El Madrid exhibe al segundo pelot¨®n
Los goles de ?zil, Cristiano y Di Mar¨ªa certifican el excelente partido de Marcelo, Lass y Arbeloa ante un Zaragoza con muy mala pinta
Tres chispazos le bastaron al Madrid para resolver sin sobresaltos su cita en Zaragoza con el colista. En estos tiempos de penurias en La Romareda, el equipo de Mourinho ni siquiera precis¨® su mejor versi¨®n. Tenso y riguroso en la defensa, el Madrid gestion¨® el partido en el ataque como m¨¢s le gusta, sin demora, siempre por el atajo m¨¢s directo: tres toques para el primer gol -taco de Cristiano, enorme asistencia de Marcelo y diana de ?zil-, uno para el segundo -una falta ejecutada por CR con la precisi¨®n del mejor arquero- y dos para el tercero -el cartab¨®n de Alonso y la definici¨®n de Di Mar¨ªa-. De lo dem¨¢s se encargaron secundarios como Marcelo, Lass y Arbeloa. Suficiente para despachar a un adversario que no se reconoce, un equipo indefinido.
ZARAGOZA 1 - REAL MADRID 3
Zaragoza: Leo Franco; Diogo, Lanzaro, Jarosik, Paredes (Pinter, m. 85); Gabi, Edmilson (Ponzio, m. 53); Lafita, Ander, Bertolo; y Sinama-Pongolle (Marco P¨¦rez, m. 53). No utilizados: Doblas; Contini, Jorge L¨®pez y Boutahar.
Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe, Carvalho, Marcelo; Lass, Xabi; Di Mar¨ªa (Morata, m. 89), ?zil (Diarra, m. 85), Cristiano; y Benzema (Granero, m. 79). No utilizados: Ad¨¢n; Albiol, Garay y Pedro Le¨®n.
Goles: 0-1. M. 14. ?zil. 0-2. M. 43. Cristiano Ronaldo. 0-3. M. 47. Di Mar¨ªa. 1-3. M. 54. Gabi, de penalti.
?rbitro: Ram¨ªrez Dom¨ªnguez. Amonest¨® a Lanzaro, Gabi, Bertolo, Marcelo, Carvalho, Arbeloa y Xabi Alonso.
Unos 34.000 espectadores en La Romareda.
El Zaragoza es un equipo con demasiadas pr¨®tesis, tejido con grandes costurones, con gente en el ocaso como Leo Franco y Edmilson o futbolistas de esos que encuentran ficha en esta Liga sin motivos aparentes, caso de Sinama-Pongolle o Lanzaro. Equipos tan invertebrados encuentran en muchas ocasiones la p¨®cima en sus propias bases, sin necesidad de ir a un rastro donde apenas hay gangas. Otro s¨ªntoma de la deriva: en un a?o justo, tres entrenadores (Marcelino, Gay y Aguirre). En medio de este panorama selv¨¢tico, las v¨ªctimas son chicos acunados en casa como Ander Herrera y Lafita.
Diez minutos le dur¨® la energ¨ªa al Zaragoza. Se cae del alambre al primer azote. Lo que tard¨® ?zil en abrir la lata tras un taconazo de Cristiano, no para youtube, sino efectivo, y un fant¨¢stico pase de Marcelo al pasillo izquierdo. Paredes, que para eso es lateral zurdo, estaba extraviado, como todo su equipo. Ah¨ª se descuartiz¨® para siempre el conjunto de Aguirre y el Madrid tom¨® el mando con una superioridad absoluta.
Mucho tuvo que ver Marcelo, una de las grandes noticias de la temporada para los madridistas. Su progresi¨®n ha sido extraordinaria. Hoy es un futbolista m¨¢s aplicado en la defensa y en el ataque, su fuerte, es mucho m¨¢s oportuno. Carvalho le escolta y ¨¦l llega cuando debe, no porque s¨ª. Tan cuajado est¨¢ el brasile?o, que no hay encuentro en el que no deje una nota de su virtuoso repertorio. Lo hizo en La Romareda con un recorte a Diogo y un ca?o a Herrera propio del cat¨¢logo de Messi o Cristiano. Durante toda la tarde, fue un sofoco para los zaragocistas y un socio ideal para los suyos. Por el otro costado, Arbeloa, que ha desterrado a Sergio Ramos -con Mou nunca se puede saber si es una cuesti¨®n temporal-, es la versi¨®n opuesta a Marcelo. Defiende con inteligencia y tes¨®n y ataca cada vez con mejor perfil.
Lanzado por los laterales y con Lass, relevo de Khedira, hiperactivo, los secundarios tuvieron m¨¢s peso que nunca. Para lo fino, los primeros actores: ?zil. Cristiano, Alonso y Di Mar¨ªa, a los que Edmilson, se supone que enhebrado como dique por delante de los centrales, perdi¨® siempre la pista. En estos d¨ªas, el ex azulgrana es un paseante. El asunto de Benzema es m¨¢s complejo que el de otras estrellas blancas. Fue fichado con galones, pero, por lo general, ha sido un jugador de reparto. En Zaragoza no tuvo el acierto goleador mostrado ante el Auxerre, pero tampoco fue el futbolista inanimado de tantas jornadas. Barri¨® el frente ofensivo, se ofreci¨® con constancia y estuvo muy participativo. Tuvo tres retos con Leo Franco y en todos estrell¨® la pelota en el meta argentino. M¨¢s f¨¢cil lo tuvo Di Mar¨ªa, que retrat¨® a su compatriota en el tercer tanto. Franco, pesadote, se descolg¨® del larguero una hora despu¨¦s del pase de Alonso a espaldas de los r¨ªgidos centrales de Aguirre. Invit¨® a Di Mar¨ªa a una sencilla vaselina.
Solo un penalti de Carvalho a Bertolo abri¨® una brecha ante Casillas, que en su 400? partido de Liga pas¨® una tarde en la hamaca salvo por un remate de Lafita en el primer tiempo. Gabi acert¨® ante Iker. Un espejismo. Este Zaragoza necesita mucho m¨¢s para rehabilitarse. Nunca se vio en peligro el Madrid, al que le bastaba con Lass, una avispa en todas las zonas del campo. Alonso, sabio, se contuvo ante la fren¨¦tica actividad del franc¨¦s. Una cualidad que no siempre explota con conveniencia. En Zaragoza, ante la parsimonia de adversarios como Edmilson, s¨ª lo hizo.
A la espera del gol de Benzema, que no lleg¨®, el partido tuvo otros alicientes, como el lanzamiento de Morata en la misma plataforma en la que un d¨ªa se present¨® al mundo Ra¨²l. Un gui?o del destino. Por ahora, el del Madrid es sumar y sumar, salvo que el Bar?a se cruce en su camino. Ayer, con una faena bien ali?ada, sin agobio alguno y exhibiendo al segundo pelot¨®n. Todo lo contrario que para el Zaragoza, hecho un nudo desde hace varias temporadas.
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