Pedreira respald¨® a Garz¨®n en las escuchas a presos de G¨¹rtel

El juez instructor del Tribunal Superior de Madrid para el caso G¨¹rtel, Antonio Pedreira Andrade, reprodujo los argumentos del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garz¨®n al prorrogar las escuchas a los principales cabecillas de la trama corrupta en prisi¨®n, con el benepl¨¢cito de la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n, en un auto fechado el 20 de abril de 2009 que ha permanecido bajo secreto hasta el pasado viernes.

Se trata del auto que la defensa de Garz¨®n ha pedido en reiteradas ocasiones que se incorpore como prueba. El instructor del Supremo Alberto Jorge Barreiro lo hab¨ªa reclamado y la Fiscal¨ªa hab¨ªa advertido que si no se incorporaba durante la instrucci¨®n podr¨ªa generar "indefensi¨®n" al juez imputado.

El auto con los argumentos estuvo bajo secreto hasta el pasado viernes

El auto hasta ahora secreto demuestra que los argumentos de Garz¨®n para acordar las escuchas en prisi¨®n fueron compartidos por el instructor del Tribunal Superior de Madrid y por la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n. Seg¨²n el auto, fue la Brigada de Blanqueo de Capitales la que inst¨® del juez Pedreira la pr¨®rroga del control de las comunicaciones orales y escritas de los cabecillas de la trama Francisco Correa, Pablo Crespo y Antoine S¨¢nchez en el centro penitenciario, incluidas las "comunicaciones personales que mantengan los citados internos con los letrados personados en la causa u otros que mantengan entrevistas con ellos".

La fiscal¨ªa "inform¨® favorablemente" sobre esa petici¨®n, en el sentido de "no oponerse a la pr¨®rroga" y con "expresa indicaci¨®n a los funcionarios policiales de efectuar salvaguarda del derecho de defensa de los imputados". En consecuencia, el fiscal pidi¨® el desglose de las transcripciones de todas las conversaciones, "salvo las que a continuaci¨®n se transcriben".

El auto menciona a continuaci¨®n las conversaciones que interesan al fiscal, entre las que figuran las de Pablo Crespo con su nuevo abogado, Pablo Rodr¨ªguez Mourullo; de Correa con sus dos abogados, el que tambi¨¦n est¨¢ imputado en la trama, Jos¨¦ Antonio L¨®pez Rubal, y el que le sustituy¨®, Jos¨¦ Antonio Chocl¨¢n; otras m¨¢s de Correa con Chocl¨¢n y de Crespo con Mourullo, etc¨¦tera. As¨ª, hasta una docena de conversaciones que el juez del Supremo Jorge Barreiro considera presuntamente delictivas solo para Garz¨®n.

Sin embargo, las escuchas fueron prorrogadas por Pedreira citando el Convenio Europeo de Derechos Humanos, art¨ªculo 8.2., que admite la injerencia de las autoridades en la vida privada y familiar si est¨¢ prevista en la ley y constituye una medida que, "en una sociedad democr¨¢tica, sea necesaria para la seguridad nacional, la seguridad p¨²blica, el bienestar econ¨®mico del pa¨ªs, la defensa del orden y la prevenci¨®n del delito (...)". El juez agregaba que la restricci¨®n del derecho al secreto de las comunicaciones estaba prevista en el art¨ªculo 579.4 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que deja en manos del juez de instrucci¨®n el juicio de la proporcionalidad y necesidad de la medida.

Seg¨²n Pedreira, ese derecho a la intimidad no tiene car¨¢cter absoluto, y puede estar sujeto a limitaciones con dos requisitos: que solo el juez puede autorizar el sacrificio del derecho a la intimidad; y que dicho sacrificio tenga por finalidad exclusiva la investigaci¨®n de un delito concreto y la detenci¨®n de sus responsables.

El juez del Tribunal Superior de Madrid explicaba despu¨¦s que en el momento inicial del procedimiento en que se acuerda la intervenci¨®n -se refiere obviamente a Garz¨®n-, no resulta exigible una justificaci¨®n f¨¢ctica exhaustiva, "pues se trata de una medida para profundizar en una investigaci¨®n no acabada". A?ad¨ªa que la medida deb¨ªa de ser temporal, sin perjuicio de las sucesivas pr¨®rrogas y bastaba con que el juez "tenga puntual informaci¨®n de los resultados" de las escuchas, no siendo exigible "la audici¨®n personal y completa de las grabaciones obtenidas por la Polic¨ªa".

Pedreira conclu¨ªa prorrogando el control de las comunicaciones orales y escritas ordenadas por Garz¨®n sobre Correa, Crespo y S¨¢nchez en la c¨¢rcel donde se hallaban o a la que sean trasladados.