La revuelta estudiantil se radicaliza

Como todas las ma?anas muy temprano, varios centenares de institutos en toda Francia quedaron ayer bloqueados por la acci¨®n de los alumnos, deseosos de continuar la huelga y de sumarse a la protesta contra la reforma de las pensiones del presidente Nicolas Sarkozy. Hubo cerca de 250, seg¨²n las cuentas del Gobierno, y m¨¢s de 500, seg¨²n los sindicatos de estudiantes. Pero, a diferencia de la semana pasada, un grupo de j¨®venes encapuchados, provenientes, seg¨²n la polic¨ªa, de un barrio de viviendas sociales, cortaron el tr¨¢fico en la ciudad universitaria de Nanterre, quemaron un coche que qued¨® en medio de la calle carboniz¨¢ndose a la vista de todos, redujeron una cabina a un mont¨®n de cristales rotos, echaron por tierra contenedores de basura y se enfrentaron a pedradas a los polic¨ªas antidisturbios. La lucha dur¨® m¨¢s de media hora. El coche y los contenedores de basura envueltos en llamas y en humo alimentaron despu¨¦s las im¨¢genes de todas las televisiones. Hubo incidentes parecidos en Lyon y en otras localidades de la periferia parisiense, con carretas, golpes y enfrentamientos entre j¨®venes y polic¨ªas. El Ministerio del Interior registr¨® 196 detenciones.

Eduard Rosselet, inspector acad¨¦mico de la regi¨®n de Hauts-de-Seine, a la que pertenece la localidad de Nanterre, asegur¨® horas despu¨¦s de los incidentes, cuando la calle hab¨ªa vuelto a ser una avenida normal, que los j¨®venes encapuchados que hab¨ªan sembrado el caos esa ma?ana no pertenec¨ªan a ning¨²n instituto de la ciudad, que no hac¨ªan huelga ni participaban en asambleas, que no estudiaban nada y que se hab¨ªan sumado a la protesta con la ¨²nica intenci¨®n de violentar la manifestaci¨®n. Esto es algo que teme el Gobierno de Sarkozy: que el movimiento estudiantil de oposici¨®n a la reforma de las pensiones prenda en las localidades de las periferias de las grandes ciudades francesas habitadas por j¨®venes de barrios pobres de origen inmigrante dispuestos a todo y que en 2005, a base de quemar miles de coches por la noche en una revuelta descontrolada, imprevisible y violenta, sin jefes ni objetivo claro, originada por la muerte de unos compa?eros que hu¨ªan de la polic¨ªa, coloc¨® al Gobierno de Jacques Chirac contra las cuerdas.

En 2006, cuando las manifestaciones estudiantiles contra un nuevo contrato laboral del ex primer ministro Dominique de Villepin, estos j¨®venes de los arrabales sol¨ªan sumarse a las marchas para reventarlas. La manifestaci¨®n parisiense del s¨¢bado, a la que acudieron miles de estudiantes, se cerr¨® con 30 detenidos por quemar contenedores y apedrear escaparates en las proximidades de la plaza de la Bastilla. Algunos ya vieron all¨ª el fantasma de los encapuchados de La Banlieue. Pero se trataba de j¨®venes de inspiraci¨®n anarquista, sin relaci¨®n con los adolescentes de los arrabales de Par¨ªs que incendiaron Francia hace m¨¢s de cinco a?os.

Horas despu¨¦s de los incidentes de Lyon y Nanterre, un grupo de estudiantes se concentr¨® en los Campos El¨ªseos para protestar de nuevo contra Sarkozy y su pol¨ªtica de jubilaciones. Fue de nuevo una manifestaci¨®n rel¨¢mpago pac¨ªfica, que se acab¨® pocos minutos despu¨¦s de que comenzara, con los estudiantes perdi¨¦ndose en el metro. Antes, Nadhia, una estudiante de bachillerato, asegur¨®: "Toda esta protesta no ser¨¢ en vano".