de la convocatoria. "Resultado positivo" fue la expresi¨®n que utilizaron los responsables de la funci¨®n p¨²blica de CC OO y UGT, Enrique Fossoul y Enrique Lacuerda, respectivamente. Para el primero, el fundido a negro de Catalu?a y Andaluc¨ªa daba medida de que la convocatoria hab¨ªa tenido un impacto importante y critic¨® al Gobierno porque, dijo, "se ha dedicado a meter unas empresas y sacar a otras" del recorte salarial y eso, en su opini¨®n, pod¨ªa haber reducido bastante la participaci¨®n.
El Gobierno expres¨® su "respeto" a los sindicatos, a los huelguistas y a los manifestantes.
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