Una firma alemana ocult¨® desde marzo la contaminaci¨®n por dioxinas
Alemania cierra 5.000 granjas por el esc¨¢ndalo de los alimentos contaminados - Parte de las grasas para piensos superaban 77 veces la concentraci¨®n legal
"No como huevos ?No se acuerda nadie de Y¨²shenko?". Anna, estudiante de Derecho en la Universidad Humboldt (Berl¨ªn), se refer¨ªa a las tremendas deformaciones que un envenenamiento por dioxinas provoc¨® en 2004 al ex presidente ucranio V¨ªktor Y¨²shenko. Las im¨¢genes causaron conmoci¨®n en todo el mundo. Desde el 27 de diciembre, un goteo de informaciones cada vez m¨¢s alarmantes sobre la venta de alimentos contaminados con dioxinas a trav¨¦s de piensos industriales erosiona la confianza de los alemanes en su comida.
Ayer se supo que las grasas t¨®xicas con las que se confeccionaron los piensos contaminados hab¨ªan llegado a las f¨¢bricas hace m¨¢s de 10 meses. Ya en marzo, unos controles encargados por la empresa Harles&Jentzsch detectaron concentraciones de dioxinas ilegales e insalubres en las grasas que usaban para fabricar piensos. No lo denunciaron, permitiendo as¨ª que siguieran distribuy¨¦ndose y utiliz¨¢ndose.
Las sospechas se extienden ya a la leche y sus derivados
Las autoridades espa?olas no tienen constancia de que hayan llegado aqu¨ª
Las grasas industriales son m¨¢s baratas que las aptas para la producci¨®n de alimentos. Algunas de las que us¨® Harles&Jentzsch conten¨ªan 77 veces la concentraci¨®n de dioxinas permitida por la ley. Casi 5.000 granjas que compraron piensos contaminados han tenido que cerrar a causa del esc¨¢ndalo. La Uni¨®n de Agricultores pide que se indemnice al sector por las p¨¦rdidas, entre 40 y 60 millones de euros semanales, estima.
Los residuos t¨®xicos de la producci¨®n de biodiesel fueron el primer eslab¨®n de una cadena que termin¨® en millones de platos alemanes. Con ellos se fabricaron unas 150.000 toneladas de piensos, distribuidos m¨¢s tarde en granjas de toda Alemania. Millones de cerdos, gallinas y pavos engordados con estos piensos digirieron el veneno y lo conservaron en sus organismos. Al final de esta cadena de alimentaci¨®n, los huevos y la carne consumidos por humanos tambi¨¦n conten¨ªan m¨¢s dioxinas de lo permitido. Las sospechas se est¨¢n extendiendo ya a la leche y sus derivados, puesto que, seg¨²n se ha sabido, los piensos t¨®xicos llegaron a granjas bovinas.
Son cantidades altas "pero, para cuando llegan al consumidor, est¨¢n a a?os luz de las que envenenaron a Y¨²shenko", afirma el nutricionista de la Universidad de Jena Gerhard Jahreis. Las dioxinas "influyen en el ADN de las c¨¦lulas" y por tanto pueden provocar c¨¢ncer. En casos de consumo moderado pero prolongado, "se pueden acumular en las grasas corporales y regresar en tromba al organismo cuando se adelgaza". Los huevos son el producto ganadero en el que mejor se concentran estos venenos. Hay cientos de dioxinas diferentes, algunas m¨¢s venenosas que otras. A¨²n se desconoce qu¨¦ dioxinas se encuentran en los productos de los animales engordados con los piensos t¨®xicos. En el caso actual, tranquiliza Jahreis, estamos ante "concentraciones muy bajas" que "justifican un esc¨¢ndalo en cuanto a que llaman nuestra atenci¨®n sobre c¨®mo producimos y distribuimos nuestra comida". A fin de cuentas, "un veneno jam¨¢s deber¨ªa acabar en nuestras sartenes, en la cantidad que sea". Seg¨²n Thomas Alter, veterinario de la Universidad Libre berlinesa, "puede resultar sorprendente c¨®mo se mueven por el mundo los productos que llamamos frescos". El catedr¨¢tico recuerda varios esc¨¢ndalos similares hace pocos a?os "en Alemania, en B¨¦lgica y en Ucrania: est¨¢ visto que olvidamos demasiado pronto".
Al caer la tarde de ayer, los estantes de huevos estaban repletos en el c¨¦ntrico supermercado de la estaci¨®n de Friedrichstrasse, en Berl¨ªn. Lo mismo que la estudiante Anna, muchos pasaban de largo. Seg¨²n frau Duerig, que ayer dirig¨ªa la c¨¦ntrica tienda, "se est¨¢ notando la ca¨ªda de las ventas". No es que la gente pregunte ni proteste, pero compran menos huevos. De unas 40 personas que llenaban sus cestas a esa hora, solo tres se atrevieron a echar mano al estante. Dos de ellos eran profesionales (un docente universitario y un abogado) que de todos modos compran "siempre huevos biol¨®gicos, nunca de las granjas masificadas". Son m¨¢s caros, pero sus productores se comprometen a est¨¢ndares de trato y alimentaci¨®n de los animales que, en principio, dificultan su contaminaci¨®n con dioxinas.
Seg¨²n Margit Beck, de la oficina de Informaci¨®n de Mercado de Huevos y Aves (MEG), Alemania export¨® en 2009 m¨¢s de 1.800 millones de "huevos con c¨¢scara". Su principal cliente es Holanda, que import¨® 675 millones de huevos alemanes. La MEG carece de datos sobre Espa?a, "de modo que la exportaci¨®n hacia all¨ª debe de ser baja", dice. Sin embargo, muchos productos manufacturados contienen huevo. No se puede descartar, por ejemplo, que los holandeses mezclen huevos alemanes con los propios para fabricar alimentos que, a su vez, exportan. En todo caso, la Agencia Espa?ola de Seguridad Alimentaria y Nutrici¨®n (Aesan) tranquiliz¨®. De momento, dijo, no hay constancia de que se hayan distribuido en Espa?a productos o piensos potencialmente contaminados.
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