Demasiado descentralizados
En las ¨²ltimas semanas se ha abierto en Espa?a un debate sobre el Estado auton¨®mico y su futuro. En t¨¦rminos t¨¦cnicos se trata de un debate sobre el grado ¨®ptimo de descentralizaci¨®n y el encaje institucional de los diferentes niveles de administraci¨®n y gobierno. Es una discusi¨®n tan interesante,como compleja, que requiere leer un poco y pensar algo m¨¢s.
Algunos datos de inter¨¦s. Espa?a es hoy uno de los pa¨ªses m¨¢s descentralizados del mundo en lo que se refiere a competencias de gasto. Si bien es cierto que existe una amplia legislaci¨®n b¨¢sica estatal y que la cesi¨®n de competencias tributarias es significativamente inferior. Adem¨¢s, se trata de una descentralizaci¨®n que gravita sobre el nivel auton¨®mico de gobierno. Las corporaciones locales espa?olas son mucho menos importantes que la media de la Uni¨®n Europea, como demuestran las investigadoras del Institut d'Economia de Barcelona Nuria Bosch y Marta Espasa en el ¨²ltimo n¨²mero de Gaceta sindical.
El 50% de los espa?oles prefiere que sanidad y educaci¨®n se gestionen desde las autonom¨ªas
En segundo lugar, en los pa¨ªses federales con tradici¨®n centenaria es posible observar olas centralizadoras y descentralizadoras, que son detectables solo cuando se ponen las luces largas para observar el proceso, y que suelen tener en su origen choques que afectan de forma profunda a las sociedades como una guerra o una crisis econ¨®mica. Es decir, los procesos de descentralizaci¨®n que no desembocan en secesi¨®n (la mayor¨ªa) tienen camino de vuelta. En Espa?a hemos vivido un extraordinario proceso de descentralizaci¨®n en los ¨²ltimos 30 a?os. Pero no deber¨ªamos descartar la posibilidad de procesos recentralizadores en un futuro.
En tercer lugar, los estudios demosc¨®picos son favorables a la descentralizaci¨®n de servicios a las comunidades auton¨®micos, pero tambi¨¦n a la cooperaci¨®n entre niveles de gobierno. En el estudio publicado por el Instituto de Estudios Fiscales (IEF), Opiniones y actitudes fiscales de los espa?oles en 2007, m¨¢s del 50% de los ciudadanos prefer¨ªan que la sanidad y la educaci¨®n fuesen de competencia auton¨®mica exclusiva o compartida con la Administraci¨®n central y menos del 40% que fuese responsabilidad exclusiva de esta. Otro estudio del propio IEF publicado en 2009 mostraba que, a ojos de los ciudadanos, la sanidad es el servicio p¨²blico que m¨¢s ha mejorado en los ¨²ltimos cinco a?os, y que sanidad y educaci¨®n son los servicios mejor gestionados y con los que los usuarios est¨¢n m¨¢s satisfechos.
En cuarto lugar, y como ejemplo, los presupuestos de la Xunta muestran que los recursos que consume Parlamento, Consello de Contas, Consello da Cultura Galega, Consello Econ¨®mico e Social, Valedor do Pobo, Consello Consultivo, Tribunal da Competencia, Consello Galego de Relaci¨®ns Laborais... apenas si suponen el 0,5% del total.
A partir de todo lo anterior, mi opini¨®n es que, m¨¢s que grandes cambios, debemos hacer peque?os ajustes para que el sistema funcione mejor. Dado el ¨¦xito general del modelo espa?ol en perspectiva comparada, ser¨ªa un error dar un bandazo en estos momentos hacia una amplia recentralizaci¨®n competencial. Una Administraci¨®n descentralizada es m¨¢s cara que una centralizada. Pero la toma de decisiones descentralizada tambi¨¦n genera beneficios significativos en planos muy diversos. Existe una amplia literatura acad¨¦mica al respecto. Como casi siempre, de lo que se trata es de comparar costes y beneficios y buscar el ¨®ptimo.
?En qu¨¦ consistir¨ªan esos ajustes? En primer lugar, hay que plantearse la posibilidad de traspasar competencias auton¨®micas al ¨¢mbito local, teniendo en cuenta la capacidad real de gesti¨®n municipal. A lo mejor hay que proceder a descentralizaciones asim¨¦tricas (distinguir entre municipios grandes y peque?os) o profundizar en f¨®rmulas de cooperaci¨®n vertical (consorcios). Sin duda, este replanteamiento ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil si previamente fusion¨¢semos los municipios m¨¢s peque?os, avanz¨¢semos en la constituci¨®n de ¨¢reas urbanas y metropolitanas y aclar¨¢semos el espacio de las Diputaciones. En segundo lugar, debemos apuntalar el funcionamiento del federalismo cooperativo. Los instrumentos de cooperaci¨®n horizontal (entre autonom¨ªas) y vertical (con la Administraci¨®n central) son fundamentales para evitar disfuncionalidades y aprender de las experiencias de los dem¨¢s. En tercer lugar, habr¨ªa que eliminar duplicidades y solapamientos mediante algunos reajustes competenciales. En cuarto lugar, habr¨ªa que preguntarse si la experiencia demuestra que la descentralizaci¨®n de alguna de las competencias hoy en manos de las comunidades aut¨®nomas plantea m¨¢s problemas que ventajas. Es l¨®gico y comprensible que los partidos nacionalistas y regionalistas traten de ampliar siempre el listado de competencias descentralizadas. Pero esa l¨®gica puede tener costes significativos en t¨¦rminos de coste, eficiencia o calidad del servicio. En quinto lugar, la Administraci¨®n central deber¨ªa adaptarse a la configuraci¨®n de un Estado descentralizado. En particular, para labores de coordinaci¨®n en sanidad, educaci¨®n, servicios sociales, vivienda... llegar¨ªa con tener un ¨²nico ministerio y varias secretar¨ªas de Estado.
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