?Es posible planificar en la oposici¨®n?
Siempre he pensado que los per¨ªodos en los que un partido pol¨ªtico es relegado a la oposici¨®n deber¨ªan aprovecharse no solo para hacer ajustes en la organizaci¨®n o elegir nuevos l¨ªderes. Cuando no se tienen responsabilidades de gobierno, deber¨ªa ser m¨¢s f¨¢cil pensar en profundidad sobre las pol¨ªticas p¨²blicas que, antes o despu¨¦s, tocar¨¢ dirigir.
Para ello, los partidos deber¨ªan organizar un cierto n¨²mero de grupos de reflexi¨®n. Uno para cada ¨¢rea de Gobierno relevante. En el caso de Galicia, eso podr¨ªa llevarnos a un m¨¢ximo de 10 o 12 grupos. El objetivo de cada grupo ser¨ªa analizar con rigor la situaci¨®n actual y elaborar un plan de Gobierno detallado, incluyendo memorias econ¨®micas para poder determinar el encaje financiero global de todos los planes sectoriales. Cada grupo podr¨ªa estar compuesto por 15 o 20 personas, incluyendo diputados auton¨®micos, cuadros del partido, t¨¦cnicos m¨¢s o menos vinculados a la organizaci¨®n e incluso expertos independientes de la sociedad civil y las universidades.
Los medios y la sociedad le prestan m¨¢s atenci¨®n a un esc¨¢ndalo menor que a un plan bien articulado
A corto plazo, el trabajo conjunto en el seno de esos grupos permitir¨ªa hacer un mejor papel de control en el Parlamento a los diputados. M¨¢s all¨¢ de ir a remolque de las decisiones que va tomando el Gobierno de turno, la oposici¨®n podr¨ªa definir la agenda p¨²blica e introducir en el debate aspectos orillados por aqu¨¦l de forma consciente o inconsciente. A m¨¢s largo plazo, permitir¨ªa elaborar buenos programas electorales; contar con personas para construir la columna vertebral de las diferentes conseller¨ªas, personas que llevan pensando en ello cierto tiempo y que no son designados por sorpresa y en tiempo real; y tener un preciso plan de Gobierno desde el primer d¨ªa. Uno que permita ahorrar tiempo y acelerar los cambios en las pol¨ªticas p¨²blicas.
Desafortunadamente, no nos solemos encontrar con esta perspectiva estrat¨¦gica. Se llega al Gobierno teniendo que improvisar en casi todos los frentes, lo que inevitablemente se traduce en par¨¢lisis y sensaci¨®n de que cuatro a?os no dan tiempo a nada. Pasan dos a?os de Gobierno y estamos a la espera ya no de los cambios, sino de los propios planes que orienten esos cambios.
Probablemente sean varias las causas que explican por qu¨¦ no se hacen estos deberes cuando se est¨¢ en la oposici¨®n. Cuando he planteado la cuesti¨®n en diversos foros, las respuestas han sido, en general, cr¨ªticas con los partidos y su capacidad para definir estrategias. Hacerlo bien exige movilizar muchos recursos humanos (200 personas) con recursos organizativos escasos y orientados hacia otros cometidos. Sin duda, las fundaciones vinculadas a los partidos podr¨ªan ayudar, pero su escaso dinamismo no invita a la esperanza. Y hacerlo bien significa trabajar mucho: leer, pensar, discutir y escribir. Y no todo el mundo est¨¢ dispuesto a ello. Sobre todo porque, cuando se trata de repartir cargos, los aparatos de los partidos tienden a premiar menos este perfil intelectual frente a otros.
Sin negar la relevancia que puedan tener estos factores, creo que no agotan la explicaci¨®n. Porque en los partidos (y, en particular, en el PPdeG, PSdeG y BNG) existen personas brillantes, trabajadoras y bienintencionadas que, sin duda, asumen la relevancia de pensar en serio en las pol¨ªticas p¨²blicas. El problema es que, desde un an¨¢lisis de coste-beneficio, para la organizaci¨®n es preferible centrarse en lo inmediato. Los medios de comunicaci¨®n y la propia sociedad parecen prestarle m¨¢s atenci¨®n a cualquier esc¨¢ndalo menor que a un plan bien articulado. Si el partido en la oposici¨®n sabe que una profunda y costosa reflexi¨®n sobre la organizaci¨®n de la sanidad p¨²blica va a tener menos repercusi¨®n en los medios que cualquier declaraci¨®n mordaz, ?no es m¨¢s racional a corto plazo dedicar los siempre escasos recursos a mantener el partido cohesionado y ser capaz de salir varias veces al d¨ªa opinando en tiempo real, aunque sea de forma superficial, sobre las noticias que vomitan los teletipos? ?Qu¨¦ l¨ªder es capaz de pensar a cuatro a?os vista en la vor¨¢gine del d¨ªa a d¨ªa?
Por eso, cada d¨ªa estoy m¨¢s convencido de que es la sociedad civil la que debe contribuir al debate sobre las pol¨ªticas p¨²blicas y a generar y difundir ese conocimiento aplicado y compartido sobre las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades que se abren ante la sociedad gallega.
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