Dependencia y agencia tributaria
Uno de los asuntos que tratamos la semana pasada en la segunda conferencia sobre federalismo fiscal y descentralizaci¨®n en Espa?a, organizada por el grupo Rede de la Universidad de Vigo, fue la ley de dependencia. Uno de los mejores expertos espa?oles en el campo, Guillem L¨®pez Casasnovas (Universitat Pompeu Fabra), demostr¨® con datos sus disfuncionalidades y problemas. Nos convenci¨® a todos de que hab¨ªa sido un error programar la ley pensando que el ciclo econ¨®mico ¨¢lgido durar¨ªa otra d¨¦cada m¨¢s; que el n¨²mero de solicitudes desborda los c¨¢lculos iniciales, que existen varios cientos de miles de personas en Espa?a a espera de dictamen sobre su dependencia o con derecho ya reconocido, pero pendiente de ejecuci¨®n; y que la modalidad de prestaci¨®n econ¨®mica que contemplaba la ley ha pasado a ser la modalidad de atenci¨®n dominante: es m¨¢s barata para la Administraci¨®n (480 euros al mes de media) que las plazas de residencia (1.200 euros) y permite mantener flujos de ingresos en hogares con sus miembros en paro o que se les ha acabado el subsidio de paro. Teniendo en cuenta las restricciones financieras presentes, lo m¨¢s razonable ser¨ªa reprogramar el calendario desde una perspectiva realista, dar prioridad a la gran dependencia y retrasar la atenci¨®n a los dependientes moderados.
Solo con crecimientos anuales por encima del 10% ser¨ªa posible atender a los dependientes
Los datos para Galicia se enmarcan en esta descripci¨®n general: somos algo m¨¢s lentos que la media en la generaci¨®n de dict¨¢menes, pero no en su traducci¨®n en prestaciones. Desafortunadamente, los presupuestos para 2011 no van a permitir mejorar la situaci¨®n. M¨¢s bien al contrario. Un crecimiento de la partida para la aplicaci¨®n de la ley de dependencia del 3% es positivo si se compara con una reducci¨®n general del gasto del 11%. Pero es claramente insuficiente para cumplir los objetivos inicialmente marcados. Y tampoco cabe aguardar mucho de los presupuestos para 2012. S¨®lo con crecimientos anuales muy por encima del 10% ser¨ªa posible. Como quiera que este problema se va a reproducir en todas las comunidades aut¨®nomas, me parece urgente la convocatoria de una reuni¨®n entre ¨¦stas y la Administraci¨®n central (?conferencia sectorial, conferencia de presidentes?) en la que se reprogramase la aplicaci¨®n de la ley y evitase dispersi¨®n de criterios y agravios comparativos entre individuos dentro de cada comunidad, y entre individuos que residan en comunidades aut¨®nomas diferentes.
Por lo que se refiere a la creaci¨®n de una agencia tributaria gallega, la idea es buena o no dependiendo de c¨®mo se concrete. En un extremo se encontrar¨ªa un mero cambio de nombre de la Direcci¨®n Xeral de Tributos. Eso efectivamente no costar¨ªa nada, pero tampoco generar¨ªa ning¨²n efecto positivo. Otra cosa es que se tenga en mente inspirarse en el excelente modelo de la agencia tributaria espa?ola (AEAT) y se busque la cooperaci¨®n con ella. Desde luego, el camino por transitar es largo: en la actualidad los principales impuestos gestionados por la comunidad aut¨®noma (impuesto sobre sucesiones y donaciones; impuesto sobre transmisiones patrimoniales) ni siquiera est¨¢n en manos de funcionarios, siendo asalariados del sector privado que trabajan en los registros de la propiedad los encargados de buena parte del proceso. Por su parte, si ese nuevo organismo no persigue la colaboraci¨®n con la AEAT, sus efectos sobre el fraude fiscal van a ser necesariamente menores. Porque las grandes bolsas de fraude se concentran en el IRPF, el IVA y el impuesto sobre sociedades. Los cruces de informaci¨®n fiscal son un instrumento muy ¨²til para detectar la defraudaci¨®n.
En definitiva, lo que necesitamos conocer es el proyecto concreto que la Xunta quiere desarrollar. Aunque en general adoptan un enfoque maximalista que seguramente no sea el del Gobierno gallego, los trabajos y reflexiones que se hicieron en Catalu?a hace unos a?os podr¨ªan ser interesantes para esa concreci¨®n.
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