Un tigre bajo la mesa de billar
En tiempos de la Ley Seca, en el bar del hotel Nacional en La Habana uno pod¨ªa ver a Buster Keaton o la duquesa de Windsor, o tropezarse con los g¨¢ngsteres Lucky Luciano o Frank Costello. En el Raffles de Singapur, donde se alojaron Rudyard Kipling, Somerset Maugham y Joseph Conrad, la orquesta dejaba de tocar si alguien se aventuraba en la sala de baile sin ir de etiqueta; en 1902, un tigre se refugi¨® bajo su mesa de billar y tuvo que ser abatido, una an¨¦cdota que hoy recuerdan sus cajas de cerillas. En el Winter Palace de Luxor (Egipto), lord Carnavon y Howard Carter, los descubridores de la tumba de Tutankam¨®n, ten¨ªan su base de operaciones. En el Adlon de Berl¨ªn, escenario de la trama de Si los muertos no resucitan, la ¨²ltima novela de Philip Kerr ambientada en la Alemana nazi, firm¨® su primer contrato con el cine Greta Garbo. Desde que en el siglo XIX se invent¨® el concepto de "gran hotel", los Ritz, Palace, Savoy, Carlton sirvieron de decorados glamurosos o decadentes para apasionantes historias de escritores, corresponsales de guerra, pol¨ªticos, esp¨ªas, estrellas de cine... Las recoge, junto con abundante material gr¨¢fico, esta gu¨ªa que recrea una ¨¦poca a trav¨¦s de sus hoteles.
La edad de oro de los grandes hoteles. Catherine Donzel. Lunwerg. 360 p¨¢ginas. 29,50 euros.
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