Artista, persona, arquitecto, padre

Cuando hace un lustro se estren¨® Apuntes de Frank Gehry, su director, el ya fallecido Sidney Pollack, afirmaba que uno de sus grandes miedos a la hora de rodar el documental sobre la obra del art¨ªfice del Guggenheim de Bilbao era que no ten¨ªa ni idea de arquitectura. Aquella apuesta, sin embargo, le sali¨® de forma notable pues no est¨¢bamos ante un enrevesado informe para especialistas, sino ante una obra de informaci¨®n cultural, ¨¦tica y pol¨ªtica, elaborada con el habitual estilo nada pretencioso del autor de Memorias de ?frica. En la base de ?Cu¨¢nto pesa su edificio, se?or Foster?, en cambio, se encuentra la figura de Deyan Sudjic, director del Design Museum de Londres, y reputado cr¨ªtico de arquitectura, que ejerce de guionista y narrador de la pel¨ªcula. Sin embargo, lejos de convertirse en un tocho para especialistas, su documental sobre Norman Foster, otro insigne profesional, se apunta a la belleza formal, al deleite de las construcciones del autor de, entre otros edificios, la Torre Hearst de Nueva York o el aeropuerto de Shanghai.

En el documental, algo hagiogr¨¢fico, termina ganando el aspecto m¨¢s formal

Dirigido por los espa?oles Norberto L¨®pez Amado y Carlos Carcas, narrado de forma explicativa por el propio Sudjic, muy bien locutado y tambi¨¦n escrito, el documento relata de forma casi cronol¨®gica la carrera de Foster, abundando en el terreno arquitect¨®nico, pero tambi¨¦n enlazando con su vida personal y con algunas de sus se?as de identidad personales, como esa afici¨®n por el esqu¨ª de fondo que no s¨®lo le retrata como deportista sino como eminente luchador. Los planos a¨¦reos de los edificios, tomados a vista de p¨¢jaro, como un Dios que mira desde arriba la obra de alguien que parece osar emularlo, dicen mucho de una pel¨ªcula de perturbadora belleza formal que, sin embargo, cojea un tanto desde el punto de vista m¨¢s period¨ªstico.

Por ejemplo, cuando la voz en off del narrador habla en boca de los detractores de la obra de Foster ("Con 1.400 empleados se pueden hacer m¨¢s edificios buenos, pero no tan brillantes"), el espectador curioso est¨¢ demandando una declaraci¨®n del propio Foster. Ya sea defendi¨¦ndose o pasando del tema, eludi¨¦ndolo o abord¨¢ndolo. Pero la pregunta y la respuesta nunca se producen. Quiz¨¢ el hecho de que est¨¦ financiado por la propia esposa de Foster, Elena Ochoa, tenga algo que ver, porque con estos productos parece inevitable que se tienda un tanto hacia la hagiograf¨ªa, pero en ?Cu¨¢nto pesa su edificio, se?or Foster? termina ganando el aspecto m¨¢s formal y, sorprendentemente a pesar de la frialdad del artista, todo un personaje, el aspecto m¨¢s humano.

La excelente banda sonora de Joan Valent y la bella textura de las im¨¢genes llevan a momentos de verdadera pasi¨®n por la obra de Foster. "Las cosas bellas pueden ser ¨²tiles y las cosas ¨²tiles pueden ser bellas", parece ser una de las m¨¢ximas de este hombre que, en su d¨ªa, fue pionero en la arquitectura industrial. Como tampoco tiene precio ver al septuagenario padre de un chico de apenas nueve o diez a?os jugar con el cr¨ªo a fabricar un barco de juguete para la piscina y terminar dici¨¦ndole: "Podemos afirmar categ¨®ricamente que la caldera est¨¢ llena".