Los informes revelan la colaboraci¨®n de Ir¨¢n con los talibanes y Al Qaeda
El r¨¦gimen de los ayatol¨¢s ayud¨® a los terroristas a comprar armas en Pyongyang
El r¨¦gimen chi¨ª de Ir¨¢n ha brindado al grupo terrorista Al Qaeda y a los talibanes, ambos sun¨ªes, m¨¢s ayuda material y econ¨®mica de lo que se pensaba, seg¨²n queda patente en los documentos militares revelados el pasado domingo por la web Wikileaks. Con Ir¨¢n, en esta campa?a de acoso y derribo al Gobierno afgano y a las tropas aliadas que lo respaldan, han cooperado comercialmente otros Gobiernos como el de Corea del Norte o Argelia, que han vendido armas a los insurgentes.
Uno de los informes relata la venta de armas por parte de Corea del Norte a Al Qaeda, con el apoyo log¨ªstico de los gobernantes iran¨ªes. En ¨¦l se dice: "El 19 de noviembre de 2005, el l¨ªder del partido Hezb-Islami, Gulbuddin Hekmatyar, y el doctor Amin [al que no identifica con apellido], asesor financiero de Osama bin Laden, volaron a Corea del Norte partiendo de Ir¨¢n". En Pyongyang compraron misiles tierra-aire. "Ambos cerraron la compra de misiles dirigidos por control remoto para su uso contra aeronaves americanas y aliadas", a?ade.
En febrero de 2007, la insurgencia adquiri¨® 72 misiles aire-aire a Argelia
El presidente iran¨ª se ha apresurado a desmentir el apoyo a los integristas
Aquella compra, para la que ambos terroristas consultaron previamente con oficiales iran¨ªes, tuvo pronto sus efectos. Seg¨²n esos documentos, un helic¨®ptero CH-47 Chinook fue abatido en 2007 por uno de esos misiles. Murieron siete soldados: un canadiense, un brit¨¢nico y cinco estadounidenses. "Hay evidencias de que el objeto atacante era mayor que una granada y que era posiblemente un misil tierra-aire", explica ese segundo informe.
En los informes publicados en Internet no hay una atribuci¨®n a las fuentes de las que provienen las informaciones que se revelan. Los administradores de Wikileaks advirtieron de que borrar¨ªan cualquier menci¨®n de nombres concretos para evitar por un lado posibles represalias de los terroristas y por otro dar pistas de qui¨¦n, dentro del Pent¨¢gono, es el responsable de la filtraci¨®n.
En uno de esos documentos, de 2005, se afirma que Ir¨¢n lleg¨® a poner precio a las cabezas de los soldados y l¨ªderes pol¨ªticos afganos muertos por los insurgentes. Diversos oficiales iran¨ªes reunieron en Teher¨¢n a un grupo de ex funcionarios afganos, de la ¨¦poca del gobierno talib¨¢n, y les aseguraron que, si se un¨ªan a la insurgencia en el pa¨ªs vecino, recibir¨ªan entre 1.700 y 3.400 d¨®lares (entre 1.300 y 2.600 euros) por cada objetivo afgano abatido.
Los gobernantes iran¨ªes se han apresurado a desmentir estas acusaciones. En una entrevista con el canal de televisi¨®n CBS, el presidente Mahmud Ahmadineyad dijo en la noche del lunes (madrugada en Espa?a) que su Gobierno no ha prestado ayuda financiera o log¨ªstica a los insurgentes. "Nosotros solo apoyamos a la ciudadan¨ªa afgana" dijo. "Queremos que se incremente la seguridad en Afganist¨¢n".
Sin embargo, seg¨²n esos documentos, desde 2006 el r¨¦gimen de los ayatol¨¢s ha ido tomando un papel cada vez m¨¢s importante en la insurgencia islamista afgana. La compra de armas con la mediaci¨®n de los iran¨ªes se convirti¨® casi en un h¨¢bito para Al Qaeda. En febrero de 2007, un grupo de l¨ªderes terroristas compr¨® 72 misiles aire-aire a Argelia. El informe dice, expresamente: "Con la ayuda de Ir¨¢n". Esa remesa de armamento, de hecho, viaj¨® desde el Magreb hasta Asia con una parada en la localidad iran¨ª de Zahed¨¢n. En otro informe, de septiembre de 2009, se llega a decir que los soldados aliados encontraron diversas lanzaderas de granadas en zona de batalla en las que se le¨ªa, en farsi, el idioma que se habla en Ir¨¢n, la inscripci¨®n: "Fabricado en Ir¨¢n".
La colaboraci¨®n de Ir¨¢n con Al Qaeda parece venir de largo y se nutre tambi¨¦n de la estrecha relaci¨®n de Gulbuddin Hekmatyar con los ayatol¨¢s. Hekmatyar, un terrorista buscado por EE UU, fund¨® en 1975 la guerrilla isl¨¢mica Hezb-Islami, conformada por muyahidines, para librar a Afganist¨¢n del comunismo. Lleg¨® a ser primer ministro de Afganist¨¢n en dos ocasiones en los noventa. En aquellos a?os conoci¨® a Bin Laden. Finalmente, en 1997, los talibanes le obligaron a abandonar el pa¨ªs. Se refugi¨® en Teher¨¢n, donde vivi¨® seis a?os y donde frecuent¨® a los gobernantes locales. Recientemente, Hezb-Islami ha unido fuerzas con Al Qaeda y con los talibanes ante el enemigo com¨²n que representan EE UU y sus aliados en la OTAN.
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