?Atenci¨®n! Mina Nuclear
EL PA?S visita un dep¨®sito de residuos radiactivos en peligro de hundimiento en Alemania
A es la primera letra de Aufpassen (atenci¨®n, en alem¨¢n). La enorme letra, tallada en madera, est¨¢ situada en un campo verde en una colina de la Baja Sajonia, al sur de Berl¨ªn. El id¨ªlico paisaje esconde uno de los dramas de la Alemania actual. Aqu¨ª hay minas de sal en las que se han venido almacenando residuos nucleares desde los a?os sesenta. Pero las minas amenazan ahora con hundirse a causa de una constante filtraci¨®n de agua. Evitarlo implica una lucha contra el tiempo: evacuar los 126.000 barriles almacenados antes de que ocurra el desastre, que los expertos esperan com om¨¢ximo en 2026. El incidente abre nuevos interrogantes en un pa¨ªs cuyo Gobierno planea prorrogar el plazo de vida de las centrales nucleares, anulando la norma aprobada por el Gabinete de Gerhard Schr?der en 2001, que establec¨ªa el abandono paulatino de la energ¨ªa at¨®mica hasta la renuncia total en 2021.
En 130 c¨¢maras subterr¨¢neas han sido almacenados unos 126.000 barriles desde el a?o 1978
El eterno problema del uso de la energ¨ªa at¨®mica es encontrar un lugar seguro donde almacenar los residuos, porque los desechos nucleares permanecen activos durante miles de a?os. A finales de los sesenta, Alemania crey¨® encontrar la soluci¨®n a este problema construyendo dep¨®sitos dentro de las minas de sal, muy frecuentes en la Baja Sajonia, considerados lugares seguros para millones de a?os. El primer dep¨®sito de residuos nucleares bajo tierra se construy¨® en 1967 en la mina de Asse II, a media hora de la ciudad de Braunschwieg. Veinte a?os m¨¢s tarde, un chorro de agua y sal, mezcla altamente corrosiva, comenz¨® a penetrar en la mina. Actualmente, se drenan 12.000 litros de agua al d¨ªa de la mina. Todav¨ªa no se sabe de d¨®nde provienen. Ecologistas y expertos temen que lamina se hunda en un plazo de entre 10 y 20 a?os.
Para bajar a la mina es necesario equiparse adecuadamente. T¨²nica blanca, zapatos de goma, casco con luz y contador al cuello para medir la radiactividad. Al interior se baja en un ascensor de hierro. Los trabajadores se saludan con sonoros Gluck auf!, que significan algo as¨ª como "buena suerte".
A 450metros bajo tierra, en la parte m¨¢s alta de la mina, la temperatura supera los 33 grados y el aire es seco. La sal se pega a la piel de las mejillas y deja los labios blancos. Es un lugar impresionante. Enormes cuevas que parecen catedrales se suceden a medida que se va bajando por la cavidad, en forma de cono, a lo largo de 400 metros de profundidad. En total hay unas 130 c¨¢maras, conectadas por una estructura de galer¨ªas por las que los trabajadores se mueven con unas furgonetas tipo pick-up, que no pueden superar los 30 kil¨®metros por hora. En total, el dep¨®sito ocupa un volumen de 3,3 millones de metros c¨²bicos.
Hendiduras paralelas se repiten id¨¦nticas a lo largo de las paredes de la cueva de sal. Annette Pralitz, responsable de comunicaci¨®n, indica una grieta con un dedo y explica: "La colina se ha movido seis metros desde los a?os setenta hasta hoy, estas rayas son el resultado de su movimiento, que ha provocado tambi¨¦n grietas". En esta parte de lamina se puede observar la maquinaria para producir el cemento con el que se tapan las grietas y se cierran los almacenes.
A 685 metros bajo tierra se encuentra la piscina donde se recoge el agua que se filtra en la mina. "Si el agua entrara en contacto directamente con los residuos podr¨ªan contaminar hasta la biosfera" avisa Pralitz. En la mayor¨ªa de los almacenes que est¨¢n bajo control constante, nada semejante ha ocurrido todav¨ªa. La empresa sostiene que no hay datos concretos sobre el estado de los dep¨®sitos, pero en varias ocasiones las autoridades federales han admitido el hallazgo en el agua de rastros de cesio, plutonio y americio, un hecho que avalar¨ªa la hip¨®tesis de que el agua ha entrado en contacto con los residuos nucleares y de que los barriles en las c¨¢maras cerradas est¨¦n da?ados. Es la tesis que defiende tambi¨¦n el movimiento de ciudadanos Aufpassen, los que han colocado la letra "A" como signo de protesta en la zona.
Wolfram K?nig, presidente de la Oficina Federal de Protecci¨®n Radiactiva (BfS), asegura que duerme bien por la noche a pesar de la responsabilidad que pesa sobre ¨¦l. "No sabemos cu¨¢les pueden ser las consecuencias de estas filtraciones y tampoco de d¨®nde proceden. El dato positivo es que son constantes y estables desde hace tiempo. Lo que estamos haciendo es mantenerlas permanentemente bajo control".
Entre las distintas opciones que se han barajado para atajar el problema est¨¢ la de vaciar el dep¨®sito. Pero ?c¨®mo? "Esta soluci¨®n implica toda una serie de problemas. Entre ellos, el de que no sabemos en qu¨¦ estado se encuentran los barriles", explica K?nig. Seg¨²n sus datos, desde 1978 han sido almacenados 1.293 barriles con residuos de mediana radiactividad, y 124.494 con radiactividad d¨¦bil.
Mientras muestra una imagen de 1978 en la que los contenedores de escorias aparecen ordenados en una habitaci¨®n, a una profundidad de alrededor de 700 metros bajo tierra, K?nig admite que no tiene modo de saber "en qu¨¦ estado se encuentran estos barriles y qu¨¦ tipo de atm¨®sfera se ha creado en estos dep¨®sitos, ya que fueron cerrados herm¨¦ticamente hace treinta a?os". Parte del problema reside tambien en la falta de documentaci¨®n sobre la basura at¨®mica volcada en aquella ¨¦poca.
Por eso, los residuos solo podr¨ªan moverse si estuviera a punto la tecnolog¨ªa necesaria para penetrar en los almacenes cerrados y controlar el estado de los contenedores y de las c¨¢maras. Eso requiere adem¨¢s construir m¨¢quinas que permitan extraer r¨¢pidamente los barriles y moverlos a un dep¨®sito temporal que todav¨ªa no ha sido encontrado. K?nig apunta a 2026 como fecha veros¨ªmil para solucionar todas estas cuestiones. El coste ser¨ªa de miles de millones de euros. Otro dep¨®sito, el de Morsleven, en territorio de la que fue la Alemania comunista, sufre problemas parecidos a los de Asse II. Mientras tanto, el mismo Gobierno que se dispone a prorrogar el tiempo de vida de las centrales nucleares a propuesto subir los impuestos a las empresas del lobby at¨®mico (Eon, RWE, EnBW y Vattenfall). El dinero recaudado servir¨ªa tambi¨¦n para pagar las operaciones necesarias y tratar de evitar un desastre medioambiental.
![Imagen tomada en la mina de Asse a 750 metros bajo tierra](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TGNLM6WFLQMRJM3ND6STAMUTHE.jpg?auth=e40d8f169291cc56a830c54731723bf6614a76fd714fe6716465b446fb049659&width=414)
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