Merl¨ªn recibe a los peregrinos
Manuel Montero personifica en Mondo?edo el realismo m¨¢gico de Cunqueiro
En la Praza Maior de Monde?edo, en pleno Cami?o Norte, Merl¨ªn aguarda a los peregrinos, los invita a visitar su museo de curiosidades y posa para innumerables fotos. Manuel Montero luce t¨²nica brillante, sombrero de hechicero y b¨¢culo en forma de serpiente. Ha conseguido trasladar a su biograf¨ªa el realismo m¨¢gico de su ilustre vecino ?lvaro Cunqueiro. Y sus seguidores le montaron el club de fans en Facebook.
Merl¨ªn naci¨® en Mondo?edo, en la misma casa en la que ahora tiene su exposici¨®n: "Estaba predestinado para esto, porque la casa pertenec¨ªa a una maestra amiga de Cunqueiro". El escritor se cuela a menudo en el relato de su vida y, de hecho, le gusta pensar que su persona le sirvi¨® de inspiraci¨®n para Merl¨ªn e familia. El padre de Manolo, matach¨ªn, manten¨ªa a otros 10 hijos. Trabajaban algunas tierras e iban por los mercados vendiendo frutas. "Yo ayudaba como pod¨ªa en la matanza, y hac¨ªa chorizos y longanizas, todo a mano, sin m¨¢quinas", cuenta. Y fue esta vinculaci¨®n con la materia prima de la cocina gallega, la otra gran pasi¨®n de Cunqueiro, la que puso a Manolito de los Monteros en contacto con el escritor: "Lo conoc¨ª cuando llevaba las encargas de la matanza a su hermana Carmi?a".
"Conoc¨ª a Cunqueiro cuando le llevaba encargos de la matanza", recuerda
Montero est¨¢ escribiendo sus memorias y ya ha llenado 10 libretas
Pero Montero quiso ganarse la vida por otras v¨ªas ya desde peque?o. Empez¨® a coleccionar prospectos de cine que luego vend¨ªa para ganarse unas monedas. "Por entonces, en Mondo?edo no hab¨ªa librer¨ªa", explica. Los can¨®nigos de la catedral, sorprendidos por la habilidad comercial del ni?o, le dijeron a sus padres que Manolito ten¨ªa madera de librero. As¨ª que comenz¨® con el negocio a mayor escala: "Vend¨ªa en un garaje que me dejaron mis padres, donde est¨¢ actualmente la librer¨ªa Manuel Montero". Alquilaba novelas del oeste y de amor.
Al verlo pasar por delante del caf¨¦ que frecuentaba, Cunqueiro le llamaba para conversar y le contaba historias. Se refer¨ªa a ¨¦l como "o meu libreiri?o de c¨¢mara" y la "rosa dos libreiros galegos". Tambi¨¦n le llamaba "pequeno mago Merl¨ªn". Cuando mont¨® la librer¨ªa, Manolo adorn¨® su escaparate con libros prestados que trajo de la casa de la que ser¨ªa mujer del escritor.
Ahora la librer¨ªa se ha convertido en museo, y el librero, en mago. "Mi vida como mago es misteriosa". Con esa frase trata de explicar un salto en su personalidad explicable s¨®lo por la magia. "La gente, al verme en televisi¨®n, viene a consultarme cosas, pero soy un mago de la cultura, no un mago de curar", aclara. "A veces doy consejos y hay quien tiene mucha fe", a?ade. Sin embargo, no quiere lucrarse as¨ª: "Aconsejo gratis; podr¨ªa explotar eso y cobrar, pero mi conciencia me lo impide".
La magia de Merl¨ªn no le ha acarreado fortuna. Espera a los peregrinos paseando por la plaza cada tarde, con su atav¨ªo de hechicero. Tiene 40 trajes de mago y otros tantos b¨¢culos. "Me los cose una persona de confianza, inspir¨¢ndose en los dise?os que saco de libros, y encargo el calzado original a algunas amistades que tengo en Madrid", revela. Los peregrinos se retratan con ¨¦l. Pide una peque?a cantidad por posar. A cambio, les da un sobre con tres fotos: una suya con una rana y un sapo, y dos estampas de Mondo?edo. "Se llevan m¨¢s de lo que dan", lamenta.
Por ver el Museo del Mago Merl¨ªn no les cobra. "No tengo nada en el banco, mi capital es el museo y unos terrenos con madera que hered¨¦", asegura. En el interior del local se amontonan todo tipo de curiosidades: el oratorio en el que se cas¨® su venerado Cunqueiro, libros, tallas de santos, estampas, objetos jacobeos, amuletos, antig¨¹edades y hasta unos zuecos dedicados. Muestra un libro de firmas con nombres ilustres y fotos con muchas personas conocidas, entre las que se echa en falta a Cunqueiro. De ¨¦l tiene obras dedicados. Tambi¨¦n colecciona en una caja recortes de prensa dedicados al mago Merl¨ªn. "Por ah¨ª tengo una espada de Exc¨¢libur, pero no me hace falta para defenderme, tengo m¨¢s afilada la lengua", bromea.
Fuera de Mondo?edo, se le puede ver en mercados y cenas medievales, donde se ocupa del ritual de la queimada. En la fiesta celta de Breto?a (A Pastoriza) celebra matrimonios por el rito de los druidas. En una ocasi¨®n, el Rey de las Tartas, otro c¨¦lebre mindoniense, le pidi¨® que lo acompa?ase en gira para amenizarla con actuaciones, pero no acept¨®. "Muchos han querido enfrentarme con ¨¦l, pero ¨¦ramos buenos amigos". A Merl¨ªn ya le han rendido alg¨²n homenaje. Est¨¢ en la edad, aunque ¨¦l no quiera hablar de a?os: "Soy pasado, presente y futuro". Ahora dedica el tiempo a escribir sus memorias que llenan, de momento, 10 libretas.
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