La redenci¨®n de un guitarrista

Sobrevivir a las drogas no es sencillo. Tito Losada, como otros flamencos, entr¨® en este oscuro laberinto que le hizo "perder el tiempo" muchos a?os. Losada, que naci¨® profesionalmente en la ¨¦poca de los tablaos madrile?os en los sesenta, convivi¨® con los m¨¢s grandes del g¨¦nero: Morente, Camar¨®n... Pero la droga le fren¨®. Ahora, dice querer "saldar su deuda con Dios", y por eso presenta una Misa Flamenca, que estar¨¢ en el teatro de La Latina desde ma?ana hasta el 1 de agosto.

Es una producci¨®n que se inici¨® hace casi tres a?os, cuando Losada le vio las orejas al lobo. "?bamos a fiestas y nos daban de todo. Me tiraba toda la noche meti¨¦ndome rayas, era un diario", explica el guitarrista. "Nadie nos dec¨ªa que esto era malo". Un buen d¨ªa pens¨® que era suficiente. "No quer¨ªa que mis hijos me vieran como estaba". Despu¨¦s de ese momento, ¨¦l, un ateo convencido, cambi¨® de parecer: "Yo pensaba, a ver de qu¨¦ manera puede un gitano alabar a Dios: y se me ocurri¨® la misa".

Ponerla en marcha no fue f¨¢cil. Como no encontraba los apoyos necesarios en Espa?a, Losada se march¨® a M¨¦xico, y all¨ª logr¨® llevar la misa a los escenarios. Tanta fue la vinculaci¨®n del guitarrista con el pa¨ªs azteca, que una bailaora mexicana, Iztel Cuadras, se incorpor¨® a la compa?¨ªa.

"Espa?a es un pa¨ªs muy duro para el flamenco", dice Losada. "A los gitanos nos tienen muy marginados, hay mucho racismo. T¨² ves las programaciones de los cuatro festivales que hay y siempre son los mismos. Yo a este teatro he tenido que llegar a pecho descubierto, sin el respaldo de ninguna instituci¨®n. Si quiero hacer algo en Espa?a tengo que arriesgar".