Reunificaci¨®n enfriada
La crisis desluce el 20? aniversario de la nueva Alemania a pesar de las mejoras econ¨®micas en los Estados del Este
El 20? aniversario de la reunificaci¨®n de las dos Alemanias despierta entusiasmos m¨¢s discretos que el de la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, festejado aparatosamente hace 329 d¨ªas. En lo que va de curso pol¨ªtico, los medios y la opini¨®n p¨²blica han dedicado menos atenci¨®n al nuevo aniversario que a tres asuntos candentes de la pol¨ªtica inmediata: las reformas -o sea los recortes- de las prestaciones del Estado, la impopular postergaci¨®n del apag¨®n nuclear reci¨¦n aprobada por Angela Merkel y la deficiente integraci¨®n de los inmigrantes. Asunto, este ¨²ltimo, elevado a esc¨¢ndalo p¨²blico por el destituido directivo del Bundesbank y todav¨ªa militante socialdem¨®crata Thilo Sarrazin, que acaba de publicar un best seller donde acusa a los inmigrantes musulmanes de rebajar la media de inteligencia de la sociedad alemana.
Los cinco 'l?nder' orientales han recibido m¨¢s de dos billones de euros
Pero, ?y la aportaci¨®n del Este a la actual media de inteligencia alemana? Por ella le preguntaba p¨²blicamente a Sarrazin el humorista televisivo Martin Sonneborn. A fin de cuentas, en "su libro asegura que los suabos son m¨¢s inteligentes que los brandenburgueses". El de Sonneborn no es el tipo de humor que m¨¢s gusta a los patriotas.
La s¨¢tira iba contra Sarrazin, pero tambi¨¦n se?ala un aspecto que apenas se cuestiona oficialmente: el formidable esfuerzo econ¨®mico y fiscal que a¨²n supone la integraci¨®n de los cinco Estados federados orientales a la nueva Alemania unificada. Mientras corren r¨ªos de tinta sobre la integraci¨®n de los inmigrantes musulmanes, el debate sobre el costo econ¨®mico y social real de la reunificaci¨®n se diluye a menudo en historias ¨¦picas repetidas hasta el empacho, que cantan las habilidades diplom¨¢ticas de quienes lograron que "se una por fin lo que deb¨ªa estar unido". Se recuerda, una y otra vez, la resistencia de franceses y brit¨¢nicos. Tambi¨¦n las duras negociaciones pol¨ªticas del canciller Helmut Kohl con Fran?ois Mitterrand y Margaret Thatcher. Der Spiegel sostiene esta semana que la introducci¨®n de una moneda ¨²nica europea fue el precio exigido.
Kohl asegur¨® en el Bundestag que no estaba previsto "ning¨²n aumento de impuestos para financiar la unidad alemana". Veinte a?os m¨¢s tarde la promesa provoca la risa de cualquiera que pague el IRPF en Alemania. De momento, se han transferido la friolera de 2,1 billones de euros del Oeste al Este.
Con ellos, los ingresos y la calidad de vida de los alemanes orientales han aumentado espectacularmente. Su integraci¨®n, tambi¨¦n: el producto interior bruto per c¨¢pita de los alemanes del Este se sit¨²a en el 73% del de los alemanes del Oeste. El sueldo anual medio en los Estados orientales superaba en 2009 los 24.000 euros, tres veces m¨¢s que el sueldo medio en Polonia.
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