Volver a ganar
La trayectoria de Espa?a invita al optimismo porque la mayor¨ªa de los jugadores y el entrenador han afrontado retos exigentes - Ya no hay margen de error, sino dos finales contra Honduras y Chile
Acostumbrada a ganar, no se sabe muy bien c¨®mo reaccionar¨¢ hoy Espa?a contra Honduras despu¨¦s de haber perdido frente a Suiza, derrota que rompi¨® una serie de 12 victorias iniciada precisamente el d¨ªa siguiente a la sorprendente ca¨ªda ante Estados Unidos en la Copa Confederaciones. Al parecer, no le gusta el invierno africano ni los rivales menores desde que se coron¨® campeona de Europa en Austria. El t¨ªtulo le obliga precisamente a dar una respuesta inequ¨ªvoca en cada uno de los partidos que le aguardan en el Mundial. Ya no le queda margen de error en las dos jornadas de la primera fase, la ¨²ltima contra Chile, y, consecuentemente, afrontar¨¢ cada partido como si se tratara de una final.
La discusi¨®n no est¨¢ en tener o no la pelota, sino en la manera de ponerla en juego
La trayectoria del equipo y tambi¨¦n de los internacionales invita al optimismo. La mayor¨ªa de los jugadores ha disputado encuentros muy exigentes, algunos incluso han sido campeones europeos, y no deber¨ªan acusar la presi¨®n. Tambi¨¦n se ha destacado la capacidad de gesti¨®n de Vicente del Bosque, sobre todo en su etapa en el Madrid, y por descontado en la selecci¨®n durante la fase previa y en la confecci¨®n de la lista para Sud¨¢frica. Espa?a, por lo dem¨¢s, tampoco jug¨® mal contra los suizos, sino que pec¨® de narcisismo. Le falt¨® corriente y puede que tambi¨¦n un poco de rebeld¨ªa, de arrebato al menos, porque la ¨¦pica no se le supone a un colectivo aseado, que convive bien, sin retranca.
A Espa?a se le tiene por un equipo futbol¨ªsticamente ortodoxo, el estilo es irrenunciable y la calidad individual de los futbolistas aconseja no perder la sensatez por un mal resultado. Tampoco parece el momento de declaraciones solemnes como las del presidente de la federaci¨®n, ?ngel Mar¨ªa Villar, anunciando que la continuidad del seleccionador est¨¢ asegurada. Hay muchas m¨¢s selecciones de la vieja y entra?able Europa que tienen la clasificaci¨®n comprometida para los octavos, equipos que afrontan serios debates futbol¨ªsticos, algunos extraviados, otros en busca de una identidad, y los hay que son simplemente resultadistas. Las cuitas de Anelka, Cristiano Ronaldo, Capello o Eto'o no son las de Espa?a.
A la selecci¨®n espa?ola le conviene operar con cierta naturalidad, incluso con normalidad, sin mayor trascendencia que la de activarse en la cancha a partir del f¨²tbol. La lectura del estreno asegura que en la historia de la Copa del Mundo ning¨²n equipo hab¨ªa perdido un partido con el 74% de posesi¨®n de la pelota y, al menos, 25 llegadas francas al ¨¢rea rival. "Si es que morimos, lo haremos con nuestras ideas", profetiza Torres mientras Del Bosque apenas tiene nada que reprochar a sus futbolistas y tampoco piensa se?alar a nadie por perder con Suiza. Acaso el propio Torres sustituya a Iniesta o Silva para reforzar el juego de ataque y esponjar la l¨ªnea de medios.
Del Bosque responder¨¢ seguramente igual que Pep Guardiola cuando el Barcelona se enfrent¨® al Inter. La discusi¨®n no est¨¢ en tener o no la pelota, sino en su manera de ponerla en juego. A Espa?a le conviene ser agresiva con el bal¨®n y utilizar el campo a lo largo y lo ancho para ser profunda. La velocidad de circulaci¨®n del cuero es tan importante ante zagas numerosas y bien paradas como la presi¨®n para favorecer los ataques cortos. La mezcla de jugadores que haga el seleccionador para formar la alineaci¨®n ser¨¢ tan capital como el acierto en los cambios si son necesarios. M¨¢s que dos versiones de Espa?a, hay un equipo que juega con m¨¢s tensi¨®n y contundencia que otro m¨¢s propenso a acomodarse.
La necesidad de ganar y la madurez del colectivo parecen circunstancias que favorecen m¨¢s que perjudican a la selecci¨®n justamente cuando se cumplen 46 a?os de la victoria en la Eurocopa de 1964. La tensi¨®n futbol¨ªstica no siempre es una mala compa?era en un colectivo al que a veces se acusa de falta de car¨¢cter. A Espa?a, de momento, se le debe exigir m¨¢s que acusar porque sale como favorita en la mayor¨ªa de los partidos y, como selecci¨®n medi¨¢tica, est¨¢ expuesta igualmente a que los medios escruten a sus figuras y acompa?antes: si a la prensa les parece interesante el noviazgo de Casillas y la periodista Sara Carbonero es precisamente por su popularidad.
En la medida que el capit¨¢n sepa sobrellevar el asunto, que el seleccionador d¨¦ con la tecla de la alineaci¨®n y el equipo asuma su condici¨®n de aspirante al t¨ªtulo, La Roja encontrar¨¢ soluciones a un problema que pareci¨® menor, sorprendente si se quiere, un accidente al que est¨¢ expuesto cualquiera, sin m¨¢s. Aunque in¨¦dito, el reto de hoy es jugar como si nada hubiera ocurrido, nada m¨¢s y nada menos. Asegura Valero Rivera, el seleccionador de balonmano, que para un campe¨®n solo hay una cosa m¨¢s dif¨ªcil que ganar: "Volver a ganar y para ello se necesita perder antes".
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