Presupuestos extraordinarios
Son unos presupuestos extraordinarios porque prev¨¦n una ca¨ªda de gasto no financiero de casi el 11% respecto a 2010. Nunca antes en la historia de la autonom¨ªa nos hab¨ªamos enfrentado a un ajuste as¨ª, que es especialmente duro porque se suma al del a?o pasado.
Por el lado de los ingresos, los presupuestos son cre¨ªbles. Se presupuesta lo que hay, que es una cifra algo mejor de lo que se esperaba. De los 1.500 millones de recorte en ingresos de los que se hablaba hace apenas un par de semanas, hemos pasado a una ca¨ªda de los ingresos totales de algo menos de 1.200 millones. Cuesti¨®n distinta es que la Xunta renuncia a ejercer al alza su (limitada) autonom¨ªa tributaria y asume algunas rebajas fiscales de incidencia recaudatoria menor y visibilidad limitada, pero que se compadecen mal con la parte de su discurso que se refiere a la falta de recursos para mantener determinados servicios o subvenciones.
Las rebajas fiscales casan mal con el discurso sobre la falta de dinero para algunos servicios
En segundo lugar, con los datos que conocemos hasta el momento se confirma la rigidez del presupuesto por funciones. Con una sanidad, educaci¨®n y servicios sociales en manos de las comunidades aut¨®nomas, los ajustes tienden a ser soportados por el gasto productivo. Por eso no se acaban de entender las declaraciones de Fern¨¢ndez Ordo?ez cargando contra el gasto de las comunidades aut¨®nomas y su falta de voluntad de ajuste. ?C¨®mo se le debe calificar entonces a recortes presupuestarios de dos d¨ªgitos aplicados sobre la administraci¨®n clave para el sostenimiento del Estado del Bienestar o la financiaci¨®n de la I+D+i?
La f¨®rmula del ajuste es relativamente sencilla. La necesidad de reducir el d¨¦ficit conforme a lo acordado en el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera explica tres cuartas partes del ajuste en el gasto no financiero (791 de 1.085 millones). El resto (294 millones) viene explicado fundamentalmente por la rebaja del Fondo de Compensaci¨®n Interterritorial y de los ingresos que proporciona el sistema de financiaci¨®n auton¨®mica. Por el lado del gasto, esa reducci¨®n se refleja en la inversi¨®n p¨²blica presupuestada, que cae 448 millones, y el tijeretazo sobre los gastos de personal (-147 millones), fruto sobre todo del recorte salarial impulsado por Zapatero y que sufren los empleados p¨²blicos de todos los niveles de la administraci¨®n. En definitiva, el 55% del ajuste del gasto recae en inversiones y salarios. No obstante, el Gobierno gallego proyecta incrementar notablemente el recurso a la inversi¨®n extrapresupuestaria, en colaboraci¨®n con el sector privado. De los 38 millones de 2009, pasamos a 270 en 2010 y 504 en 2011. Sin duda, en los pr¨®ximos meses oiremos hablar mucho sobre financiaci¨®n p¨²blico-privada de inversiones.
Por ¨²ltimo, una reflexi¨®n sobre la referencia expl¨ªcita en la presentaci¨®n de los presupuestos a la disponibilidad horaria del personal directivo. M¨¢s all¨¢ de la oportunidad de que sea una ley presupuestaria el sitio donde legislar sobre estas cuestiones, se entiende el inter¨¦s de la Xunta en que las libres designaciones y la disponibilidad horaria (en la pr¨¢ctica, trabajar m¨¢s de 40 horas semanales por el mismo sueldo) alcancen a los jefes de servicio. Eso te da m¨¢s flexibilidad y capacidad de imponer las decisiones del Gobierno sobre el cuerpo administrativo. No obstante, y como bien se?alan socialistas y nacionalistas, descender hasta el nivel de jefatura de servicio en una estructura con tan poco recorrido como la Administraci¨®n pone en riesgo la objetividad y control del funcionariado frente a actuaciones que puedan bordear la legalidad y empobrece la carrera administrativa. Existe un cierto consenso en que es al nivel del subdirector general donde se produce la necesaria interacci¨®n entre pol¨ªtica y gesti¨®n y donde deben quedarse los nombramientos a criterio del Gobierno. Por eso se entiende perfectamente la posici¨®n de CC OO y CIG en la mesa de negociaci¨®n y cuesta tanto comprender la de CSIF y UGT. En particular, ser¨ªa interesante saber si lo ocurrido responde al modelo de funci¨®n p¨²blica de la c¨²pula de UGT-Galicia o, m¨¢s bien, a la existencia de una federaci¨®n del sindicato fuera de control.
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