Reforma o ruptura, el dilema de T¨²nez
La par¨¢lisis por la falta de gobierno lleva al hartazgo a la sociedad tunecina
La educaci¨®n primaria y secundaria est¨¢ paralizada, cientos de empresas mantienen paradas las m¨¢quinas, el Gobierno ha perdido a un tercio de sus ministros y la econom¨ªa de T¨²nez se resiente gravemente cada minuto que pasa. As¨ª las cosas, los m¨®viles y Facebook comenzaron a echar humo la noche del lunes cuando miles de ciudadanos se dieron cita en el centro de la capital para protestar ayer por el desgobierno instalado en T¨²nez. No es gratuito que horas antes el jefe del Ej¨¦rcito, Rashid Ammar, saliera a la palestra para advertir del enorme peligro de que se genere un vac¨ªo de poder y garantizar que "el Ej¨¦rcito proteger¨¢ la revoluci¨®n". Palabras que han sido interpretadas como un llamamiento a los manifestantes originarios del castigado sur del pa¨ªs, que abarrotan la plaza donde se ubican las principales dependencias del Ejecutivo, para que abandonen la protesta que exige la dimisi¨®n fulminante de los ministros que sirvieron al dictador Zine el Abidine Ben Ali.
Est¨¢ previsto que hoy se anuncie la composici¨®n del nuevo Gabinete
Si comienza a apaciguarse la revuelta civil se sabr¨¢ pronto porque el portavoz del Gobierno asegur¨® anoche que hoy se anunciar¨¢ la composici¨®n del nuevo Gabinete. El secretario general adjunto de la Uni¨®n General Tunecina del Trabajo (UGTT), Abed Briki, part¨ªcipe en la negociaci¨®n, precisaba a este diario: "Haremos una concesi¨®n. Ghanuchi podr¨¢ permanecer en el cargo". Exig¨ªa Briki que fueran destituidos algunos ministros que ostentan las carteras m¨¢s importantes: Ahmed Kria, titular de Interior, y Reda Grira, responsable de Defensa, entre otros. Tal vez por ah¨ª pase un compromiso que, no obstante, es rechazado sin tapujos por los habitantes que iniciaron la revuelta en el centro de T¨²nez el 17 de diciembre.
Unida en su ira contra el aut¨®crata, la divisi¨®n aflor¨® en la sociedad tunecina. A partir de las tres de la tarde, abogadas, m¨¦dicos, profesoras universitarias, empresarios y un par de miles de profesionales acomodados se rebelaban contra la par¨¢lisis que atenaza al pa¨ªs magreb¨ª. No sal¨ªan a las calles desde que Ben Ali se fug¨® a Arabia Saud¨ª. Muchos apoyaban al Gobierno de Mohamed Ghanuchi, m¨¢s por la imperiosa necesidad de recobrar la normalidad que por su afecto al Ejecutivo. Son partidarios de empujar el proceso democr¨¢tico gradualmente. Pero enfrente, en la misma avenida Habib Burguiba, gritaban quienes reclaman un cambio radical y partir de cero. Son m¨¢s.
La UGTT, sindicato ¨²nico, fue diana de la rabia de los pragm¨¢ticos por haber promovido las huelga de maestros y el paro general convocado para hoy en Sfax, segunda ciudad de T¨²nez. Sus sedes fueron atacadas en tres ciudades. "Durante una revoluci¨®n es normal que se atraviese un periodo de inestabilidad", comentaba Mustaf¨¢ Ben Amed, dirigente del sindicato, aparentemente insensible a la furia de quienes permanecen ociosos en sus casas.
Eso s¨ª, todos temen tambi¨¦n, y de qu¨¦ manera, la injerencia de las potencias extranjeras occidentales y de sus vecinos: Argelia y Libia. Pero el mayor rechazo, incluso entre las ¨¦lites intelectuales, lo cosechaba Jeffrey Feltman, secretario de Estado adjunto de Estados Unidos, llegado la v¨ªspera a la capital. "No estoy ni a favor ni en contra del Gobierno, pero no queremos que nadie venga a dictarnos lo que tenemos que hacer. Ya sab¨ªan que Ben Ali era un dictador brutal y EE UU aprobaba su gesti¨®n porque favorec¨ªa sus intereses". Quien esto dec¨ªa no era un manifestante del marginado sur agr¨ªcola. Era Riad Tarjane, un ingeniero acompa?ado por dos hermanos, los tres pol¨ªglotas, con estudios superiores e impecablemente vestidos. "Feltman, persona non grata", rezaba una pancarta que a?ad¨ªa: "Todo se decide en la Embajada de EE UU".
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