El tiempo entre las ramas

"?Hablan de m¨ª?": este verso, perteneciente al poema que da t¨ªtulo al nuevo libro de Julia Uceda (Sevilla, 1925), va m¨¢s all¨¢ del propio poema. Es una met¨¢fora del resto: de casi cuarenta mon¨®logos escritos con una alta tensi¨®n expresiva, con un lenguaje no por despojado de artificio menos l¨ªrico y eficaz. Hablando con un haya se alza sobre una base narrativa: la existencia de un viejo ejemplar de esa especie que fue plantado en el jard¨ªn en el tiempo de la infancia y que ha crecido y madurado a la vez que la experiencia de su propietaria hasta hacerse a?oso. El viento agita sus ramas. Y la poeta busca (crea) el sentido de esa agitaci¨®n dialogando con ¨¦l porque para ella el ruido que aqu¨¦llas producen es met¨¢fora de las palabras que almacenan y dan sentido a la vida. Hace recuento tanteando las briznas de pasado que quedan en cada vocablo, intenta construir un mundo que trascienda el presente con la sustancia de una memoria poli¨¦drica: la que respira en los actos y objetos m¨¢s personales (una galleta, los libros, el gato, silencios, sombras, un grifo viejo, la convivencia con un cuaderno Moleskine, una cinta...) y la que surge de la experiencia colectiva: una canci¨®n de Pete Seeger, la memoria de ciudades alguna vez vividas o la dura memoria de los veinte a?os recobrada a trav¨¦s de la evocaci¨®n de un acontecimiento hist¨®rico que marc¨® a la Humanidad: la bomba at¨®mica sobre Hiroshima, una noticia que, por s¨ª sola, define al siglo XX: "Cuando recuerdo todo aquello / a¨²n tengo veinte a?os: / ?no os alegr¨¢is / de que el tiempo no pase para m¨ª?". Esa equilibrada combinaci¨®n de intimidad y civilidad, de ecos de lo cotidiano y rastros de conmociones colectivas, filtradas ambas por una memoria emocionada, aporta singularidad a la poes¨ªa de Julia Uceda y nos confirma que la intuici¨®n y la inteligencia mostrada en sus libros anteriores, en especial en Zona desconocida, con el que obtuvo el Premio de la Cr¨ªtica en 2007, mantienen su plenitud. Es decir, la de una poes¨ªa serena y l¨²cida, cargada de despuntes reflexivos y de ventanas al misterio, con momentos de una elevada intensidad l¨ªrica, con la que recapitula, recobra sensaciones, medita sobre la soledad y sobre el despojamiento con que el ser humano, en el ¨²ltimo tramo del camino, se enfrenta a la muerte e intenta entender la vida.