"Lo terrible es la pelea de pobres contra pobr¨ªsimos"
El grupo callejero de jazz que suele tocar en la Gran V¨ªa o la Puerta del Sol madrile?as se ha desplazado hoy a la acera del hotel Palace. La mirada de Mart¨ªn Caparr¨®s (Buenos Aires, 1957) se detiene en el contrabajista. "Siempre me ha intrigado por qu¨¦ alguien toca el contrabajo. Parece un instrumento cristiano: se sacrifica por los dem¨¢s", observa con una sonrisa que se extiende -casi- de un lado al otro de su bigote decimon¨®nico.
El autor de El interior, retrato caleidosc¨®pico de Argentina a trav¨¦s de sus provincias, acepta almorzar en una tasca castiza en el barrio de Huertas cuando ve sus enormes raciones de pulpo. Mientras equilibra una pata de la mesa con unas servilletas explica c¨®mo lleg¨® a trabajar para el Fondo de Poblaci¨®n de Naciones Unidas, que cada a?o publica el Informe sobre el estado de la poblaci¨®n mundial, un compendio de cifras, estad¨ªsticas y an¨¢lisis m¨¢s bien seco.
El autor argentino fich¨® por la ONU para buscar historias de migraci¨®n
"Hace cinco a?os se les ocurri¨® hablar de la migraci¨®n, el paso del campo a la ciudad, el cambio clim¨¢tico, etc¨¦tera, a trav¨¦s de las historias de j¨®venes de diferentes pa¨ªses y me ofrecieron hacerlo". Acept¨® para "llegar a la carpa de un pastor n¨®mada" en lugar de quedarse en los l¨ªmites infranqueables para el viajero normal y porque le dejaron tomar las fotos. Lleva tiempo acompa?ando sus reportajes con sus propias im¨¢genes, porque, como sospechan algunos amigos, no quiere "viajar con nadie".
Su primera aventura, centrada en la migraci¨®n y recopilada en Una luna, fue delirante. "En 28 d¨ªas fui a Par¨ªs, Moldavia, Bruselas, Monrovia [Liberia], ?msterdam, Barcelona, Madrid, Zambia y Sud¨¢frica. Pasar de Monrovia, quiz¨¢ el lugar m¨¢s arruinado del mundo -no tiene agua ni luz desde hace 15 a?os-, a ?msterdam es como algo imposible".
?Y si tuviera que narrar los recientes disturbios en Buenos Aires entre porte?os e inmigrantes por la ocupaci¨®n de terrenos con chabolas y en los que tres sin techo murieron? "Lo m¨¢s terrible fue la pelea -literal, con palos, balas, fuego- de pobres contra pobr¨ªsimos y, sobre todo, el desd¨¦n de un Estado cuyos gobernantes prefirieron no actuar para ver si pod¨ªan echar la culpa a sus oponentes".
Si Una luna es una especie de diario, su ¨²ltimo trabajo, Contra el cambio, es un an¨¢lisis del omnipresente discurso del cambio clim¨¢tico. "?Por qu¨¦ se ha convertido en nuestra preocupaci¨®n fundamental cuando hay 1.000 millones de personas que pasan hambre en el mundo? Lo cual, dicho delante de un plato de gambas es un poco terrible", lanza el escritor y responde enseguida. "El hambre y la miseria no amenazan a esta sociedad porque pertenecen a otra, mientras que el cambio clim¨¢tico nos ata?e a todos".
Sin menospreciar las posibles consecuencias futuras del calentamiento global, indaga en cuestiones como el cambio del modelo energ¨¦tico que beneficia a la energ¨ªa nuclear y "un mercado de cr¨¦ditos de di¨®xido de carbono que ya mueve m¨¢s de 150.000 millones de d¨®lares, un nivel extraordinario si se compara con los 300.000 del armamentista". Con un puro en la mano y a su pesar sin caf¨¦ -no se sirve aqu¨ª-, sigue: "Nos hemos quedado sin modelo de futuro deseable. Lo que hay es cierta melancol¨ªa conservacionista. Como si lo que tenemos valiera la pena conservarlo. Que me disculpen, pero, ?c¨®mo le explico a una mujer en N¨ªger que queremos conservar su forma de vida?".
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