As¨ª se salv¨® la i griega y guion perdi¨® su tilde para siempre
El deseo de evitar pol¨¦micas suaviz¨® las reformas de la nueva 'Ortograf¨ªa'
Los ni?os que ahora empiezan a estudiar ortograf¨ªa en todo el mundo de habla espa?ola ser¨¢n los que en algunas d¨¦cadas escribir¨¢n s¨®lo sin tilde, como recomiendan los acad¨¦micos. Los que ya escribimos s¨®lo con tilde, y llevamos haci¨¦ndolo desde hace a?os, podremos seguir escribiendo la tilde cuando el vocablo sea sin¨®nimo de solamente.
Eso vale para ese vocablo tan conflictivo que puso, entre otros, en pie de guerra a acad¨¦micos y creadores; la guerra, cuya sangre no lleg¨® al r¨ªo, se zanj¨® en el armisticio de Guadalajara, donde las 22 academias aceptaron el consejo de suavizar las conclusiones de los expertos que se hab¨ªan reunido en San Mill¨¢n de la Cogolla, cuna del espa?ol.
La ortograf¨ªa, que manda sobre la i griega y sobre la ll, y sobre todos los acentos conflictivos y tambi¨¦n sobre los que no lo son, sigue como estaba en 1999; aquellas recomendaciones de San Mill¨¢n no entrar¨¢n en la nueva ortograf¨ªa sino como eso, como recomendaciones, y si prosperan (que los acad¨¦micos creen que prosperar¨¢n) los que estudien a partir de ahora la ortograf¨ªa que las academias han sancionado escribir¨¢n s¨®lo sin acento y podr¨¢n decir ye en lugar de i griega.
Los acad¨¦micos conf¨ªan en que los profesores recojan sus recomendaciones
"Las normas se hacen para ense?ar a los ni?os, no para fastidiar"
Pero los que cre¨ªan que se iban a librar poniendo a¨²n tildes en guion o truhan (o vocablos de densidad similar, por el hecho de ser monos¨ªlabos), tendr¨¢n que aceptar lo que la norma avis¨® en 1999 y ahora sanciona e impone. Deben ir sin tilde, a pesar de que el sistema Word, por ejemplo, avisa todav¨ªa de la incorrecci¨®n mientras lo escribimos ahora sin acentuarlos.
Del resto, las cosas siguen como estaban en la ortograf¨ªa sancionada hace 10 a?os. ?Por qu¨¦ se echaron atr¨¢s las academias, despu¨¦s del barullo organizado en todos los medios, y tras las controversias que se armaron en el seno de estas instituciones? Pues precisamente por eso, por el barullo formado. Las normas de la socioling¨¹¨ªstica aconsejan que no se tomen medidas contra el consenso social. Como dijo ayer en Guadalajara un acad¨¦mico, "en una lengua, los cambios han de someterse a la siguiente condici¨®n: cualquier cambio no importa si es de sentido com¨²n, e importa si es aceptado o no".
No se puede imponer. La sensaci¨®n que dio la conferencia de prensa multitudinaria en la que el director de la Academia mexicana, Jos¨¦ Moreno de Alba, anunci¨® el domingo con un ¨¦nfasis que recordaba los grandes acontecimientos acad¨¦micos, que la uve segu¨ªa siendo be baja o be corta, etc¨¦tera, era que los acad¨¦micos recogieron esa pol¨¦mica como un indicio claro de que la repercusi¨®n de los cambios no iba a ser saludable. La unanimidad con que se tom¨® la decisi¨®n de parar expresa tambi¨¦n el disenso que se padec¨ªa en el seno de estas instituciones.
Los acad¨¦micos conf¨ªan ahora en que los docentes del espa?ol de todo el mundo recojan las recomendaciones (que siguen siendo las que salieron de San Mill¨¢n de la Cogolla), de modo que los que ahora estudian el idioma y son ni?os, un d¨ªa podr¨¢n decir solo caf¨¦ y caf¨¦ solo, confiando en que el contexto ponga una tilde imaginaria donde ahora hay una tilde como la que tiene EL PA?S.
?Y la ll y la ch? Son d¨ªgrafos y no tendr¨¢n un cap¨ªtulo independiente en los diccionarios. Desaparecen como tales letras y vuelven al seno de la c y la l. Los chinos seguir¨¢n siendo chinos, pero habr¨¢ que buscarlos en la c. Y la llave no se perder¨¢ si se busca en la l.
Un peque?o asunto m¨¢s: accidentes geogr¨¢ficos, como oc¨¦ano Pac¨ªfico y oc¨¦ano Atl¨¢ntico, se escribir¨¢n con min¨²scula el accidente y may¨²scula el nombre propio. Exmarido se escribir¨¢ junto, los latinismos ir¨¢n en cursiva y ya no habr¨¢ de acentuarse la o cuando vaya entre n¨²meros (como en 5 o 6). Esos casos est¨¢n entre las decisiones con las que las academias zanjaron un conflicto que ya no existir¨¢ cuando los nietos hayan aceptado lo que se dijo en San Mill¨¢n y que ahora estar¨¢ en la Ortograf¨ªa como un conjunto de recomendaciones en barbecho. "Las normas", nos dijeron ayer, "se hacen para ense?ar a los ni?os, no para fastidiar a los que ya escriben el castellano que aprendieron hace 10, 20 o 50 a?os".
El principio, nos dijo ayer el director de la Academia argentina, Pedro Luis Barcia, "es la b¨²squeda de la unidad en el nombre de las letras, respetando la diversidad en las designaciones actuales".
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