Ruidoso silencio
Todo el mundo est¨¢ de acuerdo en que la apertura del nuevo Centro de Artes Visuales Fundaci¨®n Helga de Alvear es un vigoroso ejemplo en una ciudad que aspira a completar un circuito de gran singularidad, que abarca una parte significativa del arte de la segunda mitad del siglo XX, con el Museo Vostell, en la cercana localidad de Malpartida -con las colecciones de Wolf y Mercedes Vostell, el Fluxus de Gino di Maggio y la de Artistas Conceptuales- y la reci¨¦n inaugurada Casa sin Fin, un peque?o espacio galer¨ªstico en la c¨¦ntrica calle de Pizarro, a escasos metros de la fundaci¨®n, que se define como "un organismo vivo con un sistema nervioso muy sensible", siguiendo el modelo que Friedrick Kiesler (1890-1965) plasm¨® para su endless house.
Pero la galerista alemana podr¨ªa muy pronto sufrir la sensaci¨®n de ver menospreciada su generosidad por el consistorio de C¨¢ceres. Despu¨¦s de ubicar su colecci¨®n de m¨¢s de 2.000 piezas en un cas¨®n de principios del siglo XX -rehabilitado por Tu?¨®n y Mansilla con un coste de cinco millones de euros- la alcald¨ªa decide ahora postergar los trabajos de ampliaci¨®n de la segunda fase del proyecto. Gran error. No solo porque la donaci¨®n de la colecci¨®n estaba sujeta al compromiso de concluir el edificio. Tambi¨¦n porque la realidad pr¨¢ctica de la cultura se ha de medir por este tipo de iniciativas probadas que las supuestas verdades de la econom¨ªa global no pueden hacer desaparecer f¨¢cilmente.
Sirviendo de contrapunto a la potente personalidad de la coleccionista est¨¢ el responsable de la muestra inaugural: Jos¨¦ Mar¨ªa Vi?uela firma M¨¢rgenes de silencio, un desdichado y vac¨ªo discurso para la exhibici¨®n de doscientas pinturas, esculturas, fotograf¨ªas, v¨ªdeos e instalaciones que deber¨ªan exigir la pericia del narrador m¨¢s sutil. Muy al contrario, el comisario extreme?o invita a aceptar el punto de vista dogm¨¢tico de que el pareado de colores y formas es la perfecci¨®n normativa de toda exposici¨®n de arte. En sus manos, los trabajos de Louise Bourgeois, Donald Judd, Roni Horn, Imi Knoebel, Cildo Meireles, Paul Thek, Edward Ruscha, Robert Ryman, Jason Rhoades, Blinky Palermo y de buena parte del mainstream del arte contempor¨¢neo son puro ensimismamiento y decoraci¨®n. No hay ritmo, ni conocimiento. No hay riesgo. Solo consuelo. Que una coleccionista de la vehemencia de Helga de Alvear no haya sabido llevar hasta el final su excelente disposici¨®n para el trabajo bien hecho es decepcionante. Confiemos en que en el futuro ponga al frente de su colecci¨®n a profesionales capaces de impedir que la cr¨ªtica expire en los museos. Valorar los discursos antes que los m¨¢rgenes. Sobre todo si estos sirven para contener los falsos silencios, vengan o no de los pol¨ªticos.
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