A fuego lento
Para llegar a este momento dulce de la literatura rusa en espa?ol ha sido necesario un siglo y medio de empresas y trabajos de divulgaci¨®n -en llamativo paralelo con las vicisitudes de grandes autores y sucesos hist¨®ricos, desde la Revoluci¨®n hasta la ca¨ªda del Muro- protagonizados por letraheridos de muy diverso talante. Del mismo modo en que G¨®gol, Turgu¨¦nev o Ch¨¦jov tuvieron que sobreponerse al patriarcado bic¨¦falo de Dostoievski y Tolst¨®i, en el ¨¢mbito ling¨¹¨ªstico espa?ol hizo falta que editores como Manuel Aguilar, Vicente Giner o Luis Magriny¨¤, en decenios bien diferenciados de nuestros a?os de plomo y de la Transici¨®n, apostaran por los rusos a veces contra la l¨®gica comercial. La rom¨¢ntica y documentada eslavofilia de Juan Eduardo Z¨²?iga fue otro de los elementos aglutinadores de esta normalizaci¨®n a la que tambi¨¦n ha contribuido la sistematizaci¨®n de estudios universitarios de filolog¨ªa y traducci¨®n. Todo ello ayuda a explicar esta inundaci¨®n de t¨ªtulos rusos que podr¨ªa parecer casual pero que se articula sobre una s¨®lida generaci¨®n, necesariamente heterodoxa, de nuevos eslavistas como Garc¨ªa Gabald¨®n, los Womack, Marta Reb¨®n o Paul Viejo que simultanean traducci¨®n, edici¨®n y cr¨ªtica y enfrentan la realidad editorial de forma dial¨¦ctica y creativa. Cabe entonces preguntarse cu¨¢l es el balance real de los grandes cl¨¢sicos un siglo despu¨¦s. Y quiz¨¢ la mejor respuesta sea el voluminoso legado de Vasili Aksi¨®nov (1932-2009), heraldo de una tradici¨®n narrativa que empieza en Guerra y paz y se propone poner por escrito lo que sucede en su tiempo (l¨¦ase el estalinismo) y en su lengua (que abarca, de Pushkin a Brodski, dos siglos de modernidad) y, m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa, en el imaginario de algo tan grande y complicado como es Rusia. Aksi¨®nov representa, es cierto, un modelo de narrador disidente y cr¨ªtico (hijo de Evguenia Guinzburg, padeci¨® el ostracismo y el exilio, viviendo m¨¢s de diez a?os en Estados Unidos), pero sobre todo es un autor capaz de estructurar, sobre un perfecto mecanismo novel¨ªstico, las muchas capas del dolor. Una saga moscovita (1994) va m¨¢s all¨¢ del periplo de los Gr¨¢dov -la grandeza y las miserias de la vida cotidiana en la URSS en el contexto de una familia de m¨¦dicos de alcurnia entre los primeros a?os veinte, en plena instauraci¨®n del poder sovi¨¦tico, y mediados de los cincuenta, con la desaparici¨®n f¨ªsica de Stalin-; este libro es quiz¨¢ el mejor resumen de lo que pudo haber sido y no fue el socialismo. Es grande la tentaci¨®n de dejarse llevar por la etiqueta antisovi¨¦tica, en el sentido pol¨ªtico del t¨¦rmino, de un libro que destila crudeza por ejemplo en las descripciones de Beria, el gran cerebro gris de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, a quien Aksi¨®nov dedica abundantes p¨¢ginas, pero lo cierto es que son igualmente realistas los Bulg¨¢kov, Jl¨¦bnikov, Guinzburg o Yevtushenko que aparecen de principio a fin y explican a la perfecci¨®n el d¨ªa a d¨ªa de tres generaciones de rusos. Los lectores de Vida y destino de Grossman o Los ni?os de Arbat de Rybakov encontrar¨¢n aqu¨ª la culminaci¨®n de una corriente literaria decidida a restituir con tinta lo que el fanatismo pragm¨¢tico neg¨® a muchos ciudadanos. Aun siendo Una saga moscovita el m¨¢s completo retrato del siglo XX ruso vale la pena sobreponerse a su fascinante "construcci¨®n nacional" (de hecho en la novela est¨¢n perfectamente articuladas las sombras de los principales protagonistas de la cultura rusa) para no desperdiciar su portentosa dimensi¨®n narrativa. No en vano Aksi¨®nov fue traductor de Doctorow y profundo conocedor de la mejor novela anglosajona; esta Saga es familia directa de los Buend¨ªa y los Buddenbrook, desmiente los lamentos agoreros por el g¨¦nero y devuelve al lector la fascinaci¨®n por la lectura. La traducci¨®n, sencillamente heroica, ofrece adem¨¢s un completo aparato cr¨ªtico imprescindible para entender una era que no cabe en las enciclopedias.
Una saga moscovita. Vasili Aksi¨®nov. Traducci¨®n de Marta Reb¨®n. La otra orilla. Barcelona, 2010. 1.193 p¨¢ginas. 34,50 euros.
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