El Fitipaldi jefe
Carlos Raya ejerce de mano derecha y director musical de Fito Cabrales, que ma?ana llenar¨¢ el Palacio de los Deportes por octava vez
Menos tres grados por debajo de cero en la puerta de la casa de Carlos Raya. Unos minutos de espera y al fin abre la puerta. "Perdona, es que me estaba duchando. Pasa, pasa". No miente: su cl¨¢sica cabellera larga luce empapada. "Llevo melena desde los 16 a?os. Voy a rebaj¨¢rmela a la peluquer¨ªa una vez al a?o. Y lo hago porque ya me molesta de lo larga que es: estoy tocando la guitarra y se me enreda entre las cuerdas. Un l¨ªo". Estamos en una urbanizaci¨®n de Torrelodones, noroeste de Madrid. Raya vive en un amplio chal¨¦ que comparte con su novia inglesa, con la que lleva 20 a?os. En la parte de abajo se encuentra su joya: un estudio para registrar m¨²sica que en realidad es una gran habitaci¨®n, acogedora, sin las peceras y las cabinas que suelen exhibir los tradicionales espacios de grabaci¨®n. Al fondo descansa una bater¨ªa, reluciente. A los lados, algunos instrumentos: bajos, guitarras, la¨²des... Todav¨ªa est¨¢ a medio montar, lo que no ha impedido que ya se hayan grabado aqu¨ª tres discos, entre ellos el nuevo de M-Clan. Es una de las facetas por las que es conocido Carlos Raya: productor musical. Pero su ocupaci¨®n m¨¢s popular es cuando ejerce de mano derecha, guitarrista y director musical del hombre que m¨¢s gente congrega actualmente en el rock espa?ol: Fito Cabrales.
En su estudio se han grabado tres discos, entre ellos el nuevo de M-Clan
Se hizo 'heavy' tras ver a Bar¨®n Rojo en el Parque de Atracciones
Mont¨® la banda de rock duro Sangre Azul con unos amigos de Pinto
Ha colaborado, entre otros, con Quique Gonz¨¢lez y Antonio Vega
Raya, madrile?o de 45 a?os, es ese melenas virtuoso de la guitarra que secunda al bilba¨ªno siempre que Fito y Fitipaldis graban un disco o se suben a un escenario. Ma?ana jueves lo har¨¢ de nuevo. Los n¨²meros son de r¨¦cord. En 12 meses, Fito y Fitipaldis han vendido en Madrid unas 100.000 entradas. Hace justo un a?o llenaron tres d¨ªas el Palacio de los Deportes (45.000 personas en total), en septiembre, metieron en Getafe a casi 40.000, y ahora regresan al Palacio con todo vendido, 15.000 m¨¢s. En total, Raya ha actuado nueve veces en este recinto: ocho con Fito y, sorpresa, una tocando con Quique Gonz¨¢lez como telonero de La Oreja de Van Gogh: "Fue a finales de los noventa, cuando La Oreja explot¨®. Fueron ellos los que quisieron que Quique les telonease. No he tocado ante tanto adolescente en mi vida".
Pero miremos al pasado. 1980. Carlos Raya cuenta con unos inocentes 14 a?os. Un familiar le lleva a las matinales del Parque de Atracciones. Cuatro melenudos con cazadoras de cuero hacen gru?ir sus guitarras. "Aquello fue alucinante", explica el protagonista. "Ver a Bar¨®n Rojo en esa ¨¦poca me hizo ser heavy. Y encima con esas letras tan duras". Raya viv¨ªa en el barrio de Santa Eugenia, colindante con Vallecas. Comenz¨® a tocar la guitarra. Despu¨¦s de montar una banda de versiones de los Beatles dio el gran salto. "Me hice amigo de unos tipos de Pinto y formamos una banda de rock duro", informa. Su nombre: Sangre Azul, algo as¨ª como los Bon Jovi de Pinto. Su primer concierto fue en las preliminares del por entonces prestigioso Villa de Madrid; su segundo recital, en las semifinales; y su tercero en una final que ganaron. "Fue llevarnos el Villa y ya ten¨ªamos un mont¨®n de bolos contratados", afirma.
Ah, aquellas pintas de Sangre Azul, con las cabelleras atiborradas de laca, las cazadoras con hombreras y los pantalones de lentejuelas... "Los pantalones me los hac¨ªa mi madre, las mechas en el pelo nos las pon¨ªamos en una peluquer¨ªa de M¨®stoles y el cardado nos lo hac¨ªamos nosotros. Recuerdo que me echaba un bote entero de laca. Y s¨ª, se ligaba mucho". Tres discos edit¨® Sangre Azul y desaparecieron al tiempo que la laca de sus melenas. Despu¨¦s, mucho estudio de manuales t¨¦cnicos, horas de pr¨¢ctica con la guitarra, inversi¨®n en equipo para tener un estudio... Comenz¨® a colaborar con Quique Gonz¨¢lez, Antonio Vega, M-Clan... Hasta que lleg¨® Fito. "Me llam¨® un d¨ªa porque quer¨ªa que escuchara unos temas, a ver si los pod¨ªa trabajar con ¨¦l. Fito es un t¨ªo que irradia una energ¨ªa incre¨ªble, energ¨ªa positiva. Un t¨ªo especial, pero sencillo. Es como se ve, la antiestrella", apunta sobre su jefe. Un ejemplo de la humildad de Fito es que, aun con lo que engorda su cuenta cada vez que act¨²a -y tiene muchos conciertos- vive en un modesto adosado en Guernica. "Con la molesta chimenea del de al lado metiendo ruido", seg¨²n Raya. Fito no necesita m¨¢s.
Ma?ana, a eso de las diez de la noche, Carlos, Fito y el resto de los Fitipaldis cumplir¨¢n con su rito antes de salir al escenario: un chupito y de nuevo a triunfar.
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