Clase magistral acelerada de cultura popular
Patti Smith demuestra su vigencia ante 1.800 incondicionales
No se ajusta a ninguna definici¨®n estandarizada de belleza, pero se escucharon anoche gritos de "?Guapa!" y "We love you!" para esa mujer de melena entrecana y al¨¦rgica al peine, camiseta de Fernando Torres y vaqueros deshilachados que se mec¨ªa frente al micr¨®fono y alzaba los pu?os al cielo en el escenario Puerta del ?ngel. Un alentador testimonio de cari?o, sobre todo para quienes tampoco propiciamos murmullos de asombro al borde de la piscina: igual lo de la belleza interior no era solo un premio de consolaci¨®n sublimado por la factor¨ªa Disney. No, al menos, en el caso de la enorme Patricia Lee Smith, mujer de discurso hermoso, bagaje sobrecogedor y capacidad intacta para seguir subyugando, honesta y desgarbada, a un auditorio entero.
Acostumbrados al t¨®pico redundante, deleita comprobar que artistas como Patti Smith todav¨ªa pueden dedicarle palabras laudatorias a Roberto Bola?o, los amigos desaparecidos o el retorno del Guernica picassiano a los museos espa?oles. Smith rindi¨® el consabido tributo al ¨¦xtasis futbolero, como todos los artistas que nos han visitado estas ¨²ltimas semanas, pero a rengl¨®n seguido tambi¨¦n felicit¨® a los espa?oles por el jubileo compostelano. El estupor del auditorio apenas permiti¨® articular unos pocos aplausos desconcertados.
Ella la jovenzuela que se beb¨ªa el poemario de Rimbaud. Una de las primeras moradoras fijas del CBGB, all¨¢ donde hizo manitas con Tom Verlaine. La inquilina m¨¢s bohemia en el Chelsea Hotel. El espejo en el que habr¨ªan de mirarse docenas de chicas rockeras embriagadas por ese bien intangible, y escas¨ªsimo, que se llama actitud. La mujer que enamor¨® al mariquita maravilloso que era Robert Mapplethorpe.
Contemplar anoche a Patti Smith fue como asistir a una clase magistral acelerada sobre la cultura popular de las cuatro ¨²ltimas d¨¦cadas. Y no, no hemos evolucionado en demas¨ªa. Hoy es el d¨ªa en que los candidatos presidenciales no encuentran un himno m¨¢s poderoso que People have the power para catapultarse hacia la Casa Blanca. Y en que aquel fot¨®grafo sufre, 21 a?os despu¨¦s de su muerte, la censura con la portada del ¨²ltimo disco de Scissor Sisters. ?Alguien dijo progreso?
Hubo tiempo para versiones memorables: la can¨®nica del Gloria de Van Morrison, un Play with fire de los Stones al ralent¨ª. Y los cl¨¢sicos que nadie quer¨ªa perderse: Because the night, Redondo beach, Free money, Ghost dance. M¨¢s de 1.800 gargantas puestas en pie sucumbieron a la voz m¨¢s agreste de la Gran Manzana.
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