Alemania ve muy probable que el cerdo t¨®xico est¨¦ en las tiendas
Merkel reformar¨¢ la ley para separar la producci¨®n de grasas comestibles e industriales - China cierra las fronteras a la carne y los huevos de este pa¨ªs
Alemania ve "cada vez m¨¢s probable" que la carne de cerdo contaminada con dioxinas haya llegado a los consumidores. As¨ª lo admiti¨® ayer el ministerio de Agricultura de Baja Sajonia, elevando as¨ª un grado el esc¨¢ndalo alimentario que sacude el pa¨ªs desde que el 28 de diciembre se lanzara la alerta. Las autoridades calculan que unos 150 cerdos ya sacrificados podr¨ªan contener cantidades t¨®xicas de dioxinas, pero desconocen su paradero. El martes se detectaron cantidades de dioxinas un 50% m¨¢s altas de lo permitido en varios cerdos de una granja en la localidad rural de Langwedel, cercana a Bremen. La explotaci¨®n porcina sacrific¨® a 140 de sus 536 animales. Las sospechas pesan ahora sobre los hasta 8.000 cochinos de otras nueve granjas de la regi¨®n, cuyos propietarios compraban en Langwedel los piensos para alimentar a sus animales.
El granjero Rehbock se plantea cerrar por las p¨¦rdidas y el desprestigio
Las alarmas saltaron por la contaminaci¨®n por dioxinas en piensos y grasas industriales vendidos por la empresa Harles&Jentzsch. Pronto se detectaron huevos y carne de ave con concentraciones alarmantes de dioxinas y se supo que se hab¨ªan exportado partidas t¨®xicas al menos a Holanda y Reino Unido. China, de hecho, ha prohibido -lo hizo ayer- la importaci¨®n de carne de cerdo y de huevos de Alemania donde a¨²n 400 de las 5.000 explotaciones ganaderas clausuradas por el esc¨¢ndalo permanecen cerradas. Corea del Sur tambi¨¦n aprob¨® medidas similares. Alemania exporta cada a?o 2,2 millones de toneladas de carne de cerdo por valor de casi 5.000 millones de euros. Solo 12.000 de ellas van a China. Pero la medida llega en un momento en que Alemania iba a ampliar las exportaciones despu¨¦s de haber recibido en octubre el permiso de la AQSIQ. "Es grave, pues si encuentran dioxinas, Alemania podr¨ªa esperar unos cuatro a?os antes de que les acepten de nuevo exportar esos productos", confirmaron expertos a Efe.
Las granjas est¨¢n siendo las grandes paganas de esta crisis. La m¨¢s famosa de ellas est¨¢ en la carretera de salida de un pueblo de 15.000 habitantes llamado Langwedel, en la planicie agr¨ªcola del medio Weser. La explota Cord Rehbock y all¨ª se detect¨® la primera carne de cerdo contaminada. Adem¨¢s de sus cerdos, el ganadero fabrica sus propios piensos mezclando grasas adquiridas. Se los da a sus animales o los vende a otras explotaciones porcinas de la regi¨®n. Cumpliendo al tel¨¦fono con el t¨®pico de la parquedad verbal de los alemanes del norte, Rehbock se dec¨ªa ayer "bastante enfadado" con Harles&Jentzsch. Compr¨® las grasas "de buena fe, igual que otras 76 empresas". Es un viejo cliente de la compa?¨ªa, con la que "nunca hab¨ªa pasado nada parecido". Rehbock se considera v¨ªctima de un "delito intencionado" por parte de una empresa asociada a Harles&Jentzsch, encargada de producir parte de las grasas que "actuaba fuera de los controles de rigor". Tambi¨¦n la mala suerte jug¨® el papel "de haber coincidido los controles rutinarios -dos en 2010- con la partida de grasa envenenada, ¨¦sta no habr¨ªa llegado al pienso ni a los cerdos", a?ade Rehbock.
El veterinario municipal de Verden Peter Rojem, que investiga el caso en la regi¨®n, daba ayer cr¨¦dito a la versi¨®n de Rehbock. Considera probable que "el foco del esc¨¢ndalo sea Harles&Jentzsch", de donde salieron "todas las partidas de piensos y de grasas contaminados que hemos detectado hasta ahora". La empresa se declar¨® ayer en suspensi¨®n de pagos.
Aparte de los posibles da?os para la salud de los consumidores, el esc¨¢ndalo ha provocado ya p¨¦rdidas millonarias. Rehbock las cifra en "unos 100 millones de euros". Su empresa ha sufrido ya p¨¦rdidas de 30.000 euros por los 140 animales sacrificados. Es suficiente para que ahora se plantee echar el cierre "por culpa, adem¨¢s, del desprestigio sufrido" por su empresa.
Tambi¨¦n la ministra federal de Consumo, la socialcristiana b¨¢vara Ilse Aigner (CSU) tiene problemas. La oposici¨®n le acusa de pasividad ante el esc¨¢ndalo, mientras ella presiona al Gobierno de Baja Sajonia para que "se retiren del mercado todos los productos afectados". Igual que el granjero Rehbock, Aigner ve indicios de "intenciones criminales" en la producci¨®n de las grasas t¨®xicas: "nuestras informaciones apuntan a que se ocult¨® a las autoridades" el contenido t¨®xico de las grasas. Se sospecha que los due?os de Harles&Jentzsch planeaban mezclar las grasas venenosas con grasas limpias "hasta que los niveles de contaminaci¨®n se vieran rebajados hasta los l¨ªmites legales". Semejante procedimiento es delictivo. Hay cientos de dioxinas diferentes, de toxicidad diversa. Un envenenamiento con cantiles suficientes provoca trastornos inmediatos en el organismo. La ingesta prolongada de cantidades peque?as tambi¨¦n es da?ina, puesto que las dioxinas se eliminan del cuerpo con dificultad y su acumulaci¨®n puede provocar tumores y otras enfermedades.
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