96 esqueletos en el Camino de Santiago
Concluye en Burgos la exhumaci¨®n de una de las mayores fosas de Franco
Estaban sepultados bajo una capa de 1,70 metros de tierra, en fila, con orden y m¨¦todo, porque quienes enterraron los primeros cad¨¢veres sab¨ªan que iban a llevar muchos m¨¢s a esta fosa com¨²n en el monte de La Pedraja (Burgos), una de las mayores abiertas hasta ahora en Espa?a. Un equipo de 25 t¨¦cnicos ha trabajado durante seis d¨ªas en jornadas de 10 horas para recuperar los restos de 96 fusilados, un cementerio sin l¨¢pidas, nombres y flores. Es la exhumaci¨®n m¨¢s dif¨ªcil de las m¨¢s de 100 en las que ha participado el forense Francisco Etxeberria, porque los huesos se deshac¨ªan al cogerlos. Hab¨ªan pasado 73 a?os pr¨¢cticamente inundados. "Si esto se hubiese hecho dentro de 30 a?os, solo quedar¨ªan las gomas de las zapatillas que llevaban las v¨ªctimas", se?al¨®.
En esta fosa, Luis Carlos Garc¨ªa, de 73 a?os, busca los restos de su t¨ªo. "Lo mataron el 3 de agosto de 1936. Era concejal en Santaolalla de Bureba. Ten¨ªa 25 a?os. Mi padre, su hermano, se escondi¨® durante casi ocho a?os en el pajar de casa para que no le pasara lo mismo, pero yo no supe que era mi padre hasta los ocho a?os. Me dijeron que era mi t¨ªo para que no se me escapara que mi padre estaba escondido en casa y lo detuvieran. Me ense?¨® a leer y a escribir, pero de estar tanto tiempo encerrado se trastorn¨® y fue a entregarse". Al principio, la Guardia Civil le tom¨® por loco. Finalmente fue detenido y pas¨® tres a?os en prisi¨®n.
"A m¨ª me mataron a mi padre y a dos hermanos; uno de ellos, Dami¨¢n, est¨¢ en La Pedraja", cuenta Bernab¨¦ S¨¢ez. Los asesinos no se conformaron con aquellas tres muertes. "Una noche aporrearon la puerta hasta que mi madre abri¨®. Le dijeron que est¨¢bamos desterrados... ?bamos de puente en puente, pidiendo por los caminos. Un d¨ªa, un alguacil detuvo a mi madre y la llev¨® a rastras hasta la plaza mayor del pueblo. Ella le grit¨®: '?Asesino! ?M¨¢tanos a todos!' No se me olvidar¨¢ en la vida. Le raparon la cabeza y le dieron aceite de ricino", cuenta. "Yo pas¨¦ 15 a?os en la c¨¢rcel porque empec¨¦ a robar para sobrevivir. Jam¨¢s podr¨¦ olvidar todo esto. Tengo 88 a?os y me voy a morir con este dolor".
En la fosa han aparecido 16 proyectiles y tres casquillos, los tiros de gracia. Entre los restos, est¨¢n los de un chico de 16 a?os, y los de una mujer. La ropa que llevaban se ha conservado mejor que sus huesos. Los arque¨®logos han recuperado un abrigo, camisas, jers¨¦is, y un faj¨ªn de hombre que ha ilusionado a la familia de Rafael Mart¨ªnez. Se lo hab¨ªa pedido a su mujer en una de las 15 cartas que le escribi¨® desde la prisi¨®n de Burgos antes de que lo fusilaran. "Por la ropa pensamos que puede ser ¨¦l", cuenta, muy emocionada, su hija Victoria, de 81 a?os, la m¨¢s peque?a de cinco hermanos. "Nos recuerdo a todos rotos de ver llorar a mi madre aquel terrible invierno de 1936...".
A Rafael Mart¨ªnez lo detuvieron al d¨ªa siguiente de que estallara la Guerra Civil y lo fusilaron el 3 de octubre de 1936. Era presidente de la Agrupaci¨®n Socialista de Briviesca (Burgos) y contratista de obras p¨²blicas. Construy¨® algunos tramos de la carretera junto a la fosa en la que fue fusilado y por la que estos d¨ªas han pasado peregrinos del Camino de Santiago. "Muchos eran extranjeros y se han quedado muy impresionados", explica Exteberria, que quiz¨¢ vuelva el a?o que viene a La Pedraja porque 96 esqueletos son muchos, pero no todos. Se calcula que en este paraje puede haber 200 v¨ªctimas m¨¢s de Franco.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.