Actuar y no negar la realidad
Madrid sigue muy contaminada. No hay que ser un lince para darse cuenta. Mientras, las administraciones municipal y regional cambian las estaciones de lugar o invocan la intrusi¨®n sahariana para negar la evidencia. Los datos cient¨ªficos, que deber¨ªan inspirar cualquier pol¨ªtica, se ignoran. Ayer, por fin, se reconoci¨® el problema. Pero urge frenar los elevados niveles de contaminaci¨®n en una poblaci¨®n de m¨¢s de cuatro millones de personas.
Algunas actuaciones son inmediatas y muy baratas. Por ejemplo, avisar a la poblaci¨®n. Sigue sin avisarse de una forma masiva. En d¨ªas muy contaminados, como esta semana, sigue habiendo colegios haciendo gimnasia o gente corriendo. Es imprescindible incluir en los medios de comunicaci¨®n avisos de los episodios de contaminaci¨®n y pronosticar los niveles que habr¨¢ ma?ana. Par¨ªs o Nueva York lo hacen.
Pero esta no es la soluci¨®n. La soluci¨®n es bajar los niveles. El coche y la movilidad son claves, suponen cerca del 80% de las emisiones. Es incre¨ªble que todav¨ªa no haya un sistema p¨²blico de alquiler de bicicletas en Madrid. Barcelona, Sevilla, Valencia y Zaragoza los tienen. Y el coste (unos seis millones de euros) no es comparable con la remodelaci¨®n del palacio de Cibeles o de la calle Serrano. Hay m¨¢s. El transporte p¨²blico, las flotas y los taxis deben ser el¨¦ctricos o incluir otros combustibles. Hay que declarar una zona de bajas emisiones. Y en determinados momentos, restringir el tr¨¢fico.
El otro 20% de la contaminaci¨®n son industrias, aunque est¨¦n lejos de la capital. Los d¨ªas que se prev¨¦n niveles peligrosos para la salud deben parar. Es m¨¢s sencillo actuar en estos establecimientos que en el total de los automovilistas de Madrid.
Acaba de aplicarse una restrictiva ley contra el tabaco en los lugares cerrados. Muchos se preguntan por qu¨¦ se es tan duro con la contaminaci¨®n dentro de las casas y nada con la de fuera. Como dice Terry Tamminen, asesor del hasta hace una semana gobernador de California, respirar un d¨ªa en una ciudad contaminada es como fumar media cajetilla de cigarrillos.
Tenemos herramientas, experiencias de otros sitios, m¨¦todos de control y aviso a la poblaci¨®n. Si en vez de negar la realidad o querer cargarnos al mensajero la afrontamos, tenemos todas las garant¨ªas de ¨¦xito.
Fernando Prieto es el coordinador del mayor estudio sobre calidad del aire en Espa?a, realizado por el Observatorio de la Sostenibilidad de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares.
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