Las intermitencias de lo inestable
Un nuevo brote de aversi¨®n al riesgo se apoder¨® ayer de los mercados. La inquietud se hab¨ªa dejado sentir ya hace unos d¨ªas con la subida de los precios de las materias primas agr¨ªcolas y la decisi¨®n del Gobierno ruso de suspender las exportaciones de trigo; y es que cualquier "choque" de oferta de una materia prima, como el del trigo en este caso, trae a la memoria situaciones dif¨ªciles para la econom¨ªa y para las Bolsas.
De repente, todo parec¨ªa volver a la situaci¨®n de hace un par de meses: el d¨®lar recuperando fortaleza frente al conjunto de las principales monedas y en particular frente al euro (contra el que pasaba a cotizar de muy pocas jornadas de 1,33 a 1,29 d¨®lares por euro) y, junto con la deuda p¨²blica norteamericana y alemana, era de nuevo el refugio frente a la incertidumbre acentuada por las ¨²ltimas informaciones procedentes de China o de la Reserva Federal (Fed) de EE UU (ambas acentuando el pesimismo sobre sus respectivas econom¨ªas). Y es que si los ¨²ltimos datos de situaci¨®n de la econom¨ªa china apuntan a una desaceleraci¨®n del crecimiento (importaciones a la baja o menor producci¨®n manufacturera) las opiniones emitidas anteayer por la Fed eran decepcionantes en dos sentidos diferentes. Por una parte, mostraban un pesimismo renovado sobre el inmediato futuro de la econom¨ªa norteamericana y, por otra, contrariaban la expectativa de que la Fed ampliase el alcance de su pol¨ªtica monetaria cuantitativa y procediese a comprar m¨¢s deuda p¨²blica, poniendo de esa forma m¨¢s dinero en circulaci¨®n (aunque en cierto sentido eso es lo que decidi¨® hacer el banco central de Estados Unidos, solo que con el dinero procedente del vencimiento de los t¨ªtulos hipotecarios que compr¨® en los ¨²ltimos dos a?os y que ya est¨¢n en el activo de su balance, con lo que el efecto ser¨¢ neutral).
Los procesos de recuperaci¨®n econ¨®mica son esencialmente irregulares
Sin embargo, la reacci¨®n negativa de los mercados, que se ha hecho extensiva tambi¨¦n al precio de las materias primas (petr¨®leo y cobre han ca¨ªdo fuertemente en precio) parece un poco sobreactuada y fruto, en parte, de la facilidad con la que se pueden mover los precios en los periodos vacacionales como el actual (cuando el volumen negociado suele reducirse dr¨¢sticamente) aunque tambi¨¦n atribuible a la falta de perspectiva que suele tenerse sobre lo que significa un proceso de recuperaci¨®n tras una recesi¨®n del calibre de la que acaba de atravesar la econom¨ªa norteamericana y mundial. Y en esto, tampoco parece que las autoridades de la Fed hayan estado especialmente finas con sus comentarios esta vez.
Los procesos de recuperaci¨®n econ¨®mica (igual que los de entrada en recesi¨®n) son esencialmente irregulares, con avances y retrocesos permanentes, en forma tal que suelen poner en duda las convicciones m¨¢s firmes y los an¨¢lisis mejor asentados. O, por decirlo de manera concreta: la econom¨ªa de EE UU est¨¢ pasando por una fase de modulaci¨®n a la baja del crecimiento, que en su caso resulta bastante t¨ªpica tras 12 meses de expansi¨®n. Por ejemplo, en las recuperaciones econ¨®micas que siguieron a las dos recesiones estadounidenses que precedieron a esta ¨²ltima (la de 1990-1991 y la de 2001) la situaci¨®n fue incluso peor pues hubieron de pasar casi dos a?os para que en ambos casos se tuviera la seguridad de que hab¨ªa un proceso expansivo en marcha.
El ciclo expansivo actual tiene, en cambio, un gran parecido con el que se inici¨® en 1975. Entonces, como ahora, tras 12 meses de crecimiento (que, todo hay que decirlo, fue bastante m¨¢s vigoroso que el actual) la econom¨ªa norteamericana dio claras muestras de agotamiento y apenas creci¨® durante dos trimestres seguidos. Eso, naturalmente, alter¨® a analistas, gestores y Bolsas, sin que, sin embargo, se produjera el temido double dip o doble recesi¨®n de la primera econom¨ªa mundial.
Es m¨¢s, del actual proceso de salida de la recesi¨®n norteamericana ni siquiera puede decirse, como han dicho algunos, que sea una recuperaci¨®n sin empleo (t¨¦rmino acu?ado para las dos anteriores recuperaciones de 1991 y 2002) ya que, por ahora, la tasa m¨¢xima de desempleo se alcanz¨® en el oto?o pasado, apenas cuatro meses despu¨¦s de que la econom¨ªa empezara a crecer, y no como en las dos ocasiones anteriores en que la tasa de desempleo m¨¢xima se dio cuando ya hab¨ªan discurrido casi dos a?os de crecimiento acumulado.
Y es que la probabilidad de que la econom¨ªa norteamericana entre en recesi¨®n antes de que transcurran uno o dos a?os es muy baja. De momento, no se da ninguna de las condiciones que han precedido desde 1950 a todas las recesiones en EE UU: ni la Reserva Federal ha iniciado la subida de los tipos de inter¨¦s; ni la curva de tipos de inter¨¦s est¨¢ invertida (es decir, los tipos de largo plazo no son m¨¢s bajos que los de corto plazo); ni el precio del petr¨®leo ha subido sustancialmente (se ha mantenido durante m¨¢s de un a?o oscilando en una banda de 20 d¨®lares de amplitud); ni se ha producido una ca¨ªda de los beneficios unitarios que, tambi¨¦n, precede siempre a las recesiones. Por otra parte, las dobles recesiones son muy infrecuentes, apenas tres en 160 a?os.
En fases como la actual, de inseguridad sobre el crecimiento, las apuestas sobre qu¨¦ har¨¢n los mercados est¨¢n sujetas a la misma din¨¢mica alternante de optimismo-pesimismo que las previsiones econ¨®micas. Por eso no es raro que desde que comenzara el a?o los ¨ªndices de Bolsa se hayan movido entre convulsiones: hace dos meses el Ibex 35 estaba 2.000 puntos por debajo de donde estaba el viernes pasado, y ayer cerr¨® casi 2.000 puntos por debajo de donde estaba a principios de a?o.
Lo m¨¢s probable es que sigan as¨ª, oscilando, hasta que desaparezca la aprensi¨®n sobre una nueva recesi¨®n econ¨®mica en EE UU. Cuando llegue, como parece probable, ese momento, se producir¨¢ seguramente una fuerte subida de los ¨ªndices, fruto del sentimiento de alivio, antes de caer de nuevo al comprobarse que, si bien la situaci¨®n no era tan mala como les parec¨ªa ayer mismo a los operadores de Bolsa, tampoco es tan buena como para concluir que los problemas est¨¢n resueltos.
El d¨®lar, que seguir¨¢ haciendo de refugio en situaciones como la vivida ayer, tendr¨¢ por lo tanto alg¨²n recorrido adicional contra el euro, aunque terminar¨¢ por debilitarse frente a todas las divisas. Las materias primas, siguiendo el mismo son, emitir¨¢n se?ales alternativas y contradictorias, con la escasez de cereales contribuyendo a incrementar fuertemente la confusi¨®n.
Juan Ignacio Crespo es director en Thomson Reuters.
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