?reas metropolitanas
El debate sobre las ¨¢reas metropolitanas en Galicia se complica sobremanera cuando se confunden dos concepciones diferentes de esas ¨¢reas. Clarificar ventajas, inconvenientes y compatibilidad de ambos enfoques resulta necesario.
Por un lado, tenemos las ¨¢reas como las define la legislaci¨®n b¨¢sica que rige la vida de las corporaciones locales. En ese caso, estar¨ªamos hablando de un nuevo nivel de administraci¨®n, con sus representantes pol¨ªticos, sus gestores y empleados, y su presupuesto. Esa ¨¢rea asumir¨ªa parte de las competencias que hoy desarrollan los ayuntamientos, diputaciones y la propia Xunta. El objetivo fundamental de estas ¨¢reas org¨¢nicas ser¨ªa, por tanto, el de prestar servicios p¨²blicos a escala supramunicipal. Un primer problema que surge es que la escala territorial ¨®ptima para la prestaci¨®n de los servicios no es la misma en todos los casos, por lo que necesariamente debe buscarse un tama?o y extensi¨®n del ¨¢rea que, sin ser probablemente ¨®ptima para ninguno de los servicios cuya gesti¨®n va a metropolizarse, sea razonable para todos ellos.
La mayor¨ªa de los estudios propugna un ¨¢rea con A Coru?a y Ferrol, y otra con Vigo y Pontevedra
Un segundo problema, a mi juicio el fundamental, es que supone una redistribuci¨®n del poder pol¨ªtico al que muchos se pueden resistir. Sea por distancias pol¨ªticas o por el temor a acabar siendo gobernados por otros, normalmente el municipio central del ¨¢rea metropolitana. Un ejemplo pr¨¢ctico: si el gobierno del ¨¢rea corresponde a los alcaldes (democracia indirecta), si los votos se reparten proporcionalmente seg¨²n la poblaci¨®n de cada ayuntamiento y el criterio es la mayor¨ªa simple, un ¨¢rea metropolitana para Vigo que integre a 500.000 habitantes ser¨¢ gobernada por el municipio central. Cabr¨ªa la opci¨®n de no asignar votos proporcionalmente o introducir la necesidad de mayor¨ªas cualificadas. Pero parece que en la pr¨¢ctica eso no resulta f¨¢cil: los problemas de gobernanza se encuentran tras el fracaso de la mayor¨ªa de los intentos de creaci¨®n de ¨¢reas en Espa?a.
De forma alternativa contamos con el enfoque de las ¨¢reas metropolitanas funcionales. Aqu¨ª no se crea ning¨²n ¨®rgano. Se apuesta por la cooperaci¨®n voluntaria y asim¨¦trica (variable en funci¨®n de cada servicio) de los municipios y se piensa en el ¨¢rea no s¨®lo como espacio para la prestaci¨®n de servicios locales a escala supramunicipal, sino como un espacio de planificaci¨®n y ejecuci¨®n de las pol¨ªticas auton¨®micas y las centrales. En este caso, la figura de los consorcios sectoriales verticales (entre Xunta y municipios) u horizontales (entre municipios) proporciona el sustento jur¨ªdico, y la dimensi¨®n geogr¨¢fica del ¨¢rea tiende a ser mayor. Para Galicia, la pr¨¢ctica totalidad de los estudios disponibles integran a Vigo con Pontevedra y A Coru?a con Ferrol. Este segundo enfoque es el que se sigue en las Directrices de Ordenaci¨®n del Territorio: en la versi¨®n que dej¨® Alberto N¨²?ez Feij¨®o cuando ces¨® como conselleiro, en la que leg¨® Mar¨ªa Jos¨¦ Caride cuando pas¨® a ser diputada y en la que maneja el actual Gobierno.
En principio, ambos enfoques son compatibles. En concreto, ser¨ªa posible crear un ¨¢rea metropolitana en el sur de Galicia conforme a la legislaci¨®n vigente que no incluyera a Pontevedra; al tiempo que en las Directrices de Ordenaci¨®n del Territorio s¨ª se habla de Vigo-Pontevedra. Esta operaci¨®n entra?a, no obstante, dos riesgos. El primero, que un posible fracaso de la creaci¨®n y funcionamiento de un ¨¢rea metropolitana org¨¢nica, hip¨®tesis veros¨ªmil a la luz de las experiencias acumuladas en el resto de Espa?a, lastrase e incluso bloquease el despliegue del ¨¢rea metropolitana funcional. El segundo, que una vez constituida un ¨¢rea org¨¢nica de ¨¢mbito territorial estrecho se entienda que el ¨¢rea funcional con un ¨¢mbito espacial de referencia m¨¢s amplio es una amenaza y no una oportunidad.
La Xunta actual tiene ante s¨ª un reto formidable, si quiere conseguir que ¨¢reas org¨¢nicas funcionen bien y que lo hagan de forma coordinada con las ¨¢reas funcionales. Si lo hace, seremos ejemplo a imitar en el resto de Espa?a. Pero si le entran dudas, que se olvide de las org¨¢nicas y se concentre en poner en marcha las funcionales.
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