Los sindicatos dudan de que triunfe una huelga general

En la superficie, el discurso de los l¨ªderes sindicales tras la ruptura de las negociaciones para pactar una reforma laboral no ha cambiado. La huelga general sigue a la espera de conocer el contenido del decreto que se aprobar¨¢ el 16 de junio. As¨ª lo record¨® el l¨ªder de UGT, C¨¢ndido M¨¦ndez; tambi¨¦n Francisco Carbonero, el responsable de CC OO en Andaluc¨ªa, una de las organizaciones m¨¢s importantes del sindicato. Pero lo cierto es que tras el ensayo fallido del pasado martes el escenario ha cambiado. M¨¢s todav¨ªa si se tiene en cuenta que la ruptura de las negociaciones abre la puerta a un decreto duro que puede acabar conduci¨¦ndoles a convocar una huelga que en ning¨²n momento han querido.

La impresi¨®n es que la ciudadan¨ªa no est¨¢ por una respuesta masiva

"Las huelgas se hacen para tener ¨¦xito", dice un dirigente sindical

"Para convocarla hay que tener en cuenta tres cosas: las razones, las condiciones y c¨®mo se administra el resultado", reflexionaba un alto l¨ªder sindi-cal ayer. Razones, a su juicio, no faltan.

Para llegar a las condiciones, hay que esperar a conocer la reforma laboral definitiva. Que no haya acuerdo deja las manos libres al Gobierno para elaborar un decreto que reduzca los costes del despido, como apunt¨® ayer Zapatero. Y de las negociaciones parlamentarias los sindicatos no pueden esperar que vuelquen la redacci¨®n del decreto hacia sus intereses, m¨¢s bien al contrario. De ah¨ª que el secretario general de Comisiones Obreras, Ignacio Fern¨¢ndez Toxo, advirtiera ayer al Gobierno que "procure no hacer demasiado de Salom¨®n" para no acabar haciendo "un pan como unas hostias". Si se da este caso, "tenemos la obligaci¨®n y el mandato de convocarla", apuntaban en el sindicato.

Al hablar del resultado de la huelga general, otro dirigente sindical habla del paro de funcionarios del martes. Admite que el resultado no fue bueno. Eso le lleva a pensar que la ciudadan¨ªa no estar¨ªa muy dispuesta a secundar un paro masivo. Y concluye que si una huelga general fracasara, las consecuencias para los sindicatos ser¨ªan muy duras y les costar¨ªa mucho reponerse de ellas. "Las huelgas se hacen para tener ¨¦xito", concluye otro sindicalista.

Un claro ejemplo de las consecuencias que podr¨ªa tener lleg¨® el mismo martes. Sin acabar la protesta de funcionarios a¨²n y constatado el fracaso, el sindi-cato sectorial CSI-CSIF rompi¨® con UGT y CC OO. Y eso, la unidad de acci¨®n entre los sindicatos mayoritarios, es un peaje que los sindicatos mayoritarios no est¨¢n dipuestos a pagar. Desde que las centrales han comenzado a hablar de huelga general, CC OO la ha esgrimido con m¨¢s fuerza, casi siempre un paso por delante. Pero como han dicho Toxo y M¨¦ndez en m¨¢s de una ocasi¨®n: "Hemos entrado juntos en esto, y saldremos juntos".

Lo que es innegable es que en el seno de las organizaciones ahora se ha abierto un serio debate sobre la conveniencia de convocar una huelga general y cu¨¢ndo. Sobre este ¨²ltimo punto, el dirigente de una organizaci¨®n sectorial afirma que dado lo ajustado del calendario aconsejar¨ªa esperar a despu¨¦s del verano. Recuerda que en la ¨²ltima gran movilizaci¨®n, la de 2002, el decretazo del Gobierno de Aznar lleg¨® en abril y la huelga fue el 20 de junio. Ahora, el plazo se queda en apenas dos semanas.

Tambi¨¦n apunta a que los recortes presupuestarios y la reforma laboral pueden ser dos eslab¨®n de una cadena que amenaza con alagarse. Y si se trata de reducir el gasto p¨²blico, no falta quien se teme que afecte a las prestaciones por desempleo. Y eso ser¨ªa un motivo de otra gran protesta. "No podemos abocar al pa¨ªs a una sucesi¨®n de huelgas generales, como en Grecia", dicen.