El paisaje en la cazuela
Restauradores, gastr¨®nomos e instituciones se unen para preservar la cocina aut¨®ctona y la diversidad de los cultivos
Por el huerto de Marina Do?echs corre con desenfreno su perra Marieta. Pisa los cultivos, muerde todo lo que encuentra y acaba con las patas llenas de barro. "Ahora tendr¨¢s que lavarte", le dice la due?a con cari?o. Marina y Marieta viven, junto con otras 200 personas, en un entorno privilegiado a solo media hora en coche de Barcelona. El pueblo de Gallecs, con su conflictivo pasado ?Franco expropi¨® gran parte de los terrenos, y muchos otros los han engullido los pol¨ªgonos industriales de la zona?, es hoy un para¨ªso natural en el que sus vecinos se afanan por cuidar las cerca de 750 hect¨¢reas que han sobrevivido y convertirlas, paso a paso, en una aut¨¦ntica huerta ecol¨®gica.
En Gallecs (Vall¨¨s Oriental) se han plantado variedades aut¨®ctonas de tomates, jud¨ªas verdes, calabac¨ªn o coliflor. Sus vecinos han recuperado variedades antiguas de trigo, algunas de las cuales sobreviven en escasos lugares de Catalu?a. Y se cultiva un tipo de jud¨ªa (llamada del gantxet) muy apreciada y nutritiva, aunque poco productiva, que es el complemento fundamental de una buena butifarra. Del monocultivo de avena regada con pesticidas a las agrotiendas y la conservaci¨®n del paisaje, Gallecs ha experimentado un cambio que refleja la creciente preocupaci¨®n de parte de la sociedad por consumir productos locales y de calidad.
Para potenciar la cocina tradicional se cre¨® en 2001 la Marca Cuina Catalana, un proyecto del Instituto Catal¨¢n de la Cocina y la Fundaci¨®n Vivir el Mediterr¨¢neo. La iniciativa pretende garantizar la preservaci¨®n de la cocina aut¨®ctona y mantener la biodiversidad alimenticia. "La cocina tradicional forma parte del patrimonio cultural inmaterial de un pa¨ªs", explica Pepa Aymam¨ª, presidenta del instituto. A la iniciativa se han adherido m¨¢s de un centenar de restaurantes, adem¨¢s de pasteler¨ªas y tiendas gourmet, agrupados en colectivos de cocina que abarcan todo el territorio catal¨¢n. Fruto de su trabajo naci¨® el Corpus culinario, que recoge recetas tradicionales que se han transmitido de generaci¨®n en generaci¨®n durante a?os.
Una de esas recetas es la zarzuela, un guiso de pescado similar al tradicional suquet, pero que no lleva patatas, t¨ªpico de las zonas marineras, como el barrio de la Barceloneta, en la capital catalana. Como sucede con la mayor¨ªa de los platos, existen muchas formas de prepararlo, aunque la zarzuela sol¨ªa llevar gambas, cigalas, merluza, sepia y calamar. "Fue muy popular, estaba en cualquier restaurante del barrio", comenta ?ngel Pascual, due?o del restaurante El Llu?an¨¨s, que atesora una estrella Michel¨ªn, y miembro de Barceloneta Cuina. Con los a?os desapareci¨® de los men¨²s. El colectivo se ha propuesto recuperar este plato y defender y promocionar la pesca de la Barceloneta.
Gambas de Barcelona
A solo 17 millas de la playa existe un gran caladero de gambas conocido por todos los pescadores de la ciudad. Hay 16 barcos de arrastre y 25 de cerco en el puerto que vuelven a diario con kilos de sepia, calamar, lenguado, lubina, merluza... Un producto que, seg¨²n los pescadores, restauradores y armadores, es de alta calidad, pero no est¨¢ valorado como se merece. "Barceloneta es un territorio comanche que nadie conoce", explica Antonio Caparr¨®s, armador y representante de la Cofrad¨ªa de Pescadores. Quien s¨ª sabe cocinar la zarzuela es Chamaco, pescador retirado de 81 a?os que se pas¨® la vida entera (desde los 12) embarcado. "Antes no ten¨ªamos ni sal", explica. El pescado se salaba con agua de mar. "La misma comida la haces en el mar y en la tierra, y en el mar sabe mejor", cuenta con una sonrisa de nostalgia.
"La cocina es el paisaje puesto en la cazuela". Esta frase del escritor Josep Pla describe a la perfecci¨®n la relaci¨®n entre el entorno natural y la gastronom¨ªa. Del humedal a la paella podr¨ªa ser el leitmotiv del delta del Ebro, donde se produce la gran mayor¨ªa del arroz de Catalu?a. Hasta la d¨¦cada de 1960 lo plantaban hombres y mujeres a mano, con el agua hasta las rodillas y la espalda doblada, siempre alineados. Los garberos repart¨ªan los manojos y el aiguader suministraba agua y comida a los trabajadores. Esta forma tradicional de cultivo, que desapareci¨® con la llegada de las m¨¢quinas, solo sobrevive en tres fiestas populares que se celebran cada a?o: la Plantada (junio), la Birbada (julio, cuando se arrancan las malas hierbas) y la Siega (septiembre). "Hay m¨¢s de 20 variedades de arroz que se plantan en el delta", explica Gustavo Tur¨®n, oriundo del lugar y gastr¨®nomo, colaborador del Institut de Cuina. "Bomba, bah¨ªa, fonsa, tebre, gleba...", recita de memoria.
La cooperativa Arrosaires agrupa a 1.200 productores, un tercio del total. No muy lejos del gran edificio de la cooperativa, en el pueblo de Deltebre, resiste el ¨²nico molino tradicional que queda, el Mol¨ª de Rafelet. En este molino de madera se elabora un arroz artesano y ecol¨®gico. "Las bolsas de tela se cosen a mano", explica Gloria, una de las trabajadoras. Pero no solo de arroz vive el delta, un ecosistema excepcional en el que se pueden ver hermosos flamencos y todo tipo de aves cerca de las bateas donde se recogen hasta 3.000 kilos diarios de mejillones. Para entender la variedad de especies de la zona, basta con pasear por el mercado de Amposta. Galeras, cigalas, lenguados,sepias, langostinos...
Isabel Alejo se abastece a diario en este mercado. Es la due?a y cocinera del restaurante Petit Caf¨¦, en Amposta, un establecimiento incluido en la Marca Cuina Catalana. Esto significa que al menos el 40% de sus platos se basan en recetas contenidas en el Corpus y que ella se compromete a utilizar productos del entorno y de temporada. "Lo m¨ªo con la comida es una religi¨®n", explica Alejo. Su caso es inusual en el mundo de la restauraci¨®n porque, aunque su madre es "una cocinera estupenda", ella es la ¨²nica de la familia que se ha dedicado al negocio. Recuerda c¨®mo, hace a?os, los vecinos colgaban las anguilas a secar a la entrada de las casas, en el tendedero. Otro plato t¨ªpico es la sopa de ranas. "Las hac¨ªan con huevo frito, ajo y perejil", explica Alejo. "Ahora vienen de Vietnam", dice. Los tiempos cambian.
Una invenci¨®n de la cocina tradicional muy valorada son los emblem¨¢ticos mar y monta?a, guisos de pescado y mariscos con carne y arroz. Se hacen mucho en el Baix Empord¨¤, donde tiene un restaurante Joan Cuadrat (La Gamba de Palam¨®s), en el que practica lo que ¨¦l denomina "la cocina del chup chup". Ese sonido que identifica los buenos platos cocinados a la cazuela y a fuego lento.
Cocina de subsistencia
La gran mayor¨ªa de las recetas tradicionales surgieron de una cocina de subsistencia y aprovechamiento, destinada a sacar el m¨¢ximo partido a los alimentos en una ¨¦poca de escasez y pobreza. La cocina de monta?a es, si cabe, todav¨ªa m¨¢s esencial, por el aislamiento en el que viv¨ªan sus habitantes. "A m¨ª me sorprende la gracia que ten¨ªa aquella gente", relata Ram¨®n Aytes, del Hotel Pessets en Sort (Lleida), "c¨®mo pod¨ªan hacer tanto con tan poco". "Las recetas que nos han llegado son las que tienen un mayor valor gastron¨®mico", explica Aytes, quien ha participado de forma muy activa en la elaboraci¨®n del Corpus Culinario.
Un ejemplo de cocina de aprovechamiento es la giseia, un embutido de carne de cordero y arroz. Se coge el est¨®mago del cordero, se limpia y se hierve. Luego se cose y rellena con los pulmones, el coraz¨®n, un huevo, pan, arroz y carne magra de cerdo. Se deja reposar hasta que el arroz se hincha, y cuando est¨¢ fr¨ªo, se pone a fre¨ªr. "La carne de siempre aqu¨ª es el cordero", dice Aytes. "Las terneras se usaban para trabajar y dar leche, no para comer". Adem¨¢s de la carne, los cocineros de la zona utilizan mucho las setas (ceps, rusi?ols, fredolics...). En el hotel trabaja toda la familia. Son la s¨¦ptima generaci¨®n.
Las rutas del cava
Brut, seco, semiseco o dulce, el cava es un producto t¨ªpico de la viticultura catalana que se vende en los mercados de todo el mundo. El m¨¦todo tradicional de elaboraci¨®n, o champenoise, se origin¨® gracias a los estudios del bi¨®logo Louis Pasteur, que permitieron controlar la segunda fermentaci¨®n en la botella. El tap¨®n de corcho permiti¨® conservar las caracter¨ªsticas burbujas.
En la actualidad, la comarca del Pened¨¨s concentra m¨¢s del 95% de la producci¨®n de cava (200 millones de botellas al a?o). La capital del cava es Sant Sadurn¨ª d'Anoia, que celebra una Semana del Cava a principios de octubre. Las cavas de la zona se pueden visitar para conocer el proceso de elaboraci¨®n, desde la recogida del racimo hasta el embotellado. En esta localidad se encuentran las cavas Codorn¨ªu, en un edificio modernista del arquitecto Puig i Cadafalch. Son 26 kil¨®metros de cavas subterr¨¢neas. Hay un tren tur¨ªstico que recorre la zona. Tambi¨¦n se pueden visitar las famosas cavas Freixenet.
El Consorcio de Promoci¨®n Tur¨ªstica del Alt Pened¨¨s ha elaborado siete rutas del vino y del cava de la comarca. Una de ellas se hace en un autob¨²s que sale de la estaci¨®n de Lavern. Las rutas pasan por campos de vi?a y diversas bodegas.
Para m¨¢s informaci¨®n, visitar www.catalunyaturisme.com
Calendario gastron¨®mico
Estas son algunas de las celebraciones relacionadas con la gastronom¨ªa que se producir¨¢n en Catalu?a en lo que queda de a?o. Para ver la relaci¨®n completa descargar el calendario en la web www.catalunya.com
Julio
Les Cases d'Alcanar (Terres de l'Ebre) celebra el s¨¢bado 31 de julio, en el puerto, el d¨ªa del mejill¨®n destinado a mostrar las cualidades gastron¨®micas de este molusco. Se reparten centenares de kilos de mejillones al vapor a los asistentes.
Agosto
El Firagost de Valls es la feria por excelencia del campo catal¨¢n, a la que acuden m¨¢s de 350 expositores de todos los sectores. Tambi¨¦n se celebran actividades festivas como exposiciones de animales, exhibiciones de artesan¨ªa, concursos de portadores de sacos de avellanas o gincana de perros. Es el mi¨¦rcoles 25.
Septiembre
El mes de septiembre est¨¢ plagado de celebraciones. Entre el d¨ªa 9 y el 12 se celebra la Muestra del Vino del Empord¨¤. El s¨¢bado 11 tendr¨¢ lugar una arrozada popular en Vilada y una muestra de quesos artesanos en Borred¨¤, ambos en los Pirineos. El d¨ªa 18 empieza la temporada de la trufa en Camprod¨®n. En el delta del Ebro se celebra una de las fiestas tradicionales del arroz, la Fiesta de la Siega, que dura dos d¨ªas (s¨¢bado 18 y domingo 19).
Octubre
Apogeo de la temporada de las setas en Catalu?a con diversas celebraciones por todo el territorio: jornadas gastron¨®micas en el Maresme, Cerdanyola, Pirineos y Llagostera, donde tambi¨¦n se organiza la Festa del Bolet. Tambi¨¦n es tiempo de casta?as, que se podr¨¢n degustar en Viladrau y Vilanova de Prades (en ambos lugares el s¨¢bado 23 y domingo 24).
Noviembre
El primer fin de semana de noviembre Gandesa, capital de Terra Alta, celebra la Fiesta del Vino. El domingo 14 comienzan las Jornadas Gastron¨®micas de la Mongeta del Gantxet en el Maresme.
Diciembre
L'Escala (Costa Brava) ofrece talleres de cocina de Navidad, con la participaci¨®n de restauradores y gente del pueblo, adem¨¢s de un "personaje famoso del mundo de la cocina". Valls celebra el Mercado de Navidad, en el que se venden aves de corral, figuras de pesebre, vinos y cavas, miel, dulces y productos artesanales. En la primera quincena se celebran las VII Jornadas Gastron¨®micas de la Uva y del Vino de la Denominaci¨®n de Origen Alella.
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