"La cosa est¨¢ de Odinga"
A finales de mayo, el gigante hipotecario Freddie Mac, de triste recuerdo, inform¨® de que los tipos de inter¨¦s para comprar una vivienda en EE UU cayeron al nivel m¨¢s bajo del a?o. Y a¨²n pod¨ªan bajar m¨¢s. A cifras r¨¦cord, apenas por encima del 4% fijo en los pr¨¦stamos extendidos a 30 a?os. Seg¨²n sesudos analistas, a mayor preocupaci¨®n por la situaci¨®n en Europa, menores tipos de inter¨¦s.
Aleluya, podr¨ªan decir los sufridos deudores de hipotecas que resisten sin ser embargados o entrar en bancarrota. Una luz m¨¢s para intentar refinanciarlas. Las solicitudes, seg¨²n la Asociaci¨®n de Banqueros de Hipotecas se han disparado hasta casi un 20%.
Ana, una hipotecada del supuesto para¨ªso de Miami ahora convertido en pesadilla, se pregunt¨® asombrada: "?D¨®nde refinancian? ?A qui¨¦nes?". Benito, un amigo, le se?al¨® con cierta sorna: "A lo largo y ancho del pa¨ªs que desat¨® la hecatombe econ¨®mica y que se largar¨¢ primero del t¨²nel cuando quiz¨¢ buena parte del mundo a¨²n est¨¦ a duras penas tratando de encontrar un agujero para salir. Pero, amiga, Florida, y m¨¢s concretamente el sur, la tur¨ªstica Miami, est¨¢ entre los m¨¢s torpes rezagados. Al principio del t¨²nel a¨²n. Aunque, paradojas de la vida, en una ciudad al borde de la bancarrota acaban de empezar otro t¨²nel real, largamente discutido, para llegar al puerto por debajo de la bah¨ªa".
Muchos en Miami han perdido sus casas por no poder pagar la hipoteca
Esa, y no la de la nebulosa 'jet-set', es la dura situaci¨®n que vive la ciudad
Ana no cumple los requisitos para modificar su hipoteca porque su situaci¨®n econ¨®mica no es tan mala como los que est¨¢n a punto de perder sus casas. Pero muchos de ellos, tampoco, y las han perdido porque ya no valen casi nada.
Esa, y no la de la nebulosa jet-set, es la dura situaci¨®n del Miami real, donde solo falta para empeorarlo todo que llegue el amenazante vertido del golfo de M¨¦xico. "La cosa est¨¢ de Odinga" en el ya curioso para¨ªso floridano, como hace tiempo caricaturiz¨®, y a¨²n sigue haci¨¦ndolo con una cancioncilla, el animador televisivo Alexis Vald¨¦s. El apellido de Raila Amolo Odinga -el primer ministro keniano, que denunci¨® fraude tras perder por un pu?ado de votos las elecciones de 2007- le sirvi¨® al humorista para la broma en medio de la crisis. En el espa?ol de Cuba, vulgarmente, la frase se dice con pinga (pene).
"Es muy importante que las personas acudan a un abogado. Aunque hayan recibido los papeles de la corte para el foreclosure (embargo y p¨¦rdida de la casa) a¨²n pueden salvarse". Reclamos como estos se repiten hasta el infinito en prensa, radio y televisi¨®n desde hace ya tres a?os. Es el gran negocio de las vacas flacas. Ahora proliferan abogados, que parecen dar m¨¢s garant¨ªa. Al principio eran simples agentes inmobiliarios reconvertidos a salvadores de los pobres propietarios, pero muchos se convirtieron en ladrones a¨²n peores que los primitivos promotores del desastre.
Al m¨¢s famoso de ellos, Guillermo Leyes, le acab¨® descubriendo otro gur¨² televisivo en su exilio de Las Vegas. Hab¨ªa desfalcado a medio Miami tras anunciarse, como los de ahora, en los principales programas de televisi¨®n. "No quiero enga?os para mi audiencia. Y los mejores precios", les pide ya la presentadora a los nuevos lebreles. S¨ª, realmente, "la cosa est¨¢ de Odinga".
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