El libro que desnuda a Susan Sontag
Una estrella.Una mujer que cautivaba la mirada, que nos explic¨® c¨®mo hay que entender las corrientes de nuestro tiempo, que dio clases magistrales sobre la belleza, sobre fotograf¨ªa, una mujer que nos ense?¨® a afrontar con sentido com¨²n el espanto del c¨¢ncer y a detectar las puestas en escena en las im¨¢genes de la guerra. Una intelectual. Una mujer que vivi¨® con mujeres. Lesbiana. Aunque la homosexualidad fue uno de los pocos temas que Susan Sontag no lleg¨® a coger por los cuernos para sacarlo de la indefinici¨®n del tab¨² social. Pero eso se ha acabado. Cuatro a?os despu¨¦s de su muerte se publican en Estados Unidos sus diarios (Mondadori editar¨¢ el primer tomo en Espa?a la pr¨®xima primavera). Apuntes ¨ªntimos que comienzan con la verborrea de una chica de 14 a?os en 1947 y se convierten en las confesiones de una crispada esposa y joven madre que escapa a Par¨ªs y que abandona el camino prefijado, pues se hab¨ªa casado a los 17 a?os con su profesor, el soci¨®logo Philip Rieff. Despu¨¦s se abrir¨¢ paso hasta Nueva York, donde estaba a punto de fraguar una nueva ¨¦poca.
El editor promete la verdad sobre la vida de Susan Sontag. El editor es David Rieff, y David Rieff es el hijo de Susan Sontag. "Ya sabes d¨®nde est¨¢n los diarios", dice que le susurr¨® su madre en el lecho de muerte. Y s¨ª lo sab¨ªa. M¨¢s de 100 peque?os vol¨²menes ocultos en su armario, un tesoro que ¨¦l ha sacado a la luz p¨²blica, algo que no fue escrito en absoluto para la opini¨®n p¨²blica. Algo que su madre ocult¨® incluso a sus ¨ªntimos amigos.
"Ya sabes d¨®nde est¨¢n los diarios". ?Era esto lo que ella quer¨ªa? Imposible saberlo. Todos sus escritos se hab¨ªan vendido a la Universidad de California. ?"Ya sabes d¨®nde est¨¢n los diarios" era una s¨²plica para que los escondiera antes de que se procediera a la entrega? Entonces, publicarlos ser¨ªa una traici¨®n. ?O quiz¨¢ era algo que Sontag deseaba que ocurriera, pues, de lo contrario, ella misma los habr¨ªa puesto a buen recaudo con antelaci¨®n?
Su hijo ha decidido por s¨ª mismo. Est¨¢ prevista la publicaci¨®n de tres vol¨²menes de los diarios. "Sin embargo, sigo sin sentirme del todo bien al hacerlo", comenta en el prefacio del primero.
David Rieff, cr¨ªtico literario, se est¨¢ convirtiendo en una especie de hijo profesional de madre famosa. Este volumen de los diarios comienza en 1947 y termina en 1963. Entonces acababa de cumplir los 30. Hab¨ªa publicado su primera novela, al a?o siguiente aparecer¨ªa su legendario ensayo Notes on Camp en la revista intelectual Partisan Review y se har¨ªa famosa. El libro nos muestra a Susan Sontag antes de convertirse en Susan Sontag.
La lectura resulta mortificante en muchos momentos. Faltan los primeros diarios que escribi¨® desde los 12 a?os sin que se ofrezca ninguna explicaci¨®n. El a?o 1947 se aborda en una sola entrada, el a?o 1948 abarca 10 p¨¢ginas. Los textos resultan poco elaborados, fragmentarios. Las observaciones ocasionales del hijo se encargan de recordarnos que ¨¦l es el maestro de ceremonias, el que muestra u oculta. El texto da as¨ª la impresi¨®n de ser fruto de una doble autor¨ªa. Si encierra una verdad, esta es la documentaci¨®n de una compleja relaci¨®n madre-hijo.
Nos encontramos con una desagradable negligencia. No se explica a qui¨¦nes corresponden los nombres, las secuencias temporales resultan confusas. Uno adivina la desdicha de una ni?a solitaria: "?Y qu¨¦ significa ser joven de edad y percibir de repente la tortura, la intensidad de la vida?", escribe el 29 de julio de 1948.
Son jirones de pensamiento, ideas bosquejadas. Hay largos listados, planes de lectura, un inmodesto goteo de nombres del mundo de la cultura. ?Qu¨¦ falta hace publicar algo as¨ª? Ahora ya sabemos que a los 14 a?os Sontag carec¨ªa todav¨ªa de glamour intelectual, ?y qu¨¦? Se podr¨ªa leer como una novela fragmentaria sobre un proceso formativo. Probablemente, la joven Susan, varada en una familia del mont¨®n, arm¨® para s¨ª un proyecto de autopromoci¨®n para superdotados como estrategia de supervivencia.
Nuestra jovencita lee a Rilke, a Aldous Huxley y a Andr¨¦ Gide. Ideas acerca del hecho de ser jud¨ªo. Ah¨ª se detecta cierta ansia de redenci¨®n. Escucha a Vivaldi y escribe: "La m¨²sica es la m¨¢s viva y maravillosa de todas las artes -la m¨¢s abstracta, perfecta y pura- y, al mismo tiempo, la m¨¢s sensual. Escucho con todo mi cuerpo?". A los 16 a?os descubre que su cuerpo desea a las mujeres.
La idea de renacer surge en este contexto del amor f¨ªsico. "Ahora empieza todo, he renacido", anota tras su primera experiencia l¨¦sbica. Los amor¨ªos dan pie a las entradas m¨¢s largas. Resulta dif¨ªcil encontrar una escena que permita adivinar a la novelista posterior. Uno a?ora la ligereza con que fluye el texto de los diarios de Virginia Woolf. Y se pregunta qu¨¦ significa que apenas haya entradas que aludan al matrimonio con Rieff o a su disoluci¨®n; el nacimiento de David en 1952 no aparece registrado. Una de las entradas m¨¢s largas describe el d¨ªa en que abandona a Rieff y al ni?o; es un protocolo opresivo minuto a minuto, comer, beber, cerrar la maleta, como si eso brindara el ¨²nico sost¨¦n posible. Las relaciones con mujeres se exploran mucho m¨¢s minuciosamente, en Par¨ªs y luego en Manhattan, se descomponen en detalles desquiciantes, desesperados, a veces sucios.
?Qu¨¦ pensar¨ªa hoy al verse reflejada en estos primeros diarios? En la Nochevieja de 1948 escribi¨®: "He le¨ªdo otra vez estas libretas. ?Qu¨¦ desoladoras y mon¨®tonas resultan! ?No podr¨¦ escapar nunca de esta tristeza infinita por mi persona? Todo mi ser parece estar tenso, expectante?".
El yo del diario aparece como un extra?o a ojos de quien lo escribe. Ha sido creado por ella misma en un ejercicio de desdoblamiento anhelante. "Estoy sola", escribe en un pasaje.
? 'Die Zeit' (23-3-2010) Traducci¨®n de News Clips
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