El pol¨ªtico que sabe de ETA

Zapatero lo eligi¨® como ministro del Interior "por lo que sab¨ªa de ETA", seg¨²n dice el propio Alfredo P¨¦rez Rubalcaba. Lleg¨® a la cartera dos semanas despu¨¦s del alto el fuego que la banda terrorista decret¨® el 23 de marzo de 2006. En aquel momento llevaba ya 10 a?os al frente de la pol¨ªtica antiterrorista dentro del PSOE, hab¨ªa desempe?ado un papel fundamental en las conversaciones que desembocaron en la tregua, y el presidente lo coloc¨® en el lugar que entonces ocupaba Jos¨¦ Antonio Alonso para ponerle al frente de una de las apuestas m¨¢s importantes y delicadas de la legislatura: lograr de una vez por todas el fin de la violencia terrorista.

Pero la tregua no lleg¨® a buen puerto y acab¨® abruptamente nueve meses despu¨¦s, el 30 de diciembre, con el atentado de la T-4 en Barajas, una acci¨®n inesperada. "Ni yo, ni creo que nadie pod¨ªa imaginar que se pudiera producir este atentado hoy", reconoci¨®, afligido, ese d¨ªa. Apuradas las ¨²ltimas posibilidades de di¨¢logo, comenz¨® una lucha sin cuartel contra la banda terrorista, centrada en dos frentes: el policial y el penitenciario.

Bajo su mando, la Guardia Civil y la polic¨ªa han descabezado a ETA hasta en seis ocasiones en los ¨²ltimos dos a?os. Han ca¨ªdo los tres jefes que formaban parte de la c¨²pula que decret¨® y rompi¨® la tregua de 2006: Francisco Javier L¨®pez Pe?a, Thierry; Garikoitz Aspiazu, Txeroki, y Mikel Kabikoitz Karrera Sarobe, Ata -y Rubalcaba se pudo fumar los famosos puros de 300 euros que guardaba para celebrar las detenciones-. Otros tres m¨¢ximos dirigentes han sido tambi¨¦n puestos en manos de la justicia.

El segundo frente contra ETA, mucho m¨¢s discreto, ha sido el penitenciario: con una pol¨ªtica de premios y castigos ha conseguido abrir una fractura mortal en el frente de makos y que un centenar de los casi 600 presos se hayan ido desvinculando -no todos con la misma intensidad- de la banda.

Con una ETA m¨¢s debilitada que nunca, Rubalcaba ha decidido mantener un discurso inflexible ante sus ¨²ltimos comunicados, el cese de las "acciones armadas ofensivas" y una izquierda abertzale que intenta abrir una v¨ªa de di¨¢logo. El ministro repite que la pol¨ªtica antiterrorista no va a variar "un ¨¢pice" y que a la banda solo le queda dejar las armas. En cualquier caso, ya no est¨¢ solo. El nuevo ministro de Presidencia, Ram¨®n J¨¢uregui, ser¨¢ probablemente un apoyo esencial para tratar de lograr el fin del terrorismo.