Mineros atrapados por las leyes
Los sindicatos chilenos movilizan a las familias de los 33 trabajadores de la mina San Jos¨¦ para que busquen responsables antes que indemnizaciones
Cae la noche en el lugar donde muri¨® hace seis a?os Pedro Gonz¨¢lez, cerca de donde cay¨® Fernando Contreras dos a?os despu¨¦s, en el mismo sitio donde falleci¨® Manuel Villagr¨¢n en 2007, en la misma zona en que un derrumbe se llev¨® el pasado 3 de julio la pierna de Gino Cort¨¦s y donde ahora permanecen enterrados en vida 33 hombres a 700 metros de profundidad: la mina San Jos¨¦. Las familias se han reunido en asamblea, como todas las noches. Margarita Lagos, la madre de Claudio Y¨¢?ez, de 34 a?os y dos hijos, no acude a la reuni¨®n. Est¨¢ sentada en su chamizo, al resguardo de una candela junto a Javier Castillo, secretario del ¨²nico sindicato de Minera San Esteban, propietaria de la mina. La compa?¨ªa la integran unos 150 trabajadores, de los cuales 75 son miembros del sindicato. Hay familias que han interpuesto una querella criminal contra los due?os de la mina. Pero Castillo aconseja a Margarita esperar a que el sindicato haga una "s¨®lida presentaci¨®n jur¨ªdica" que apunte a "dar castigo a los responsables" antes que a buscar compensaci¨®n econ¨®mica. "La querella en Chile est¨¢ abocada al fracaso mientras los mineros permanezcan con vida", se?ala Castillo.
"Nosotros ya conseguimos cerrar esta mina despu¨¦s de la muerte de Villagr¨¢n en 2007", le explica Castillo a Margarita Lagos. "Pero al final, se reabri¨®. Dentro de unos meses puede que los que est¨¦n ah¨ª abajo cobren sus indemnizaciones y a cambio no quieran denunciar ni a la empresa ni al Gobierno. Pero as¨ª seguir¨¢n muriendo otros mineros. Al minero boliviano que est¨¢ ah¨ª enterrado, tal vez el presidente Evo Morales le ofrezca una pensi¨®n de por vida y ¨¦l se vaya a Bolivia y no quiera complicarse la vida con denuncias. Y yo no se lo puedo llevar a mal, nunca me voy a poner en contra de ellos. Pero nuestra obligaci¨®n es luchar para que los propietarios inviertan en la seguridad".
El problema es que si se cierra una mina, el minero puede ir al paro. "Y en Espa?a, el Gobierno te da dinero por estar cesante, pero aqu¨ª no. Aqu¨ª, te quedas sin nada", comenta otro sindicalista. "Los mineros cargados de hijos se niegan al cierre, pero yo les digo: si no se cierra, tu mujer lo ¨²nico que va a recibir de ti va a ser un caj¨®n. Cuando cerramos esta, los compa?eros encontraron trabajo en otras. Pero entonces no hab¨ªa aqu¨ª periodistas. Los mismos empresarios volvieron a abrirla tras unos meses y tuvieron que ser otros mineros quienes vinieran a comprobar emp¨ªricamente, por ellos mismos, que no se pod¨ªa trabajar ah¨ª".
El reclamo que us¨® la compa?¨ªa para encontrar trabajadores fue muy sencillo: aumentar los sueldos un 20% respecto a otros yacimientos. Los empleados de San Jos¨¦ ganan de media 857 euros (550.000 pesos) al mes, mientras que el salario medio en otras empresas de tama?o semejante es de 700 euros. Con las horas extras un obrero puede cobrar el equivalente a unos 1.000 euros.
Alejandro Bohn, uno de los due?os de San Jos¨¦, declar¨® recientemente: "No es momento de asumir culpas ni de pedir perd¨®n". Castillo cree, sin embargo, que Bohn tendr¨ªa que ir a la c¨¢rcel. Y que el Gobierno tambi¨¦n deber¨ªa "responder legalmente por haber autorizado su apertura". Margarita Lagos aconseja a Castillo que trate de convencer al resto de familias para que no se pongan en manos de los abogados del Estado. "Porque ellos son juez y parte. Van a mu?equear [enredar] y, al final, todo se quedar¨¢ en nada".
Mientras conversan la familia de Lagos y el sindicalista llega a la fogata Cristina, la esposa de Claudio, con una carta que acaban de entregarle enviada por el minero Jhony Barrios, de 50 a?os. Barrios es el ¨²nico de los 33 con conocimientos de enfermer¨ªa. En este momento resulta de gran utilidad para los equipos de rescate. Su vecino Tom¨¢s Sep¨²lveda, padre pol¨ªtico de Claudio Y¨¢?ez, cuenta que Jhony se separ¨® hace unos meses, despu¨¦s de 25 a?os casado, y ahora hay ciertas disputas entre "la Marta Salinas y la amante" por ver qui¨¦n lo representa. En el papel, Jhony Barrios delega en su novia. Si se est¨¢ hablando de indemnizaciones, y muchas familias hablan de ellas, el dato es importante.
Castillo prefiere centrarse en las responsabilidades antes que en el dinero. "Ahora, la ley viene a decir: si las condiciones de la mina son malas, tienes la libertad de irte. Pero no existe el derecho a trabajar en condiciones seguras. Si se tienen que cerrar minas, que se cierren, aunque nos quedemos sin trabajo. Nuestros tiempos son m¨¢s largos que el de los periodistas. Cuando ustedes se vayan, aqu¨ª seguir¨¢n muriendo mineros".
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