El hombre que sab¨ªa corromper
Sirvi¨® a Gil y al servicio secreto espa?ol. Creo un imperio de corrupci¨®n en Marbella y eludi¨® durante a?os a la justicia. Juan Antonio Roca, el hombre al que serv¨ªan pol¨ªticos, polic¨ªas y funcionarios, se sentar¨¢ ma?ana en el banquillo por el caso Malaya, un proceso con 95 acusados. Este es su retrato.
Una calle de Marbella. El polic¨ªa municipal ordena detener el veh¨ªculo, cuyo conductor ha realizado una maniobra prohibida. La multa correspondiente se paga con fondos reservados del Ministerio del Interior unos d¨ªas despu¨¦s. El coche es de alquiler para no levantar sospechas. El infractor es un polic¨ªa nacional que evita identificarse como tal. Nunca se hab¨ªan extremado tanto las precauciones para investigar a un hombre y su c¨ªrculo de intereses. Ni siquiera las m¨¢s altas autoridades policiales de M¨¢laga est¨¢n al tanto de lo que se est¨¢ cociendo: agentes llegados desde Madrid, que viven en pisos francos y evitan pisar una comisar¨ªa, vigilan cada movimiento de un empleado municipal de Marbella llamado Juan Antonio Roca.
Tiempo atr¨¢s, la polic¨ªa trat¨® de convertir a Roca en confidente. Dur¨® poco, prefiri¨® la colaboraci¨®n con el CNI
El ayuntamiento era un caos: el grupo mixto A, el B, el C, el D, el PSOE, el PP, el Grupo Socialista y el Partido Andalucista
El fiscal atribuye a Roca inmuebles valorados en 136 millones y obras de arte y objetos de lujo por valor de 27
Roca no es un asalariado cualquiera. Ni siquiera es un gerente de Urbanismo cualquiera. En ese invierno de 2005, Roca es el hombre m¨¢s importante de Marbella. "Tengo todo el poder", se atreve a confesarle a un abogado. "El Ayuntamiento soy yo", dice.
Casi cinco a?os despu¨¦s, Roca es memoria viva del principal caso de corrupci¨®n urban¨ªstica conocido en Espa?a. Ma?ana est¨¢ previsto que comience el juicio del caso Malaya. Ser¨¢ el mayor celebrado hasta la fecha, con 95 acusados en el banquillo y un sumario de 200.000 folios ordenados en 196 tomos. Muchas son las voces que pronostican la dificultad de gobernar un juicio semejante, que puede alargarse m¨¢s de un a?o. Marbella export¨® un modelo de urbanismo en el que arraigaron el cohecho y la prevaricaci¨®n. Y su gestor fue Roca. Desde entonces hasta hoy, numerosos casos de corrupci¨®n salpican Espa?a.
?EL DESPACHO DE ROCA. El centro del poder. Es una habitaci¨®n amplia, funcional, al fondo de la sede de Planeamiento 2000, SL, la empresa municipal que gestiona el urbanismo de la ciudad, en la avenida de Ricardo Soriano, la principal arteria de Marbella. La oficina tiene dos puertas. Una comunica con la antesala donde trabajan sus secretarias. La otra conecta directamente con el exterior. Es una salida discreta, reservada para las visitas que no deben pasar por el acceso principal. Sobre la mesa, Roca llega a tener alineados hasta nueve tel¨¦fonos m¨®viles. Algunos se los ha facilitado su asesor de seguridad, Jaime Hachuel Fern¨¢ndez, apodado El Coronel, seg¨²n algunas fuentes un antiguo miembro del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Uno de los terminales es un modelo ingl¨¦s que utiliza una l¨ªnea cifrada para evitar que alguien pueda interferir sus comunicaciones, pero Roca no tiene suerte en ese aspecto: a veces, su interlocutor se olvida de apretar un determinado bot¨®n, el sistema no funciona, y la conversaci¨®n puede ser escuchada.
Demasiada gente llama a Roca a su despacho. Por cualquier motivo, no solo para pedir dinero. Le telefonean incluso para pedirle permiso para intervenir en un programa de televisi¨®n, para recibir instrucciones sobre lo que hay que decir sobre la situaci¨®n en Marbella. Son frecuentes las llamadas del jefe de la Polic¨ªa Local, Rafael del Pozo. Posiblemente le inform¨® de que sus hombres hab¨ªan detectado dos coches camuflados de la Polic¨ªa Nacional cerca de su domicilio. Para eso necesitaba nueve tel¨¦fonos m¨®viles: nada importante pasaba en Marbella sin su conocimiento. "Cada uno tiene su funci¨®n", lleg¨® a explicarle a un empresario.
Tiempo atr¨¢s, la polic¨ªa trat¨® de convertir a Roca en confidente. Su colaboraci¨®n era fundamental para investigar al alcalde Jes¨²s Gil, que hab¨ªa fundado un partido (Grupo Independiente Liberal, con las siglas de su apellido) cuyo objetivo no era otro que trasladar el modelo implantado en Marbella a otros lugares de la costa, dos de ellos tan sensibles como Ceuta y Melilla. Y Gil estaba teniendo ¨¦xito. Roca colabor¨® un tiempo. No mucho. Luego lo dej¨®. Se sinti¨® m¨¢s c¨®modo colaborando con dos funcionarios del CNI que se hac¨ªan llamar Tom¨¢s e Ignacio. Esa informaci¨®n lleg¨® a o¨ªdos del juez Miguel ?ngel Torres: en todo caso, fue determinante para que se adoptaran por parte de la Polic¨ªa precauciones excepcionales en la investigaci¨®n. Quiz¨¢s Roca pensaba que con el CNI estar¨ªa m¨¢s protegido, que pod¨ªa gozar de mayor inmunidad y seguir incrementando su riqueza a costa del patrimonio de Marbella. Estaba seguro de que alguien le avisar¨ªa de cualquier contrariedad.
La Operaci¨®n Malaya no naci¨® por casualidad. Formalmente, todo empez¨® el 13 de octubre de 2005, cuando Jorge Gonz¨¢lez, un funcionario marginado de sus funciones como jefe del servicio jur¨ªdico de Urbanismo de Marbella, acudi¨® a testificar sobre unas irregularidades en las obras del hotel Guadalp¨ªn. En un momento dado, Gonz¨¢lez habl¨® de Roca y explic¨® que "actuaba como si fuera el alcalde en los temas urban¨ªsticos". "Es la persona que decide absolutamente", dijo. Y a?adi¨® que en Marbella se cumpl¨ªa "al 99%" todo lo que decid¨ªa Roca. Al final de su testimonio, Gonz¨¢lez advirti¨® que tem¨ªa que pudiera sucederle algo despu¨¦s de lo que hab¨ªa declarado. Para el joven juez Torres, que hab¨ªa adquirido cierta notoriedad en la investigaci¨®n de la Operaci¨®n Ballena Blanca, donde afloraron algunas cosas que estaban sucediendo en Marbella, ese testimonio fue suficiente para abrir unas diligencias y judicializar una investigaci¨®n que llevaba unos meses esperando una oportunidad. En t¨¦rminos policiales, se hab¨ªa realizado un trabajo de "inteligencia" previo a la puesta en marcha de la operaci¨®n. Lo que no sospechaba Torres era que uno de sus compa?eros, con quien comentaba algunos casos y con quien hab¨ªa compartido piso meses atr¨¢s, el juez Francisco Javier de Urqu¨ªa, hab¨ªa recibido presuntamente dinero de Roca para comprarse un piso.
Sin esa informaci¨®n previa, la Operaci¨®n Malaya quiz¨¢s habr¨ªa sido un fracaso. A¨²n hoy, pocos se han preguntado c¨®mo una investigaci¨®n que provoc¨® m¨¢s de cien detenciones y un aut¨¦ntico terremoto en la Costa del Sol se fragu¨® en tan solo cinco meses, un tiempo r¨¦cord para una operaci¨®n de tanta envergadura. Sin esa informaci¨®n previa, sin esa inteligencia preliminar, no habr¨ªa sido posible.
La estrategia se dise?¨® desde Madrid. Se form¨® un equipo entre la Polic¨ªa, la Agencia Tributaria y la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n. Se incorpor¨® al equipo a los mejores expertos policiales en blanqueo de capitales y esos no eran otros que quienes hab¨ªan trabajado en su d¨ªa contra los narcotraficantes gallegos. Se dispuso un reparto de tareas muy estricto: todas las labores de vigilancia se realizar¨ªan desde Madrid, con polic¨ªas enviados desde la capital, con coches alquilados para no levantar sospechas una vez que se detect¨® que la Polic¨ªa Local de Marbella hac¨ªa labores de contravigilancia en favor de Roca. Se alquilaron pisos francos, se constituyeron empresas pantalla para dar cobertura al trabajo de algunos agentes, se evit¨® acudir a las notar¨ªas de la Costa del Sol o a los registros de la propiedad para no levantar sospechas. Solo un peque?o grupo de agentes de M¨¢laga, al mando de un comisario, investigar¨ªa el patrimonio de Roca en la Costa del Sol, pero no se inform¨® de ello a las altas instancias policiales de la provincia.
Y a pesar de todo ello, cuando fueron a detener a Roca a su domicilio, este no se sinti¨® sorprendido. "Les estaba esperando", dijo a los agentes. En su casa de Murcia, a donde se desplazaba con frecuencia en helic¨®ptero, no encontraron un solo papel. Una de sus secretarias, Ainoa C. G., en una declaraci¨®n posterior ante el juez, dijo: "A partir de noviembre de 2005,
cambi¨® de actitud. Nos hizo quitar documentaci¨®n sobre Maras Asesores, Marqu¨¦s de Velilla, Condeor, Marbella Airways, Masdevalia y One Properties. Creo que dio esas instrucciones porque no quer¨ªa que la gente supiera que esas sociedades son suyas y porque quer¨ªa abandonar Marbella".
Roca tuvo la certeza de que le estaban investigando. Quiz¨¢s pens¨® que no llegar¨ªan tan lejos. O estaba convencido de que funcionar¨ªa la "protecci¨®n".
?LA ALCALD?A. No es acorde con el presunto glamour de Marbella. Decoraci¨®n descuidada, no exenta de un toque de austeridad. No es un espacio generoso. Una mesa de madera noble con un sill¨®n a juego preside la estancia. A la izquierda, un tresillo en tonos amarillos algo desgastado. As¨ª era en el invierno de 2005. En realidad, nunca fue el centro del poder municipal. Gil gobern¨® casi siempre desde la sede del Club Financiero Inmobiliario, una empresa de su propiedad. Cuando hubo de abandonar la alcald¨ªa en 2003, el despacho lo ocup¨® Juli¨¢n Mu?oz, un concejal que en tiempos fue camarero y regent¨® alg¨²n negocio de hosteler¨ªa. Juli¨¢n Mu?oz hizo carrera en la prensa rosa tras un romance con la tonadillera Isabel Pantoja. Gan¨® las elecciones por mayor¨ªa absoluta y, desde ese momento, comenz¨® a tener ideas propias en materia de urbanismo, aconsejado por la cantante, seg¨²n fuentes pol¨ªticas. Mu?oz se atrevi¨® a destituir a Roca. Sobre su mesa de la alcald¨ªa ten¨ªa una foto de su nieto y otra de Isabel Pantoja.
Pero el poder sigui¨® en manos de Roca y la noche del 31 de julio de 2005 una moci¨®n de censura acab¨® con el Gobierno de Mu?oz. Nunca hubo duda de que Roca movi¨® todos los hilos para colocar a Marisol Yag¨¹e, ex cantante rociera, como alcaldesa, y asegurarse el respaldo de Isabel Garc¨ªa Marcos, la cabeza de lista del PSOE, nombrada teniente de alcalde. Para entonces, los deseos de enriquecimiento de los ediles superaban toda prudencia.
"Roca se reun¨ªa todos los lunes y los martes con la alcaldesa y el resto de concejales", explic¨® ante el juez otra de sus secretarias, Mar¨ªa Jos¨¦ L. H. "?l nunca se desplazaba a ver a nadie, pero cuando llamaba a la alcaldesa, a alg¨²n concejal o al jefe de la Polic¨ªa Local ven¨ªan inmediatamente a despachar con ¨¦l. Roca no recibe en ning¨²n caso instrucciones de los concejales. M¨¢s bien creo que es al contrario".
En las semanas previas al despliegue policial, el ambiente pol¨ªtico en la ciudad estaba muy cargado. La entonces alcaldesa, Marisol Yag¨¹e, que supl¨ªa su incapacidad de gesti¨®n con altas dosis de populismo, hab¨ªa sido denunciada por impago por un constructor que hab¨ªa reformado su chal¨¦, La Madrugada. El constructor, Alberto Pi?ana, hab¨ªa contado al juez que la regidora le deb¨ªa cerca de 950.000 euros por las obras -que incluyeron, seg¨²n ¨¦l, tirar y levantar el mismo tabique una decena de veces- y que Yag¨¹e hab¨ªa tratado de abonar los trabajos con fondos municipales. La publicaci¨®n de este esc¨¢ndalo alarm¨® a Roca, que ya sospechaba que la Polic¨ªa andaba tras sus pasos. En una conversaci¨®n telef¨®nica incluida en el sumario, Roca le confiaba al entonces jefe de la Polic¨ªa Local, Rafael del Pozo: "Es que yo no s¨¦ c¨®mo esta chica... Yo voy a hablar muy seriamente con ella".
Otros concejales ten¨ªan conciencia de que sus d¨ªas felices estaban contados. El 3 de enero de 2006, el concejal de Tr¨¢fico, Victoriano Rodr¨ªguez, ya fallecido, hablaba con el empresario de gr¨²as Ismael P¨¦rez Pe?a, con quien supuestamente ama?aba el contrato de retirada de veh¨ªculos al dep¨®sito municipal:
-Vamos primero a lo de la gr¨²a, a dejarlo bien, y despu¨¦s a por el dinero, que esto se acaba.
-Ya. Coger pisos o lo que sea.
-Lo que te den. Coge lo que te den, que esto se acaba, Ismael. Lo que tienes que hacer es coger pisos donde sea porque lo puedes hacer calderilla.
La ex socialista Isabel Garc¨ªa Marcos, otrora azote de los gilistas, y que se pas¨® con armas y bagajes al lado oscuro tras la moci¨®n de censura que derroc¨® a Juli¨¢n Mu?oz, tambi¨¦n dej¨® su frase para la historia de la corrupci¨®n. El 24 de febrero de 2006 Garc¨ªa Marcos hablaba con el tambi¨¦n edil Jos¨¦ Ja¨¦n sobre el proyecto de unos empresarios para levantar una residencia de ancianos de lujo en Marbella: "Quiero cobrar provisi¨®n de gastos, porque si no, no trabajo; quiero cobrar el ¨ªtem uno, quiero cobrarlo porque nada m¨¢s sobre el papel yo genero una plusval¨ªa muy importante (...) No muevo un papel, no muevo nada, ni siquiera me pongo a leer si no tengo dinero".
Apenas un mes despu¨¦s de que los polic¨ªas grabaran esta jugosa conversaci¨®n, se inici¨® la primera fase de la Operaci¨®n Malaya. Para detener a la teniente de alcalde Garc¨ªa Marcos los agentes tuvieron que esperar un par de d¨ªas a que regresara de su luna de miel en Rusia. Sin embargo, la espera mereci¨® la pena: en su domicilio, en el barrio de El Limonar, en M¨¢laga, los agentes hallaron 378.000 euros en billetes de 500. "Es el fruto de mi trabajo, una herencia de mi padre y mis regalos de boda", afirm¨®.
De nada hab¨ªan servido los consejos de Roca a los concejales sobre la necesidad de no hablar de ciertas cosas por tel¨¦fono.
Para entonces, el ayuntamiento de Marbella hab¨ªa llegado al paroxismo. Exist¨ªa el grupo mixto A, el B, el C, el D, el PSOE, el PP, el Grupo Socialista y el PA: 17 de los 27 concejales estaban imputados en diferentes causas. Desde 1991, ocho concejales y el alcalde Gil fueron condenados por causas relacionadas con la corrupci¨®n. Cuando se destap¨® finalmente la operaci¨®n y se practicaron las primeras detenciones, el Consejo de Ministros tuvo que intervenir el 6 de abril de 2006 el Ayuntamiento y colocar una junta gestora que presidi¨® el abogado Diego Mart¨ªn Reyes, ocupante tambi¨¦n de aquel despacho de la alcald¨ªa. Mart¨ªn Reyes todav¨ªa recuerda que se encontr¨® con un Ayuntamiento que "ten¨ªa unos ingresos corrientes de 300.000 euros y unos gastos de 13 millones".
?EL TRI?NGULO DE CORULLA EN MADRID. La sede del bufete de S¨¢nchez Zubizarreta-Soriano Pastor, en la calle de Fernando VI. No muy lejos, dos oficinas m¨¢s, una en la calle del Pr¨ªncipe de Vergara, 47, la otra a un centenar de metros, en Goya, 59. Ese era el tri¨¢ngulo en el que se mov¨ªa Montserrat Corulla, una joven y ambiciosa abogada que administraba algunas sociedades,entre ellas, Condeor. Si el poder pol¨ªtico de Roca estaba en Marbella, su poder econ¨®mico lo ten¨ªa desplazado en Madrid. A efectos fiscales, Roca era un empleado del Ayuntamiento con un sueldo de gerente y una sola cuenta corriente, cuyos gastos se limitaban a pagar el colegio de su hija. No hab¨ªa otra propiedad a su nombre. Los intereses de Roca fuera de Espa?a los llevaba, seg¨²n el fiscal, el abogado marbell¨ª Juan Germ¨¢n Hoffmann.
Los abogados S¨¢nchez Zubizarreta-Soriano Pastor gestionaban las sociedades bajo las que Roca supuestamente ocult¨® su patrimonio, y la red de presuntos testaferros que figuraban como administradores del entramado mercantil. El fiscal atribuye al ex asesor urban¨ªstico inversiones por 136 millones de euros en inmuebles: sus adquisiciones principales son una finca de 130 hect¨¢reas en San Roque (C¨¢diz), llamada La Morisca; otra en Marbella, bautizada como La Caridad; los palacios de Salda?a, Villagonzalo y de Tepa (en Madrid); hoteles en El Roc¨ªo (Huelva) y Los Alc¨¢zares (Murcia), y pisos y chal¨¦s en Marbella, Sevilla, Sotogrande y Baleares. Tambi¨¦n adquiri¨® obras de arte y objetos de lujo por valor de 27 millones y gast¨® otros 31 millones en reformar y amueblar sus viviendas.
Montserrat Corulla gestionaba parte de ese capital y ello le permiti¨® llevar un alto nivel de vida. Una mujer guapa y elegante que se mov¨ªa bien en despachos oficiales. Se hizo popular cuando durante la pasada campa?a electoral, el hoy ministro Miguel Sebasti¨¢n, entonces candidato socialista a la alcald¨ªa, interpel¨® al alcalde Alberto Ruiz-Gallard¨®n. Para entonces, Corulla hab¨ªa tenido una experiencia dram¨¢tica: hab¨ªa pasado varios meses en prisi¨®n preventiva por el caso Malaya. Ahora, su defensa la presenta como una mujer enga?ada por Roca, cuya firma fue falsificada en muchos documentos mercantiles.
La polic¨ªa est¨¢ convencida de que Roca nunca sospech¨® que hab¨ªan conseguido desentra?ar su red madrile?a. Esa fue su sorpresa. Desde all¨ª operaban m¨¢s de cien sociedades que gestionaban sus recursos, una minucia al lado de las que operaban alrededor de Maras Asesores, su otro despacho en Marbella, un sexto piso en un inmueble apenas unos metros pr¨®ximo a la sede de Planeamiento 2000. La informaci¨®n obtenida en Maras Asesores fue incompleta porque Roca hab¨ªa decidido ir destruyendo pruebas, pero, con el paso de los meses, la Polic¨ªa hall¨® una pista clave en ese despacho. Entre los papeles incautados al economista Salvador Gardoqui, supuesto contable de las empresas de Roca en Marbella, hab¨ªa un l¨¢piz inform¨¢tico de memoria. Los agentes lo enchufaron al ordenador. Al ver su contenido entendieron por qu¨¦ Gardoqui era el detenido que parec¨ªa m¨¢s abatido moralmente. All¨ª estaba toda la contabilidad de sobornos de Roca, "una ganga para la investigaci¨®n", seg¨²n el fiscal Juan Carlos L¨®pez Caballero.
Las hojas de Excel de Gardoqui, que ten¨ªa su despacho junto al de Roca en la oficina de Maras Asesores, explicaban todo el circuito del dinero. Supuestamente, empresarios con intereses en la ciudad pagaban fuertes cantidades a Roca a cambio de recalificaciones de parcelas, aumentos de edificabilidad, ventas de terrenos municipales a buen precio. Otros buscaban prebendas no estrictamente urban¨ªsticas, como la concesi¨®n de la gr¨²a municipal, un negocio que se ha demostrado muy lucrativo, o la estaci¨®n de autobuses. Por las hojas de c¨¢lculo comenzaron a desfilar nombres e iniciales de los promotores m¨¢s potentes de Andaluc¨ªa: Jos¨¦ ?vila Rojas, Tom¨¢s Olivo, Rafael G¨®mez, Sandok¨¢n, Aifos... Todos ellos iban asociados a "aportaciones" en met¨¢lico.
Roca se embolsaba la mayor parte del soborno, seg¨²n algunas fuentes el 35%, y repart¨ªa el resto entre los concejales del equipo de gobierno encargados de dar el visto bueno pol¨ªtico a decisiones contrarias al planeamiento urban¨ªstico vigente en la ciudad. Las tarifas de los ediles variaban en funci¨®n de su rango en el Consistorio; y las entregas de dinero negro, en ocasiones de hasta un mill¨®n de euros, se fraccionaban por cada acto administrativo necesario para la edificaci¨®n: una parte a la firma del convenio urban¨ªstico que permit¨ªa modificar el planeamiento, otra con la licencia de obras, y la ¨²ltima cuando la construcci¨®n estaba terminada. El fiscal calcula que los 19 empresarios procesados aportaron a la "caja ¨²nica" de Roca un total de 33,3 millones de euros.
?CIUDAD DE LA JUSTICIA EN M?LAGA. La vista oral m¨¢s poblada de la historia judicial espa?ola arrancar¨¢ ma?ana en la Audiencia Provincial de M¨¢laga con un procesado protagonista, el ex asesor urban¨ªstico Juan Antonio Roca, y otros 94 acusados m¨¢s o menos secundarios, entre ellos, los ex alcaldes Juli¨¢n Mu?oz y Marisol Yag¨¹e o la ex teniente de alcalde Isabel Garc¨ªa Marcos. El banquillo se completa con una ristra de concejales rasos, abogados, promotores, economistas, marchantes de arte y dem¨¢s personajes en los que Roca se apoy¨® para, supuestamente, amasar y blanquear una fortuna que la Fiscal¨ªa cifra en 245,1 millones. Presidir¨¢ el juicio el magistrado Jos¨¦ Godino Izquierdo, un hombre apacible y sonriente de 58 a?os, que se enfrenta al hecho m¨¢s relevante en sus 27 a?os de carrera.
El juicio, para el que est¨¢n acreditados 300 periodistas, arrancar¨¢ con el estudio, durante un mes, de las llamadas cuestiones previas. Entre ellas, las presentadas por Roca, quien ha cambiado de abogado porque, al parecer, no pod¨ªa abonar su minuta. ?Una t¨¢ctica dilatoria m¨¢s? Hay especulaciones de todo tipo, entre ellas las de quienes opinan que lo m¨¢s rentable para ¨¦l ser¨ªa negociar con la Fiscal¨ªa y decir la verdad. "Para ¨¦l hay solicitada una pena de 30 a?os. Puede negociar una considerable rebaja y dejar el juicio resuelto. Ya lo hizo con el juez Urqu¨ªa: confes¨® haberle prestado dinero", comenta uno de los investigadores del caso.
La informaci¨®n que pose¨ªa Roca se ha convertido en una leyenda urbana en Marbella. No es de extra?ar siendo como fue el hombre cuya palabra se convirti¨® en ley, el gerente que puso y quit¨® alcaldes, el alto funcionario a quien todo el mundo ped¨ªa consejo hasta para saber qu¨¦ es lo que ten¨ªa que decir en p¨²blico. Todav¨ªa hoy en d¨ªa, hay personas que especulan con la identidad de ciertas iniciales y cifras manuscritas en algunos de sus cuadernos de notas. Roca tuvo entre sus habilidades la capacidad de ponerle precio a la voluntad de muchas personas en la ciudad. Ha sido guardi¨¢n de muchos secretos de Marbella. Y hay quien sostiene que el d¨ªa que hable temblar¨¢n los cimientos de Andaluc¨ªa".
Los implicados
-?JUAN ANTONIO ROCA NICOL?S. Cartagena (Murcia), 1953. Es el supuesto cerebro de la corrupci¨®n en Marbella. El fiscal pide para ¨¦l 30 a?os de prisi¨®n y 810 millones de euros de multa por blanqueo, prevaricaci¨®n administrativa, malversaci¨®n, fraude y cohecho. Es el ¨²nico acusado que est¨¢ en prisi¨®n, desde 2006, condenado por el 'caso Saqueo'. Su esposa y su hija tambi¨¦n est¨¢n acusadas.
?MARISOL YAG?E REYES. La L¨ªnea de la Concepci¨®n (C¨¢diz), 1954. Alcaldesa de Marbella entre agosto de 2003 y marzo de 2006. Seg¨²n el juez instructor, Miguel ?ngel Torres, era una simple "marioneta" en manos de Roca. Tras seis meses en prisi¨®n preventiva, abri¨® un tablao flamenco. Piden para ella 20 a?os de c¨¢rcel.
?ISABEL GARC?A MARCOS. Salamanca, 1954. Ex teniente de alcalde expulsada del PSOE por apoyar la moci¨®n de censura contra Juli¨¢n Mu?oz. Al salir de la c¨¢rcel retom¨® su puesto de inspectora m¨¦dica de la Junta de Andaluc¨ªa. Se enfrenta a 12 a?os de prisi¨®n.
?JULI?N MU?OZ PALOMO. Arenal (?vila), 1947. Ex alcalde de Marbella con el GIL. Implicado en medio centenar de causas por delito urban¨ªstico. El fiscal le reclama 10 a?os de c¨¢rcel y 400.000 euros de multa.
?PEDRO ROM?N ZURDO. Salamanca, 1942. Ex teniente de alcalde, considerado "la sonrisa del gilismo". Defraud¨® a Hacienda 2,4 millones de euros. Le piden 21 a?os de c¨¢rcel.
?MANUEL S. ZUBIZARRETA. Segovia, 1944. Jefe de los abogados que gestionaban las sociedades tras las que Roca ocultaba su patrimonio. En su despacho se encontraron 800.000 euros en met¨¢lico. Se enfrenta a seis a?os de c¨¢rcel por blanqueo.
?JES?S RUIZ CASADO. Talveila (Soria), 1959. Due?o de la promotora Aifos, una de las m¨¢s potentes de Andaluc¨ªa antes de la crisis. Se le acusa de dar a Roca 4,8 millones de euros a cambio de favores urban¨ªsticos. El fiscal pide para ¨¦l seis a?os de c¨¢rcel.
?JOS? ?VILA ROJAS. Granada, 1943. Constructor. Su empresa pag¨® en diversas entregas cinco millones de euros a Roca. Piden para ¨¦l 10 a?os de c¨¢rcel y 55 millones de multa por cohecho y blanqueo de capitales.
La Pantoja, el juez Urqu¨ªa y los 30 hijos del 'caso Malaya'
Los investigadores del caso Malaya encontraron un hilo de corrupci¨®n mucho m¨¢s largo del que se pod¨ªa abarcar en un ¨²nico sumario, por grande que este fuera. Los dos jueces instructores de la causa, Miguel ?ngel Torres y ?scar P¨¦rez, apoyados por el fiscal Juan Carlos L¨®pez Caballero, realizaron una labor de miner¨ªa y clasificaci¨®n del material que ha dado origen a 30 procedimientos nuevos. Estos casos se desgajaron de la causa principal, cuyo juicio arranca ma?ana en M¨¢laga, para no hacer eterna la instrucci¨®n que ha llevado m¨¢s de cuatro a?os.
La mayor¨ªa de las causas pendientes, que la Audiencia Provincial de M¨¢laga ha aceptado investigar, corresponden a supuestos delitos de blanqueo de capitales y a resoluciones administrativas del Ayuntamiento de Marbella que favorecen a los empresarios que pagaron sobornos al ex asesor urban¨ªstico Juan Antonio Roca Nicol¨¢s.
Sin embargo, la pieza malaya m¨¢s conocida popularmente, y que la prensa del coraz¨®n ha identificado sistem¨¢ticamente con la causa principal sin pertenecer a ella, son las diligencias previas 3.517/07. Bajo este n¨²mero figura la investigaci¨®n por blanqueo de capitales contra la cantante Isabel Pantoja, para quien el fiscal pide tres a?os y medio de prisi¨®n.
El 2 de mayo de 2007, en una operaci¨®n televisada casi en directo pese a las prevenciones policiales, la tonadillera fue detenida. Los documentos incautados en julio de 2006 a su anterior pareja, el ex alcalde Juli¨¢n Mu?oz, acabaron salpicando gravemente a la artista. Seg¨²n la Fiscal¨ªa, Pantoja hizo pasar como suyos 1,8 millones de euros que supuestamente hab¨ªa recibido su ex novio como sobornos de promotores.
En su escrito, el fiscal L¨®pez Caballero explica que entre 1991 y 2003, a?os en los que fue concejal y alcalde del Grupo Independiente Liberal (GIL), amas¨® una fortuna il¨ªcita de 3,5 millones de euros. Seg¨²n los c¨¢lculos del ministerio p¨²blico, el ex alcalde y su familia gastaron al menos 310.051 euros m¨¢s de los que consiguieron ganar de forma legal, como las rentas del trabajo.
El ex regidor se apoy¨® en su popular novia para ocultar el dinero. Entre otras operaciones, una sociedad de Pantoja, Franbel Artis, adquiri¨® un apartamento en el famoso hotel Guadalp¨ªn de Marbella, propiedad del grupo Aifos. Sin embargo, en la investigaci¨®n qued¨® patente que en las cuentas de la sociedad solo hab¨ªa 15 euros, y que de las cuentas personales de la cantante no sali¨® ni un solo euro para esta operaci¨®n. El fiscal considera que el lujoso apartamento, valorado en 353.695 euros, fue abonado ¨ªntegramente por Mu?oz "con cargo a fondos ocultos de procedencia delictiva". Adem¨¢s, la cuenta desde la que se pagaba la hipoteca del chal¨¦ de Pantoja en Marbella se nutr¨ªa indirectamente con fondos en efectivo de Juli¨¢n Mu?oz.
Otro personaje que se hizo tristemente famoso a la sombra de Roca fue el ex magistrado Francisco Javier de Urqu¨ªa. Este juez fue condenado por cohecho despu¨¦s de que el ex asesor urban¨ªstico admitiera que le hab¨ªa pagado 73.800 euros a cambio de que prohibiera la emisi¨®n de un programa de televisi¨®n que indagaba en su fortuna. El Tribunal Superior andaluz conden¨® a Urqu¨ªa en primera instancia a dos a?os de prisi¨®n, siete de inhabilitaci¨®n y multa por prevaricaci¨®n y cohecho. Finalmente, el Supremo anul¨® el cargo de prevaricaci¨®n y dej¨® la condena en 21 meses de suspensi¨®n para el cargo de juez y multa de 73.800 euros.
Urqu¨ªa, ex titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 2 de Marbella, recibi¨® despu¨¦s otra nueva condena por cohecho y prevaricaci¨®n. En este caso, se consider¨® probado que el ex juez cobr¨® 60.000 euros de Azan Khan, un imputado en el caso Hidalgo, que instru¨ªa Urqu¨ªa, a cambio de dejarle en libertad tanto a ¨¦l como a su esposa y su hijo.
El veneno gilista sigue dentro
Por JUANA VI?DEZ
Dos de los tres grandes venenos del gilismo siguen en el Ayuntamiento de Marbella: una deuda municipal de 512 millones y una ingente plantilla (3.800 personas). El actual Gobierno local, en manos de ?ngeles Mu?oz (PP), no se ha desecho del millar de enchufados que entraron en la etapa de Gil. "Me duele en el alma que 72 de cada 100 euros del presupuesto municipal sigan yendo a pagar los salarios de esta gente", dice Alejandro Dogan, uno de los representantes vecinales m¨¢s combativos con el gilismo. "Los funcionarios son los mismos que recib¨ªan las cestas de los empresarios imputados, no han cambiado", se queja el edil socialista Javier de Luis, en la oposici¨®n. Carlos Rubio, coordinador de personal y uno de los hombres fuertes del Gobierno de Mu?oz recuerda de d¨®nde vienen. "La gente no se acuerda del desastre que era esto. Era tercermundista. Ahora hay
un ambiente de normalidad". Rubio presume de su labor en el ¨¢rea de recursos humanos: "Tenemos normativas ultraproteccionistas con los trabajadores, eso nos deja unas posibilidades de actuaci¨®n muy limitadas (...) les estamos dando la posibilidad de que opten a sus plazas despu¨¦s de pasar un examen".
El tercer gran veneno, el caos urban¨ªstico, est¨¢ en v¨ªas de resolverse con la aprobaci¨®n del Plan General de Ordenaci¨®n Urbana (PGOU). El documento est¨¢ trayendo a la ciudad, adem¨¢s de la seguridad jur¨ªdica perdida durante la era Gil, numerosos inversores. Colegios privados, cl¨ªnicas, residencias de ancianos de lujo y m¨¢s confianza por parte de los promotores. Quedaron atr¨¢s los temores a que 18.000 viviendas irregulares de la ciudad terminaran convertidas en escombros. El documento prev¨¦ la legalizaci¨®n de 16.500 de estas construcciones, pr¨¢cticamente todas las que estaban habitadas, a cambio de compensaciones. "La marca Marbella vuelve a tener tir¨®n", sentencia Pablo Moro, concejal de Urbanismo. Pero sobre el PGOU tambi¨¦n hay pegas. "Se habla del despertar de Marbella, pero la ¨²nica trascendencia del caso Malaya ha sido jur¨ªdica. No ha conseguido evitar la consolidaci¨®n de la especulaci¨®n urban¨ªstica", comenta el edil Javier de Luis, toda una instituci¨®n de Ecologistas en Acci¨®n. De Luis lleg¨® a presentar 307 denuncias por irregularidades urban¨ªsticas entre 1995 y 1999. Diego Mart¨ªn Reyes, que presidi¨® la gestora que gobern¨® Marbella tras la disoluci¨®n de la Corporaci¨®n, ve en el PGOU una "oportunidad perfecta" para revisar numerosos expedientes y licencias pendientes, y exigir las compensaciones a los promotores que edificaron sobre zonas verdes o de equipamiento. "Tiene que haber un prop¨®sito serio, aunque advierto una cierta resistencia a adoptar medidas poco populares", dice Mart¨ªn Reyes. "La ciudad va a tener conflictos urban¨ªsticos muchos a?os", vaticina Javier de Luis.
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