Billy el Ni?o espera el perd¨®n
El gobernador de Nuevo M¨¦xico decidir¨¢ antes de fin de a?o si concede un indulto simb¨®lico al famoso pistolero
Despu¨¦s de 129 a?os, Billy el Ni?o sigue esperando el perd¨®n del gobernador. Uno de los pistoleros m¨¢s famosos del Oeste americano muri¨® abatido por Pat Garrett en 1881. La muerte de su amigo John Tunstall le hab¨ªa llevado a desatar un conflicto conocido como la guerra del condado de Lincoln, en Nuevo M¨¦xico, y a huir a Tejas, despu¨¦s de matar, entre otros, al sheriff William Brady. El entonces gobernador Lew Wallace, futuro autor de Ben Hur, le ofreci¨® el perd¨®n si colaboraba con la justicia. Billy el Ni?o cumpli¨® su parte del trato pero el gobernador falt¨® a su palabra y permiti¨® su captura.
Han sucedido a Wallace 34 gobernadores y, por fin, Bill Richardson, que abandonar¨¢ el cargo el viernes, decidir¨¢ en las pr¨®ximas horas si finalmente formaliza aquel perd¨®n de forma p¨®stuma.El subjefe de gabinete de Richardson, Eric Witt, ha explicado que el indulto, en caso de concederse, ser¨ªa solo simb¨®lico: "No vamos a ofrecer un perd¨®n sin condiciones por todo lo que hizo".
Las autoridades de la ¨¦poca le ofrecieron una amnist¨ªa en 1880
William Bonney, Billy el Ni?o para la leyenda, era de Nueva York y solo vivi¨® en la frontera cuatro a?os. Fueron suficientes, sin embargo, para forjar un mito. Particip¨® en una guerra, vivi¨® como un forajido y, antes de ser abatido por el sheriff Pat Garrett, asegura la leyenda que mat¨® a 21 hombres con su propia pistola.
El condado de Lincoln, donde vivi¨® y muri¨®, es una tierra de secas praderas que hasta la llegada del hombre blanco pertenec¨ªa a los indios apaches. En 1877, a la llegada de Bonney, era un condado fuera de la ley, donde los duelos decid¨ªan cuestiones de honor. Billy el Ni?o encontr¨® trabajo como vaquero en el rancho de John Tunstall, a quien acabar¨ªa considerando un padre. Tunstall era un rico comerciante brit¨¢nico que hab¨ªa llegado al condado de Lincoln en 1876 a probar fortuna.
Tunstall ten¨ªa, sin embargo, un problema. Una mafia de mercaderes, due?os de la tienda LG Murphy & Co., controlaba todo el comercio, en connivencia con el sheriff. Tunstall se ali¨® entonces con el ranchero John Chisum para tratar de romper aquel monopolio. En retribuci¨®n, el corrupto sheriff, William Brady, contrat¨® a un grupo de pistoleros para matar a Tunstall en una emboscada. Con aquel incidente comenz¨® la guerra del condado de Lincoln.
La semilla de la venganza naci¨® entonces en el coraz¨®n de Billy el Ni?o. Sin piedad y sin perd¨®n, aniquil¨® al sheriff y a su ayudante en la polvorienta calle principal de Lincoln. Y huy¨® a Tejas. El nuevo gobernador, Lew Wallace, lleg¨® a Nuevo M¨¦xico deseoso de curar viejas heridas y proclam¨® una amnist¨ªa para cualquier hombre que hubiera tomado parte en la guerra de Lincoln.
Billy el Ni?o le escribi¨® desde Tejas. Era ya para entonces un pistolero famoso. Wallace le ofreci¨® su perd¨®n si regresaba a Nuevo M¨¦xico y testificaba en un juicio por otros asesinatos. Bonney cooper¨®, pero se encontr¨® con que el gobernador falt¨® a su palabra y no se opuso a su arresto. Sediento de venganza, Billy el Ni?o volvi¨® a huir y se refugi¨® en el desierto. Desde hac¨ªa un a?o, el condado de Lincoln contaba con un nuevo sheriff: Pat Garrett.
Los destinos de ambos se encontraron durante aquellos meses en varias ocasiones y entre los dos hombres se cre¨® una extra?a admiraci¨®n. Finalmente, Garrett encontr¨® y detuvo a Bonney en la localidad de Stinking Springs. Fue juzgado por la muerte del sheriff Brady y condenado a la horca, pero escap¨® de nuevo. En su huida mat¨® a otros dos funcionarios. Garrett decidi¨® buscarle en un lugar donde ya se hab¨ªa refugiado en el pasado: Fort Sumner, a 200 kil¨®metros de Lincoln. Cerca de all¨ª, el 14 de julio de 1881, el sheriff acudi¨® a la casa de Pete Maxwell, del que sospechaba que era conocido de Billy el Ni?o.
Mientras le interrogaba, junto a su cama, entr¨® en la casa un hombre descalzo, con un cuchillo en la mano izquierda y un rev¨®lver en la derecha. Era Billy el Ni?o. Pat Garret recordaba as¨ª aquel encuentro final en una biograf¨ªa que escribi¨® sobre el pistolero: "Tan r¨¢pido como pude, desenfund¨¦ mi rev¨®lver y dispar¨¦, ech¨¢ndome a un lado, y disparando de nuevo. El segundo disparo fue in¨²til, ya hab¨ªa ca¨ªdo muerto. Dos convulsiones y Billy el Ni?o se fue con sus muchas v¨ªctimas".
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