Vampiros de Am¨¦rica
El mal procede de lo m¨¢s hondo de uno mismo, no llega de fuera, o as¨ª lo cuenta Justin Cronin (Nueva Inglaterra, 1962) en su novel¨®n fant¨¢stico de m¨¢s de mil p¨¢ginas, El pasaje. En alg¨²n lugar de Colorado, en la segunda d¨¦cada del siglo XXI, el Ej¨¦rcito de los EEUU de Am¨¦rica oculta "la investigaci¨®n m¨¦dica m¨¢s importante de la historia de la humanidad", un asunto de seguridad nacional, tan secreto que no existe. Afecta al timo, gl¨¢ndula endocrina que se atrofia en la pubertad: cierto virus descubierto en la selva boliviana podr¨ªa mantener la gl¨¢ndula en funcionamiento perpetuo y provocar longevidad, inmortalidad incluso. El objetivo principal del experimento es aumentar el vigor mort¨ªfero de los soldados estadounidenses.
El pasaje
Justin Cronin
Traducci¨®n de Eduardo G. Murillo
Umbriel Editores. Barcelona, 2010
1.086 p¨¢ginas. 24,50 euros
La epopeya se divide en tres partes, como una sinfon¨ªa, dos movimientos r¨¢pidos y, en el centro, uno lento. Empezamos por el reclutamiento de las cobayas humanas, asesinos condenados a muerte, futuros vampiros, porque el virus produce vampirismo, una epidemia de vampiros, peligros¨ªsimos, en fuga y al ataque a la velocidad de la luz, gigantes, lisos y fluorescentes, fabulosos para una pel¨ªcula de miedo, ojos naranja, cuello rotatorio, dientes plateados y garras como cuchillos. Se hinchan como garrapatas o ranas. Se alargan como gusanos. Estos son los s¨ªntomas de su enfermedad, porque son enfermos, nuestros semejantes. Se desencadena la peste vamp¨ªrica. Arden los bosques, estallan pozos de petr¨®leo y bombas nucleares. Hay millones de muertos. "Se hizo el caos", escribir¨¢ lapidariamente una testigo.
En la segunda parte, noventa y dos a?os despu¨¦s, el pulso se apacigua. Los que resisten sanos viven en comunidad, bajo la ley de las familias fundadoras. Estas historias de comunidades despu¨¦s del fin del mundo son ya un subg¨¦nero de la literatura angloamericana: la cr¨®nica de un estado de vida neoprimitivo, entre lo medieval y la caravana al Lejano Oeste. Cuentan un regreso a los or¨ªgenes, pero anacr¨®nico, con electricidad, armas modernas, ordenadores y veh¨ªculos de motor entre establos y campos. La comunidad se parece a un fuerte asediado por salvajes, pero se rompe desde su interior, por resentimientos dom¨¦sticos, celos, acusaciones cruzadas de traici¨®n, delirio, fobia a los forasteros. Cuando la vida en el hogar se vuelve insoportable, llega la fase siguiente: el ¨¦xodo hacia la verdad, la traves¨ªa del desierto, bajo la gu¨ªa de un vers¨ªculo pseudob¨ªblico: "El camino te mostrar¨¢ el camino". De California a Colorado se suceden carreteras y ciudades muertas, trampas, v¨ªas sin salida, golpes fulminantes: los peregrinos han ca¨ªdo en un videojuego.
Hay un zumbido b¨ªblico continuo: la cient¨ªfica que caza murci¨¦lagos con melocot¨®n en alm¨ªbar y causa el primer desastre me recuerda a Eva y su manzana. Los doce condenados primigenios parecen eco de los doce ap¨®stoles o las doce tribus de Israel. El incre¨ªble proyecto m¨¦dico se llama No¨¦ y desata un diluvio universal de vampiros. Los que merecen sobrevivir construyen un arca. Pero el apocalipsis empieza ahora, dentro de unos a?os. El pasaje es un documento hist¨®rico: la respuesta de la novela popular a la ¨¦poca de Bush II y su Am¨¦rica de guerra, pena de muerte y justificaci¨®n de la tortura y de la informaci¨®n falsa. Justin Cronin ha armado un enorme cuento popular, pospop, ensamblando tebeos y pel¨ªculas de superh¨¦roes, Biblia, granjas de serie televisiva de los a?os sesenta y setenta. Los h¨¦roes ven en su viaje el Dr¨¢cula de Bela Lugosi y Tod Browning. Expediente X se funde con Stephen King y Michael Crichton. Pieles rojas fluorescentes asaltan el tren del Oeste cinematogr¨¢fico. Los peregrinos creen iglesias los casinos de Las Vegas en ruinas. Una c¨¢rcel se convierte en templo de sacrificios humanos al nuevo dios. A las puertas de un convento aparece abandonada una ni?a inmortal que salvar¨¢ el mundo. Y en todo hay una obsesi¨®n adolescente por la religi¨®n, la muerte, el renacimiento, la redenci¨®n. Cuando la historia empieza, la gobernadora de Texas es Jenna, una de las hijas gemelas de Bush II.
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