Fusiones municipales
Es verdad que el problema del escaso tama?o de los municipios gallegos no es m¨¢s grave en Galicia que en el conjunto de Espa?a: Pero ello no es ¨®bice para obviar la discusi¨®n. El plan griego de fusi¨®n de gobiernos locales ha servido para reabrir un debate en Galicia que ya en diciembre pasado un muy oportuno documento del Club Financiero de Vigo tildaba de urgente.
Hay que reconocer que la cuesti¨®n no es sencilla: existe un umbral para que la gesti¨®n de los asuntos p¨²blicos sea m¨ªnimamente eficiente, si bien es cierto que este tama?o m¨ªnimo depende del servicio del que estemos hablando. La evidencia emp¨ªrica disponible muestra que los servicios m¨¢s intensivos en capital (recogida de basura, abastecimiento de agua...) requieren tama?os poblacionales m¨¢s grandes. Por tanto, te¨®ricamente la escala ¨®ptima depende de cada servicio y no existe una cifra de habitantes m¨¢gica. Adem¨¢s, es posible optar por soluciones alternativas como la privatizaci¨®n del servicio, la cooperaci¨®n municipal o la prestaci¨®n del servicio por niveles de gobierno superiores (como hacen las diputaciones con la gesti¨®n tributaria). No obstante, e incluso siendo eficaces en la combinaci¨®n de estas opciones, la inmensa mayor¨ªa de los expertos desaconsejar¨ªa la existencia de municipios con menos de 2.000 habitantes (casi 100 en Galicia); y buena parte de ellos se decantar¨ªa por el umbral de los 5.000, al que no llegan 200 municipios gallegos.
La mayor¨ªa de los expertos desaconseja la existencia de municipios de menos de 2.000 habitantes
La profunda crisis financiera en la que se hallan la pr¨¢ctica totalidad de corporaciones locales deber¨ªa convertirse en la ventana de oportunidad para que la Xunta incentive un proceso de fusiones, situando inicialmente el umbral al menos en 2.000 habitantes. Francamente, no creo que el argumento democr¨¢tico a favor de la no fusi¨®n (la cercan¨ªa de los alcaldes con los electores) sea aplicable a un incremento de 1.000 a 2.000 ciudadanos. Es verdad que pueden existir sensibilidades locales, y p¨¦rdida de puestos de alcaldes y concejales. Pero en un contexto inaudito, en el que se llegan a aplicar rebajas significativas al sueldo de los empleados p¨²blicos en aras del ahorro, no parece tan grave tener que renunciar a una pobre y deficiente independencia pol¨ªtica para conseguir servicios mejores y m¨¢s baratos.
Dicho lo anterior, creo que ser¨ªa preferible que la Xunta utilizase la v¨ªa de los incentivos a las fusiones voluntarias. Los fondos de todo tipo que la Xunta transfiere a los ayuntamientos deber¨ªan premiar sustancialmente a quien se integre en esos procesos. Las corporaciones que opten por mantenerse al margen, que se vean abocadas a subir impuestos para que sean los ciudadanos los que sufraguen el lujo. En mucho tiempo, no va a existir una mejor coyuntura para hacer al fin en Galicia (y Espa?a) lo que se ha venido haciendo en Europa en los ¨²ltimos 50 a?os.
?Y cu¨¢l deber¨ªa ser el futuro de las diputaciones? Yo creo que en este caso debemos distinguir entre el corto y el largo plazo y entre lo que podr¨ªan hacer y lo que realmente hacen. A corto plazo, y mientras no seamos capaces de gravitar con seguridad sobre nuevos mapas de municipios y de espacios supramunicipales (¨¢reas metropolitanas, ¨¢reas urbanas, comarcas), las diputaciones pueden jugar una importante labor de apoyo a los municipios m¨¢s peque?os: si desaparecieran ma?ana por decreto, tendr¨ªamos un problema. Otra cosa es un largo plazo en el que las diputaciones deber¨ªan retirarse de las dos grandes ¨¢reas metropolitanas (Vigo-Pontevedra y A Coru?a-Ferrol) y las tres urbanas de Ourense, Lugo y Santiago de Compostela; y habr¨ªa que valorar si tendr¨ªan sentido en el resto del territorio. A la velocidad de tortuga a la que nos movemos, me parece que las cosas no habr¨¢n cambiado mucho en 2020.
En todo caso, es evidente que la labor concreta que desarrollan las diferentes diputaciones no es la misma. Pero no hay mucho que inventar: la Diputaci¨®n de Barcelona es el modelo a seguir. Lamentablemente s¨®lo en la Diputaci¨®n de A Coru?a parecen tenerlo claro, lo que la convierte en la mejor con diferencia.
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