Racionalismo al l¨ªmite
Con tan solo siete pel¨ªculas a sus espaldas, Christopher Nolan ha conseguido inculcar, en un gran p¨²blico entendido como mente colectiva, que es una suerte de genio axiom¨¢tico. Lo de Nolan es una proeza, en suma, digna del grupo de personajes que protagoniza la brillante, ambiciosa, estimulante y, tambi¨¦n, tan excesiva como pagada de s¨ª misma Origen: un equipo especializado, precisamente, en la misi¨®n imposible de sembrar ideas en mente ajena mediante la sofisticada infiltraci¨®n en los sue?os del sujeto. Las debilidades de Nolan resultan aqu¨ª tan evidentes como en la casi un¨¢nimemente venerada El caballero oscuro (2008): asfixia de lo l¨²dico, desaforada vocaci¨®n de trascendencia, una sobriedad que a ratos apuesta por un no-estilo y unas limitaciones en la puesta en escena que sabotean, en especial, la eficacia de las escenas de acci¨®n. No es menos cierto que, en Origen, el mejor Nolan se despliega con mayor generosidad que nunca y llega a esbozar algo parecido a una po¨¦tica personal: es una obra compleja y sofisticada que habla tanto de la altura y la ambici¨®n del cineasta como de la sofisticaci¨®n del gran p¨²blico, capaz de asimilar una propuesta situada en las ant¨ªpodas del consumo r¨¢pido y f¨¢cil.
ORIGEN
Direcci¨®n: Christopher Nolan.
Int¨¦rpretes: Leonardo DiCaprio, Ellen Page, Joseph Gordon-Lewitt, Lukas Haas, Michael Caine, Marion Cotillard.
G¨¦nero: ciencia-ficci¨®n. EE UU-Gran Breta?a, 2010.
Duraci¨®n: 148 minutos.
La gran particularidad de Origen es su condici¨®n de gran tratado on¨ªrico formulado por un racionalista: lejos de dejar que su relato se abandone a las leyes de lo irracional, Nolan parece empe?ado en cartografiar un universo fluido e inestable, en ejercer de severo arquitecto del laberinto. Origen formula lo que, probablemente, podr¨ªa considerarse como el m¨¢s antisurrealista discurso sobre el mundo de los sue?os: cabe, pues, agradecer que el cineasta se permita cerrar su propuesta con un plano abierto a la ambig¨¹edad, que deja la historia en puntos suspensivos. Antes de llegar a ese desenlace, Nolan somete la tradici¨®n de los montajes paralelos de D. W. Griffith a un grado de violencia casi imprudente: cuatro niveles de realidad se alternan en un recital de fuerza narrativa que corrige y aumenta lo que hasta ahora se entend¨ªa por cl¨ªmax final. Tras el ba?o de intensidad, uno se pregunta si a Leonardo DiCaprio no se le habr¨¢ pasado por la cabeza la idea de que, en un mismo a?o, ha protagonizado dos veces la misma pel¨ªcula -Shutter Island, Origen- por otros medios.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.