Las ra¨ªces de la marca BCN
Lo m¨¢s moderno y lo m¨¢s popular. Plan de visita para ver, sentir y degustar la ciudad
Es muy probable que ya tenga una lista de las cosas que quiere visitar en Barcelona. Ha le¨ªdo sobre los grandes chefs en los grandes hoteles y se debate entre reservar en la Enoteca de Paco P¨¦rez o en el Loidi de Mart¨ªn Berasategui. Ha o¨ªdo hablar sobre los nuevos hitos del dise?o y no sabe si echarle un vistazo a la obra de Patricia Urquiola en el hotel Mandarin Oriental o tomarse un c¨®ctel y unos makis disfrutando de esa maravilla que es el interiorismo del restaurante Big Fish, ideado por L¨¢zaro Rosa-Violan. Es posible que la moda le preocupe m¨¢s bien poco, pero le d¨¦ curiosidad acercarse a una de las tiendas barcelonesas de Custo y hasta termine adquiriendo ah¨ª algo que lucir en el club Eclipse del Hotel W, donde le han comentado que poseen clientela que roza la perfecci¨®n gen¨¦tica y una carta de whiskys comparable a la lista de los reyes godos. Es casi seguro que la energ¨ªa y el dinero que gasta Barcelona en venderse como ciudad y como marca haya ejercido sobre usted un efecto hipn¨®tico que r¨ªase de los vampiros de True Blood y se encuentre ahora mismo reservando un vuelo para comprobar en primera persona c¨®mo se ve la ciudad desde la Torre d'Altamar frente a un plato de arroz caldoso con bogavante.
Pero antes de hacer todo eso tal vez ser¨ªa recomendable pasar unas horas en compa?¨ªa de la otra ciudad, la que sobrevivi¨® al sue?o ol¨ªmpico, a la pesadilla de las despedidas de soltero y a los vuelos de bajo coste. Esa Barcelona que recupera presencia, la de toda la vida. Distinguir lo que es antiguo de lo que solo tiene aspecto de antiguo resulta, en ocasiones, complicado. Pero la ciudad manten¨ªa toda una liga de locales en los que hacerse una idea exacta de c¨®mo fueron las cosas antes de que las rutas del bus tur¨ªstico cubrieran todos los colores del arco iris.
Verm¨² de grifo
La bodega barcelonesa ha sido una especie en peligro de extinci¨®n, aunque en los ¨²ltimos a?os ha logrado frenar su deforestaci¨®n. Espacios como el QUIMET & QUIMET (Poeta Cabanyes, 25) o la BODEGA SEP?LVEDA (Sep¨²lveda, 173) son cl¨¢sicos populares, pero es a lugares como LA COSTA BRAVA (Alzina, 58), LA MASIA (Elisabets, 16) o la fant¨¢stica BODEGA DEL POBLET (Sardenya, 302) donde deben acudir quienes busquen viejos toneles, mesas de fornica, verm¨² de grifo y la sensaci¨®n de que el tiempo qued¨® suspendido. Lo mismo podr¨ªa decirse de la librer¨ªa ANCORA & DELF?N (Diagonal, 564), donde hace m¨¢s de cincuenta a?os que nadie mueve ni una mesa. Especializada en humanidades y con uno de los suelos de m¨¢rmol m¨¢s populares de la ciudad, la librer¨ªa es un milagro entre tiendas multimarca. Pasteler¨ªas del siglo XIX, como MONTSERRAT DEL ROC (Travessera de Gr¨¤cia, 170) o el cl¨¢sico FOIX DE SARRI? (Major de Sarri¨¢, 57), la espectacular tienda de ultramarinos MURRI? (Roger de Ll¨²ria, 85), con m¨¢s de 220 quesos a la venta, o la m¨ªtica sombrerer¨ªa OBACH (Call, 2), fundada en 1924, son solo algunos de los comercios cl¨¢sicos que perviven en la ciudad.
A la hora de sentarse como se hac¨ªa antes, hay opciones marineras econ¨®micas y entra?ables, como el BAR MUNDIAL (Sant Agust¨ª Vell, 1; unos 20 euros), viejos monumentos a la elegancia burguesa como BILBAO (Peroll, 33; unos 40 euros), mitos literarios como CASA LEOPOLDO (Sant Rafael, 24; unos 45), el preferido de Pepe Carvalho, o joyas de barrio convertidas en patrimonio de la humanidad como es el caso de ELS PESCADORS (Pla?a Prim, 1; 40 euros), donde deben pedir mesa en la zona vieja de la barra o en la terraza, no en el nuevo comedor, claro.
En el viejo Raval existen rastros de la influencia francesa en bares como PAST?S (La Rambla, 4) o MARSELLA (Sant Pau, 65). El primero es peque?o, casi secreto y ofrece recitales, mientras Marsella es uno de aquellos locales cl¨¢sicos tomados por j¨®venes capaces de deletrear Jean Genet, aquel tipo que siempre prefiri¨® los prost¨ªbulos del Raval a las tertulias literarias. Hasta el m¨¢s nost¨¢lgico de los recorridos debe tener sus l¨ªmites y el nuestro se halla en el KENTUCKY (Arc del Teatre, 11), anta?o popular entre los marineros estadounidenses, hoy popular entre todos los que tienen cuerpo de jota.
En movimiento / El G¨°tic en 'trixi'
En los ¨²ltimos tiempos, formas alternativas de moverse se han sumado a la bicicleta, el taxi, el bus tur¨ªstico o el carruaje (informaci¨®n de todos ellos en www.bcn.es). Primero fueron los "TRIXIS" (www.trixi.com), esos simp¨¢ticos triciclos patrocinados por la firma Desigual y conducidos por tipos que parecen miembros del grupo de acompa?amiento de Manu Chao (tour de dos horas y media para dos, 45 euros). Tambi¨¦n es posible alquilar "SEGWAYS" (www.segwaytours.cat) (dos horas, 58 euros). Finalmente, GOCAR (www.gocartours.es) se presenta como la m¨¢s escandalosa de las opciones. Se trata de unos esc¨²teres de tres ruedas que circulan con gasolina (una hora, 35 euros; cuatro horas, 110). Poseen un GPS y cuentan historias divertidas (ideal para los atascos).
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