La memoria anarquista revive en Zaragoza
Una gran exposici¨®n recorre 100 a?os del movimiento en Espa?a
Sin escoltas, solo, vestido con un abrigo negro y sombrero de copa, el presidente del Consejo de ministros en 1912, Jos¨¦ Canalejas, observa el escaparate de la librer¨ªa San Mart¨ªn, en plena puerta del Sol, con un arma apunt¨¢ndole a la nuca. Es la del anarquista Manuel Pardi?as, su asesino. La reproducci¨®n de este crimen abre la exposici¨®n Tierra y Libertad, 100 a?os de anarquismo en Espa?a, inaugurada ayer en Zaragoza, que pretende "hacer justicia" sobre un fen¨®meno del que solo ha trascendido una de sus m¨²ltiples caras, la de la violencia, en palabras del director cient¨ªfico de la muestra, Juli¨¢n Casanova.
"Los asesinos se entregaban con la pistola humeante, pensando que hab¨ªan realizado un gran servicio a la humanidad", cuenta Casanova, Catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea en Zaragoza, capital, junto a Barcelona, del anarquismo espa?ol. "Han pasado a la historia como terroristas, pero no eran solo violentos. Solo con la violencia no habr¨ªan sido un fen¨®meno de masas. El anarquismo es mucho m¨¢s: cultura, sindicalismo, sue?os igualitarios...".
La exposici¨®n est¨¢ repleta de piezas nunca vistas, objetos guardados como tesoros por coleccionistas que hoy segu¨ªan declar¨¢ndose anarquistas y comprados o cedidos para la ocasi¨®n. Entre ellos, una bandera de la CNT recogida por los italianos como bot¨ªn durante la Guerra Civil y comprada d¨¦cadas despu¨¦s en un mercadillo en Roma; una bomba id¨¦ntica a la que mat¨® a 22 personas en el teatro del Liceo barcelon¨¦s en 1893, o el uniforme de Durruti, convertido en leyenda tras morir abandonado por el Gobierno republicano en Madrid en 1936.
El Gobierno de Arag¨®n, la Diputaci¨®n de Huesca, la de Zaragoza y el Ayuntamiento de esta ¨²ltima ciudad han invertido cerca de medio mill¨®n de euros y dos a?os en preparar la exposici¨®n, parte de un proyecto que incluye un congreso de historiadores y un disco-libro coordinado por Casanova. El libro, con el mismo t¨ªtulo de la muestra, repasa la historia del anarquismo desde la llegada a Espa?a de Giuseppe Fanelli, enviado por Bakunin en 1868, hasta que, derrotado el nazismo contra el que muchos hab¨ªan luchado, los anarquistas comprendieron que hab¨ªan equivocado su pron¨®stico y nadie en Europa iba a ayudarles a derribar a Franco.
La muestra, que Casanova quiere llevar a Barcelona y Tolouse, incluye un cap¨ªtulo para la Guerra Civil, etapa de oro del movimiento, que logr¨® en 1936 colocar en el Gobierno a cuatro ministros anarquistas por primera vez en el mundo. Entre ellos, la primera mujer: Federica Montseny.
Presiden las paredes estruendosas frases del ideario anarquista: "?Qu¨¦ es la propiedad? Es el robo", y carteles en rojo y negro que llamaban a combatir "a los tornillos fascistas incrustados en nuestra retaguardia, a los cuervos que engordan con la guerra".
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