Vuelven las nutrias a Aznalc¨®llar

Doce a?os despu¨¦s de la cat¨¢strofe ecol¨®gica de Aznalc¨®llar (Sevilla), el entorno del r¨ªo Guadiamar est¨¢ regenerado. La balsa minera de la que salieron los 4,5 millones de metros c¨²bicos de lodos que contaminaron el r¨ªo permanece sellada bajo placas solares. Un total de 84 hect¨¢reas de los antiguos terrenos que explotaba la multinacional sueca Boliden acogen un peque?o parque para la industria medioambiental. Y el afluente del Guadalquivir est¨¢ ya colonizado por nutrias y flanqueado por un extenso corredor verde de chopos y alisos para recorrer en bicicleta donde antes hab¨ªa eucaliptos. Pero ha quedado un agujero enorme, de 1.500 metros de largo y 700 de ancho, repleto de desechos de recuerdo. Seg¨²n un informe de la Consejer¨ªa de Medio Ambiente, desde 1998, unos siete millones de metros c¨²bicos de tierras contaminadas ocupan la corta, el dep¨®sito para los materiales que se extraen de una mina antes de su procesamiento.

"La soluci¨®n temporal tras el vertido pas¨® a ser permanente porque era m¨¢s barata", resume el qu¨ªmico F¨¦lix L¨®pez, uno de los investigadores del Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) que asesoraron en la limpieza del Guadiamar. Su cr¨ªtica la comparte V¨ªctor de Lorenzo, un experto del Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa que tambi¨¦n colabor¨® en Aznalc¨®llar: "Los lodos son el problema m¨¢s gordo: han dejado en la zona una cierta contaminaci¨®n por ars¨¦nico, no aguda, pero s¨ª cr¨®nica".

Cient¨ªficos del CSIC propusieron a la Junta y al Gobierno un plan para descontaminar los desechos y reutilizarlos. "No lo aceptaron", dice L¨®pez, empleado del Centro de Investigaciones Metal¨²rgicas. "En un principio hab¨ªa que retirarlos, pero al dejarlos en la corta, la peligrosidad sigue ah¨ª". La Asociaci¨®n para la Defensa Cultural y Medioambiental de Aznalc¨®llar ha visto la recuperaci¨®n de su entorno de cerca. Ha tomado muestras anualmente para verificar que, salvo la "preocupante" escasez de anfibios, el Guadiamar ya est¨¢ bien. Pero advierten de que, bajo la balsa, "sigue habiendo filtraciones". En el Ayuntamiento insisten en que no hay ni rastro de contaminaci¨®n.