El PSOE saca la reforma laboral por la abstenci¨®n de los nacionalistas

Misi¨®n cumplida para el Grupo Parlamentario Socialista, que, una vez m¨¢s en esta legislatura, ha sacado adelante una de las grandes reformas en las que se empe?¨® el Gobierno. La reforma laboral se aprob¨® ayer, tambi¨¦n en la l¨ªnea de lo habitual, gracias al concurso de CiU y el PNV. Con sus abstenciones, ambos grupos han hecho posible que la reforma vaya camino del Senado y pueda ser aprobada definitivamente a primeros del mes de septiembre.

Los s¨ªes solo corresponden a los 169 votos del PSOE, frente a los 165 en contra del PP, ERC, IU, ICV y Grupo Mixto, representado ayer en la Comisi¨®n de Trabajo por el BNG. Las 16 abstenciones corresponden a CiU y PNV, que "por responsabilidad" impidieron que este proyecto de ley fracasara y fuera devuelto al Gobierno.

PP: "La tramitaci¨®n ha sido ca¨®tica y es responsabilidad de los socialistas"

IU: "Se facilita el despido y mantiene la precariedad laboral"

Lo cierto es que la andadura del proyecto ha estado plagada de dificultades, incidentes y cambios coyunturales de alianzas. La negociaci¨®n ha terminado como empez¨®: con los nacionalistas. Pero hubo una interrupci¨®n y un dr¨¢stico distanciamiento de CiU, despu¨¦s de que el PSOE le negara algunas de sus demandas y se acercara al PP. "Fue un espejismo", reconocen ahora en el PSOE al considerar que las conversaciones con el portavoz del PP, Jos¨¦ Ignacio Ech¨¢niz, avanzaban de una manera muy razonable. Los socialistas llegaron a creer que el PP podr¨ªa apoyar la reforma, al no haber objetado nada de manera contundente. Pero cuando a¨²n negociaban con el portavoz popular durante la ma?ana de ayer, desde la direcci¨®n nacional del PP se anunciaba que el voto iba a ser negativo.

Al quite estaban CiU y PNV para negociar contenidos concretos sobre las materias m¨¢s sensibles. Y, el primero, las causas de despido, piedra de toque de la reforma. El acuerdo lleg¨® de la mano de los peneuvistas a trav¨¦s de su portavoz, Emilio Olabarr¨ªa. Para el despido objetivo, con 20 d¨ªas de indemnizaci¨®n, los empresarios tendr¨¢n que alegar p¨¦rdidas "actuales o previstas" o la disminuci¨®n persistente de su nivel de ingresos, que puedan afectar a su viabilidad o a su capacidad de mantener el volumen de empleo, dice el texto aprobado.

Esta redacci¨®n es mucho m¨¢s precisa que la que sali¨® en el decreto inicial, aunque hubo otra, el d¨ªa anterior, que los sindicatos consideraron una aut¨¦ntica agresi¨®n. Ahora las causas para despedir se han endurecido algo, aunque a las centrales el conjunto les parece causa suficiente para la huelga del 29 de septiembre.

Tambi¨¦n CiU se avino a colaborar con su abstenci¨®n, despu¨¦s de 36 horas de distanciamiento, precedidas de 15 d¨ªas de negociaci¨®n. El PSOE no acept¨® sus enmiendas capitales sobre la flexibilidad interna de las empresas ni tampoco sus postulados sobre el absentismo laboral y la negociaci¨®n colectiva. Solo quedaron apuntados en esta reforma, pero CiU no quiso contribuir "a crear m¨¢s incertidumbre", se?al¨® Carles Campuzano. En efecto, cuando los grupos supieron que el PP no se iba a abstener sino que votar¨ªa en contra, los nacionalistas consideraron que si ca¨ªa la reforma laboral por falta de apoyo, el mensaje a los "mercados", de nuevo, ser¨ªa nefasto.

"Hemos estado trabajando con mucha seriedad sobre contenidos que ustedes propon¨ªan, pero fuera de aqu¨ª sus dirigentes estaban anunciando que iban a votar que no", lament¨® el portavoz socialista Jes¨²s Membrado con un tono de cierta amargura. Agradeci¨® a los nacionalistas su posici¨®n "constructiva", reconoci¨® "la coherencia" de los grupos de la izquierda y censur¨® con cierto tono de amargura al PP. "Hoy ha sido un d¨ªa triste porque mientras muchos trabajaban en serio el PP solo ha querido destruir, porque lo ¨²nico que les mueve es su inter¨¦s de partido y no el futuro de Espa?a".

El portavoz del PP no entr¨® a rebatir argumentos de fondo, sino que se centr¨® en el barullo de la tramitaci¨®n y la confusi¨®n respecto a lo que eran enmiendas transaccionales o "documentos" de trabajo. "Ha sido un proceso improvisado, ca¨®tico e hist¨¦rico y solo el PSOE es responsable al no haber actuado mejor en una materia tan delicada", acus¨® Ech¨¢niz.

Para el resto de los grupos result¨® evidente que el PP no ha querido implicarse demasiado en esta reforma. Pero no hubo aplausos de nadie. "Acto fallido que no satisfar¨¢ a nadie", se?al¨® Campuzano. Desde el PNV, el diputado Emilio Olabarr¨ªa se quej¨® como todos de la confusi¨®n creada por el aluvi¨®n de enmiendas, que, finalmente, el presidente de la Comisi¨®n de Trabajo, el socialista Juan Barranco, con la ayuda del letrado, pudo ordenar. Olabarr¨ªa s¨ª agradeci¨® al PSOE su acercamiento a la visi¨®n de los peneuvistas sobre las causas del despido objetivo.

Los intentos de los grupos de la izquierda por modificar partes sustanciales del texto fueron in¨²tiles, ya que toda la negociaci¨®n transcurri¨® desde el principio con los nacionalistas y los acercamientos al PP. Eso s¨ª, con IU-ICV hubo pacto sobre el apartado de igualdad entre hombres y mujeres y formaci¨®n de j¨®venes. Apenas tampoco nada con ERC e ICV. "La reforma consagra el despido, debilita la negociaci¨®n colectiva y privatiza en la pr¨¢ctica las oficinas de empleo". Este es el diagn¨®stico de Llamazares. Y habr¨¢ cambios en el Senado, auguraron en el PSOE. Pero la capacidad de negociaci¨®n sigue depositada en los nacionalistas.