Lamentos y comodidades
Los ciclistas se lamentan del calor. Los periodistas de la falta de accesibilidad a estos ¨²ltimos, especialmente en la salida de las etapas. Los organizadores se lamentan de la baja velocidad media de este Tour. Los plantones, los gendarmes que se encuentran diseminados por todos y cada uno de los cruces del recorrido, se lamentan de la falta de sombra. Los ch¨®feres de autobuses se lamentan de lo largo del recorrido hors course, para poder llegar a meta desde la salida antes de que lo hagan los corredores. Julian Dean se lamenta de los cabezazos de keirin de Renshaw; y Renshaw se lamenta de su instinto asesino cogido a base de vueltas en los vel¨®dromos australianos, pues por ello, por dejarse llevar por ¨¦l, est¨¢ ahora mismo expulsado de la carrera. Da la impresi¨®n de que, de momento, los que menos se lamentan son los del p¨²blico, ayer principalmente caravanistas belgas y holandeses esparcidos por toda la ribera del Drome.
M¨¢s vale evadirse de la carrera, cada minuto cuenta y puede marcar la diferencia
La carrera comienza y los corredores comienzan a pedalear en los kil¨®metros neutralizados. Poco m¨¢s de tres kil¨®metros despu¨¦s, en el kil¨®metro 0, donde comienza de verdad la etapa en salida lanzada, el jurado t¨¦cnico para al pelot¨®n para cerciorarse de que seis corredores del Astana, entre ellos Contador, cuatro del Katusha y cinco del Sky forman parte del grupo y no han abandonado. No hab¨ªan firmado en el folio de salida y eso supone una penalizaci¨®n econ¨®mica de 100 francos suizos a cada uno de ellos, pero el hecho de que fuesen tantos y adem¨¢s de ciertos equipos concretos, hac¨ªa dudar al jurado, y prefirieron parar al grupo un instante para cerciorarse. All¨ª estaban todos.
El Village Depart hierve; tanto en temperatura como en ambiente festivo. Suficiente ambiente para atraer a los invitados, pero demasiado para atraer a los corredores; demasiada gente como para poder estar relajado de charla unos minutos antes de salir. Mejor estar en la comodidad e intimidad de los autobuses de equipo, solo rota por momentos de visita de los amigos. Esos que acceden a los corredores por intermediaci¨®n de alguno de los masajistas: dile a este que soy tal y que he venido aqu¨ª para saludarle.
Ah¨ª dentro uno escucha m¨²sica, otro lee, otro hace ejercicios de estiramientos. Otros simplemente se toman un caf¨¦, mejor un refresco en estos d¨ªas tan calurosos mirando la fauna exterior por los cristales tintados. De vez en cuando alguno mira el reloj y dice a los dem¨¢s cuanto tiempo queda para que cierren el control de firmas. Todo el tiempo que no se emplea dando pedales se considera tiempo de descanso, as¨ª que m¨¢s vale apurarlo y estar evadido lo m¨¢ximo posible de la carrera, que aqu¨ª cada minuto cuenta y puede marcar la diferencia. Por eso m¨¢s vale llegar justo a la firma que con tiempo de sobra. Adem¨¢s, sirve como excusa ante los periodistas que quieren hablar contigo: lo siento, pero te dejo que me cierran el control... A ver si ma?ana me pillas con m¨¢s tiempo. Eso dicen, pero sabiendo de sobra que ma?ana ser¨¢ igual.
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