Apretar el paso para erradicar la pobreza
La campa?a para superar la pobreza y el hambre extremas ha centrado los esfuerzos internacionales para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) desde su adopci¨®n hace una d¨¦cada. Hasta las crisis alimentaria, econ¨®mica y de combustible de los dos ¨²ltimos a?os, los pa¨ªses en desarrollo avanzaban hacia esa meta, aunque a ritmos diferentes.
En 1981, un 52% de la poblaci¨®n de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo viv¨ªa en una situaci¨®n de pobreza extrema; hacia 2005, ese porcentaje se hab¨ªa reducido hasta el 25%. Los esfuerzos de los pa¨ªses y sus socios dieron fruto hasta la llegada de la crisis, y la pobreza se redujo claramente en el este de Asia, Latinoam¨¦rica y Europa del Este y central.
Los ¨ªndices de hambruna y desnutrici¨®n han disminuido, pero no con suficiente rapidez
Los pa¨ªses en desarrollo ofrecen abundantes oportunidades de inversi¨®n con jugosos beneficios
Pero no todos han compartido este progreso. El ?frica subsahariana sigue a la zaga en lo que respecta a superar la pobreza. Los ¨ªndices de hambruna y desnutrici¨®n han disminuido, pero no con suficiente rapidez para cumplir el objetivo de erradicar el hambre de aqu¨ª a 2015. En el mundo sigue habiendo demasiada gente que padece hambre, o es pobre, o vulnerable a la pobreza, con muy pocos empleos y muy poco acceso a los servicios y las oportunidades econ¨®micas.
Las crisis no han hecho sino empeorar las cosas. El Banco Mundial calcula que en 2010 viv¨ªan en una situaci¨®n de pobreza extrema (menos de 1,25 d¨®lares diarios) 64 millones de personas m¨¢s, y que en 2015, la cifra de ni?os menores de cinco a?os que fallezcan podr¨ªa aumentar en 1,2 millones; 350.000 estudiantes m¨¢s podr¨ªan no finalizar la escuela primaria; y unos 100 millones m¨¢s podr¨ªan carecer de acceso a agua potable.
La crisis alimentaria de 2008 puede parecer cosa del pasado, pero no ha desaparecido. Por primera vez en la historia, m¨¢s de 1.000 millones de personas se van a la cama con hambre cada noche.
Por eso debemos redoblar los esfuerzos para prestar apoyo a los pobres y los vulnerables. Las inversiones en toda la cadena alimentaria para incrementar la productividad agr¨ªcola no solo ayudar¨¢n a paliar el hambre, sino que tambi¨¦n contribuir¨¢n a superar la pobreza, porque un 75% de los pobres del mundo viven en zonas rurales de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. En su mayor¨ªa dependen de la agricultura para vivir.
Los pa¨ªses con ingresos bajos deben crear redes de seguridad mejores para proteger a los m¨¢s pobres y a la vez prepararlos para desarrollar sus aptitudes a fin de zafarse de la trampa de la pobreza y conseguir trabajos mejor remunerados.
La nutrici¨®n debe ser parte integral de estas redes de seguridad. El objetivo de mejorar la nutrici¨®n puede tener m¨²ltiples efectos positivos, puesto que guarda relaci¨®n con la mortalidad materna e infantil, la educaci¨®n y la salud. El Banco Mundial trabaja con el Programa Mundial de Alimentos y Unicef para que la nutrici¨®n forme parte de los programas para mejorar la red de seguridad como la alimentaci¨®n en las escuelas y comida a cambio de trabajo. A trav¨¦s de asociaciones con terceros, esperamos aprovechar los nuevos conocimientos sobre complementos nutricionales y otras maneras de mejorar la dieta de los pobres.
La recuperaci¨®n de la econom¨ªa mundial es desigual e incierta, y no se ha producido el repunte del empleo que la gente necesita. Debemos recuperar el terreno perdido y apretar el paso para superar la pobreza. Los pa¨ªses en desarrollo ofrecen abundantes oportunidades de inversi¨®n con jugosos beneficios que pueden generar nuevas fuentes de demanda mundial.
El potencial de crecimiento no se limita a unos cuantos mercados en ciernes. Unas pol¨ªticas mejoradas han acelerado el crecimiento y multiplicado las oportunidades en muchos pa¨ªses con ingresos bajos, entre ellos el ?frica subsahariana, que registraba un crecimiento anual del 6% en los cinco a?os previos a la crisis.
Para crear nuevos y mejores puestos de trabajo, es esencial actualizar las cualificaciones de la gente para mejorar sus perspectivas. Esto es particularmente importante ahora que los pa¨ªses en desarrollo y emergentes afrontan graves desaf¨ªos demogr¨¢ficos, desde una cifra r¨¦cord de j¨®venes que buscan trabajo en ?frica y Oriente Pr¨®ximo hasta la mengua de la poblaci¨®n activa en Europa del Este y el centro y el este de Asia.
Es vital centrarse de manera eficaz en los trabajadores, dando empleo a todos y aprovechando al m¨¢ximo su productividad. En consecuencia, los pa¨ªses deber¨¢n contar con sistemas que desarrollen las aptitudes de los j¨®venes gui¨¢ndolos en sus primeros a?os de infancia, poniendo ¨¦nfasis en la nutrici¨®n, la estimulaci¨®n y las habilidades cognitivas b¨¢sicas; que garanticen que, una vez en la escuela, tanto los ni?os como las ni?as aprenden gracias a unas normas claras, unos buenos profesores, suficientes recursos y un fuerte ¨¦nfasis en los resultados y el rendimiento en todo el sistema escolar; que fomenten las cualificaciones relevantes que buscan los empresarios a trav¨¦s de la educaci¨®n superior y la formaci¨®n en el empleo, y que promuevan el esp¨ªritu empresarial y la innovaci¨®n.
La recuperaci¨®n tambi¨¦n depender¨¢ de un repunte del sector privado. Las empresas invertir¨¢n y crear¨¢n puestos de trabajo si pueden obtener beneficios. Los pa¨ªses tendr¨¢n que crear un clima de inversi¨®n m¨¢s atractivo estableciendo unas normas claras, emprendiendo reformas regulatorias para que hacer negocios resulte m¨¢s sencillo, y ofreciendo financiaci¨®n a las pymes para las inversiones privadas, y tambi¨¦n a la gente pobre.
Adem¨¢s, los pa¨ªses deben luchar por un sistema de gobierno mejor y contra el c¨¢ncer de la corrupci¨®n. Los Gobiernos, trabajando con socios para el desarrollo, deben actuar con rapidez para crear m¨¢s oportunidades. Esto incluye el ampliar las posibilidades para ni?as y mujeres, ya que la econom¨ªa de un pa¨ªs no llegar¨¢ a buen puerto si discrimina a la mitad de la poblaci¨®n.
Ahora que la comunidad de los pa¨ªses en desarrollo hace balance de sus progresos con los ODM a partir de ma?ana en la ONU, debemos mirar m¨¢s all¨¢ y detr¨¢s de las cifras para ver qu¨¦ podemos aprender de ellas y de nuestras iniciativas hasta la fecha. Debemos invertir en lo que funcione y arreglar lo que no funciona. Y al hacerlo, debemos tener siempre en mente que, en ¨²ltima instancia, de lo que se trata es de capacitar a las personas. El esp¨ªritu humano puede lograr cosas incre¨ªbles. Tenemos que brindar a todo el mundo esa oportunidad.
Robert B. Zoellick es presidente del Banco Mundial.
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