"Al paso que vamos la pr¨®xima crisis financiera ser¨¢ a¨²n peor"
Los economistas, y probablemente los periodistas econ¨®micos, han hecho algo parecido al rid¨ªculo en esta crisis. Casi nadie la vio venir. Casi nadie supo explicar lo sucedido. Aun hoy casi nadie sabe qu¨¦ diantre va a ocurrir. Y no solo eso: la mayor parte de los avances de esa ciencia l¨²gubre que es la econom¨ªa en los ¨²ltimos 30 a?os son, seg¨²n el Nobel Paul Krugman, "espectacularmente in¨²tiles en el mejor de los casos, absolutamente da?inos en el peor". Nouriel Roubini es uno de los pocos que fueron capaces de anticipar esta crisis (y otras muchas que nunca llegaron a materializarse, por cierto). Pol¨¦mico, poco querido en Wall Street, visionario y tremendamente pesimista -apodado Doctor Cat¨¢strofe con toda justicia-, durante a?os sus colegas le tildaron de loco, de agorero recalcitrante, de profeta con ¨ªnfulas. Pero acert¨®. Pronostic¨® la secuencia exacta de las mutaciones de la crisis desde el inicio. Y sigui¨® pesimista en 2009, cuando los brotes verdes, cuando la recuperaci¨®n de los mercados provoc¨® que otros or¨¢culos se pasaran al bando de los optimistas y perdieran sus credenciales. "No soy un pesimista: me considero un realista", asegura en una entrevista peculiar, realizada a caballo entre Washington y Nueva York. M¨¢s vale que se equivoque: "A¨²n no hemos salido de esta y ya viene otra crisis: la cuesti¨®n es solo cu¨¢ndo".
"Hay margen para un segundo est¨ªmulo como el que propone Obama"
"Como el euro llegue a 1,60 por d¨®lar no habr¨¢ posibilidad de recuperaci¨®n"
"Vienen a?os dolorosos por el alto endeudamiento p¨²blico y privado"
"No se puede hacer mucho m¨¢s que evitar una reca¨ªda en la recesi¨®n"
"La obsesi¨®n del BCE con la inflaci¨®n es un desastre para Europa"
"Espa?a tiene una gran deuda privada, y el paro no bajar¨¢ a medio plazo"
Roubini (Estambul, 52 a?os) es algo parecido a una estrella de la far¨¢ndula. Firma docenas de aut¨®grafos, estuvo en la ¨²ltima edici¨®n del festival de Cannes por su participaci¨®n en dos pel¨ªculas, es vecino de la actriz Scarlett Johanson en su loft de TriBeCa (Nueva York), colecciona arte, proyecta pel¨ªculas independientes para sus amigos y da multitudinarias fiestas que le han granjeado una merecida fama de cr¨¢pula. Y trabaja a destajo: puede que nunca gane el Nobel, pero ha superado ya a Krugman en el star system de la academia por sus menciones en la prensa internacional. Cotiza al alza: viaja constantemente, se re¨²ne con pol¨ªticos, financieros y banqueros centrales de todo el mundo, es el or¨¢culo de moda y acaba de publicar un libro excelente, C¨®mo salimos de ¨¦sta (Destino), en el que ajusta cuentas con los cegatos y disecciona la crisis y lo que est¨¢ por venir. ?Adivinan? Bingo: m¨¢s problemas.
"Vienen a?os de bajo crecimiento econ¨®mico por muy bien que salgan las excepcionales y en ocasiones ins¨®litas medidas de pol¨ªtica fiscal y monetaria que se han puesto en marcha. Vienen a?os dolorosos por la resaca del alto endeudamiento p¨²blico y privado en el mundo rico. La buena noticia es que podemos evitar una reca¨ªda en la recesi¨®n. La mala es que no se puede hacer mucho m¨¢s que eso", asegura a modo de diagn¨®stico general.
Roubini atendi¨® hace un par de semanas a este peri¨®dico en un pasillo de la sede del Fondo Monetario Internacional, en Washington, durante apenas unos minutos. Ven¨ªa de Tokio y Se¨²l, y ten¨ªa mucha prisa: se marchaba a Kiev y a su Estambul natal esa misma tarde. La charla se reanud¨® la semana siguiente, por tel¨¦fono, desde su despacho en su consultora RGE, en Nueva York. Puede que los viajes cambien el estado de ¨¢nimo de algunas gentes, pero el tono de Roubini es parecido est¨¦ donde est¨¦: "Las crisis son animales de costumbres. Se parecen a los huracanes: act¨²an de manera relativamente previsible, pero pueden cambiar de direcci¨®n, amainar e incluso resurgir sin avisar. Esta fue primero una crisis financiera muy modesta, despu¨¦s mut¨® en crisis econ¨®mica, m¨¢s tarde fue crisis fiscal y ahora es crisis de divisas. Y esto no ha terminado: estamos justo antes de la siguiente etapa, ahora viene cuando en muchos de los pa¨ªses m¨¢s castigados la deuda privada se convierte en deuda p¨²blica y resurgen los problemas fiscales", advierte.
?C¨®mo se detiene un hurac¨¢n? Roubini da una receta general: m¨¢s regulaci¨®n. "La banca es la semilla del problema, el ojo del hurac¨¢n, y todo lo que se haga por darle una vuelta de tuerca a la regulaci¨®n llegar¨¢ ya demasiado tarde y ser¨¢ demasiado poco; y aun as¨ª hay que reconstruir los diques financieros para hacer frente a futuras crisis. Al paso que vamos la siguiente crisis financiera ser¨¢ a¨²n peor que esta".
Roubini es un tipo singular, tal vez como su peripecia personal. Hijo de jud¨ªos iran¨ªes, pasa sus primeros a?os en Ir¨¢n y vive despu¨¦s en Israel (recientemente, por cierto, ha vaticinado que un eventual ataque nuclear de Israel a Ir¨¢n podr¨ªa complicar las cosas). Cursa sus estudios universitarios en Italia y se doctora en Harvard. Ha ense?ado en Yale y sigue haci¨¦ndolo en la Universidad de Nueva York. Habla ingl¨¦s, italiano, hebreo y farsi. Ha sido asesor del FMI, de la Reserva Federal y del Tesoro estadounidense con Bill Clinton como presidente. Ahora preside su propia consultora, con 80 empleados y 1.000 clientes institucionales. Pasa dos terceras partes de su tiempo en la carretera -se define como "n¨®mada global": los t¨®picos no perdonan ni siquiera a los gur¨²s- y, en t¨¦rminos econ¨®micos, no es ni keynesiano ni un neoliberal de la Escuela de Chicago: "Soy pragm¨¢tico, ecl¨¦ctico, centrista".
El Doctor Cat¨¢strofe -un supervillano de c¨®mic creado en los a?os sesenta- se transform¨® en Roubini en 2004, cuando el economista empez¨® a hablar de un aterrizaje brusco de la econom¨ªa norteamericana. En esa ¨¦poca pronostic¨® tambi¨¦n una debacle del d¨®lar -causada por los desequilibrios globales- que no se ha producido. Pero lo que le cambi¨® la vida fue un seminario en el FMI en oto?o de 2006: all¨ª cont¨® que ven¨ªa un descalabro financiero, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria en el Atl¨¢ntico Norte y, en ¨²ltima instancia, una depresi¨®n profunda. Unos meses despu¨¦s, en el Foro de Davos, hizo lo mismo. Nadie le crey¨®. Otros muchos tambi¨¦n acertaron: "Robert Shiller o Kenneth Rogoff, por ejemplo, pronosticaron algo parecido en varios trabajos. La diferencia es que la prensa amplific¨® el acierto de Roubini. Creo que se trata de un economista serio con un buen olfato", asegura el profesor Guillermo Calvo desde Nueva York. Pero esa opini¨®n es casi una excepci¨®n.
La mayor¨ªa de los expertos consultados para este reportaje critica el trabajo de Roubini, la mayor¨ªa de ellos con la condici¨®n del anonimato. "Exagera a menudo, al menos en p¨²blico", asegura Daniel Gros, del CEPS. "Puede acertar en algunos diagn¨®sticos, pero falla con facilidad y sus recetas son una locura", a?ade Jos¨¦ Carlos D¨ªez, de Intermoney, que recuerda que en su ¨²ltima visita a Espa?a lleg¨® a pedir que se cerraran los mercados ante la sobredosis de incertidumbre que se ven¨ªa encima, en octubre de 2008, justo despu¨¦s de la quiebra de Lehman Brothers.
Y sin embargo, se le escucha. Un alto funcionario del FMI contaba hace unos d¨ªas que en primavera de 2007, cuando nadie ve¨ªa problemas, el director de Asuntos Monetarios del FMI, Jaime Caruana, citaba ya a Roubini y aseguraba que el gur¨² ya le hab¨ªa puesto cifras al agujero de la banca: un bill¨®n de d¨®lares, poco m¨¢s o menos la misma estimaci¨®n que hizo inicialmente el FMI pero con varios meses de retraso. "Desde hace mucho tiempo, en econom¨ªa a las trampas se les llama modelos. Roubini cree que la econom¨ªa est¨¢ demasiado dominada por las matem¨¢ticas. ?l bebe de campos muy diferentes, con un enfoque m¨¢s amplio: viaja, escucha distintos puntos de vista de primera mano, intenta ver las cosas desde distintos ¨¢ngulos, y adem¨¢s usa esos modelos, con los que est¨¢ familiarizado desde hace m¨¢s de veinte a?os. Esa es la clave de sus aciertos", asegura el coautor del citado C¨®mo salimos de ¨¦sta, el historiador econ¨®mico Stephen Mihm, en una conversaci¨®n telef¨®nica.
El caso es que Roubini sigue viendo el horizonte sombr¨ªo. La crisis va por barrios: "Estados Unidos est¨¢ algo mejor que Europa; y la periferia de Europa peor que el centro. Y a¨²n dentro de Europa, Grecia y algunos pa¨ªses del Este est¨¢n peor que Irlanda y Portugal, y esos dos pa¨ªses tienen m¨¢s problemas que Espa?a", dispara.
Sus prescripciones son distintas en unos y otros casos. "Estados Unidos tiene margen para un segundo est¨ªmulo como el que propone Obama. Y su banco central est¨¢ haciendo los deberes. Pero a la larga no podr¨¢ mantener su d¨¦ficit fiscal: los riesgos se acumulan, y las presiones sobre el d¨®lar dejan una especie de equilibrio del terror financiero. Estados Unidos deval¨²a su moneda con la pol¨ªtica monetaria [la expansi¨®n cuantitativa: la m¨¢quina de imprimir dinero que supone la compra de deuda] y los pa¨ªses emergentes, empezando por China, siguen comprando bonos estadounidenses e impiden as¨ª que el d¨®lar baje m¨¢s. Hay un riesgo de crisis del d¨®lar, como ya he afirmado en otras ocasiones, que provocar¨ªa serios problemas en todo el mundo. Pero no veo que eso vaya a ocurrir a corto plazo".
Para Estados Unidos, Roubini ve riesgos: de reca¨ªda si no se estimula la econom¨ªa, de crisis del d¨®lar -a la larga- si no se solucionan sus abultados d¨¦ficits. Para Europa, ve m¨¢s dificultades. Una d¨¦cada perdida a la japonesa o incluso algo peor: una espiral parecida a la que sufri¨® Argentina en 2001. "A pesar del plan de rescate anunciado, a pesar de las ayudas a Grecia y a pesar de las pruebas de esfuerzo a la banca, la deuda de los pa¨ªses perif¨¦ricos sigue presentando problemas. Y el crecimiento en Europa, especialmente en los PIGS [acr¨®nimo de Portugal, Italia, Grecia y Espa?a], va a ser muy bajo e incluso negativo. El panorama asusta", dice. "Con esas deudas tan altas y con los planes de austeridad, la deflaci¨®n es un riesgo serio. Y en esa tesitura, pa¨ªses como Grecia van a tener que reestructurar su deuda, y eso generar¨¢ una nueva crisis fiscal: ya no es una cuesti¨®n de si va a ocurrir, sino solo de cu¨¢ndo".
Llegan las bofetadas. Roubini considera que tanto el Banco Central Europeo como Alemania est¨¢n usando pol¨ªticas equivocadas, por decirlo de forma suave. "La tozudez del BCE, que se empe?a en ver fantasmas de inflaci¨®n, es un desastre para Europa y en particular para los pa¨ªses perif¨¦ricos. El euro se ha ido por las nubes por la negativa del BCE a dar pasos en la compra de bonos parecidos a los de la Reserva Federal. Como siga en esa l¨ªnea y el euro llegue a 1,60 por d¨®lar habr¨¢ desaparecido cualquier posibilidad de recuperaci¨®n, y probablemente veamos que junto a Grecia alg¨²n otro pa¨ªs tenga que pedir rescate. Irlanda y Portugal son los peor situados. Espa?a ha conseguido desmarcarse y est¨¢ algo mejor, aunque est¨¢ metida en otros l¨ªos".
Roubini nunca ha sido optimista con Espa?a. Al inicio de la crisis fiscal griega fue muy duro: "Si cae Grecia es un problema para la UE; si cae Espa?a es el desastre". Ahora rebaja la dosis: "Espa?a est¨¢ mucho mejor que Grecia, y mejor que Irlanda o Portugal. Pero tiene una deuda privada enorme, un paro muy elevado que no va a bajar a medio plazo y un pinchazo inmobiliario en el que los precios a¨²n tienen que caer m¨¢s. Las pruebas de esfuerzo de la banca fueron muy positivas y la competitividad est¨¢ mejorando, pero cr¨¦ame si le digo que los ajustes han sido duros pero probablemente tengan que ser a¨²n m¨¢s severos. Sobre todo si Alemania -con esa man¨ªa de la austeridad fiscal- y el BCE -incapaz de ser menos r¨ªgido- persisten en sus graves errores".
En fin, Roubini en estado puro: "El principal riesgo es la reca¨ªda en la recesi¨®n o un largo estancamiento, combinado con la deflaci¨®n: con niveles de endeudamiento p¨²blico y privado tan altos, eso supondr¨¢ suspensiones de pagos en familias, empresas, bancos y, finalmente, Gobiernos".
Hay quien dice que Roubini es como un reloj parado: con todo lo que dispara, acierta dos veces al d¨ªa. Antonio Torrero, catedr¨¢tico de la Universidad de Alcal¨¢, asegura que al menos "tiene la valent¨ªa de ir a contracorriente" y apunta con tino que "adem¨¢s, da la impresi¨®n de venderse estupendamente". Rogoff, que durante a?os fue uno de sus valedores en la academia, ha explicado que "si uno est¨¢ sentado junto a miembros del BCE y alguien pregunta qu¨¦ es lo peor que puede ocurrir, lo primero que se oye es: veamos qu¨¦ dice Roubini". ?ltimamente su fama le ha llevado al cine: aparece en Wall Street II y la a¨²n no estrenada en Espa?a Inside Job.
Roubini, c¨®mo no, tiene tambi¨¦n un an¨¢lisis sobre esa querencia del cine por la econom¨ªa, por esa versi¨®n del capitalismo m¨¢gico de los tres ¨²ltimos a?os, irreproducibles en un gui¨®n cre¨ªble. "No hay forma de hacer una buena pel¨ªcula sobre el capitalismo. La realidad es m¨¢s dram¨¢tica, impredecible y sorprendente que cualquier pel¨ªcula", concluye el or¨¢culo, que esta semana viaj¨® hacia Argentina para dar una de sus conferencias apenas unas horas antes de la muerte de Kirchner.
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