El presidente de Yemen renuncia a ser reelegido tras 32 a?os en el poder

Como en T¨²nez primero y en Egipto despu¨¦s, las medidas anunciadas ayer por el presidente de Yemen, Ali Abdal¨¢ Saleh, resultaron insuficientes y tard¨ªas para la oposici¨®n. A pesar de que Saleh se adelant¨® a la movilizaci¨®n popular anunciada para hoy y se comprometi¨®, como su hom¨®logo egipcio apenas 12 horas antes, a no presentarse a la reelecci¨®n, a no pasar el testigo del poder a su hijo y a entablar un di¨¢logo con los opositores, estos rechazaron desconvocar el d¨ªa de la ira. A diferencia de T¨²nez y Egipto, Yemen es un pa¨ªs de estructuras tribales, la mayor¨ªa de cuyos varones est¨¢n armados, y en el que ha puesto el pie Al Qaeda, lo que hace temer que se convierta en una nueva Somalia.

El mandatario se compromete a no ceder el cargo a su hijo Ahmad

"El D¨ªa de la Ira ser¨¢ organizado y ordenado", asegura un l¨ªder islamista

"Estoy contra la renovaci¨®n de mi mandato y contra la transmisi¨®n hereditaria del poder", declar¨® el presidente yemen¨ª en una reuni¨®n extraordinaria de las dos c¨¢maras del Parlamento, a la que tambi¨¦n asistieron altos cargos del Ej¨¦rcito. Despu¨¦s de 32 a?os en el poder, el mandato de Saleh, un aliado clave de EE UU en la lucha contra Al Qaeda, debe acabar en 2013.

Su partido, el Congreso General Popular (CGP), ha tratado de avanzar reformas constitucionales que le hubieran permitido gobernar de por vida. Tambi¨¦n exist¨ªan crecientes rumores de que intentaba pasar la vara de mando a su hijo mayor, Ahmad, jefe de la Guardia Republicana, el cuerpo de ¨¦lite del Ej¨¦rcito.

Saleh dijo que hab¨ªa decidido "suspender esos cambios constitucionales en pro del inter¨¦s nacional". El presidente pidi¨® a la oposici¨®n que cancelara "las protestas, concentraciones y sentadas" organizadas para hoy y que retome el di¨¢logo con el CGP, interrumpido desde que convoc¨® elecciones legislativas el 27 de abril sin esperar al resultado de las negociaciones para reformar el sistema pol¨ªtico. Con ese objetivo, se mostr¨® dispuesto a retrasar los comicios y a formar un Gobierno de unidad nacional.

Aunque el hasta ahora hombre fuerte de Yemen hab¨ªa anunciado durante los ¨²ltimos d¨ªas diversas medidas para aplacar a los manifestantes (desde una reducci¨®n de impuestos a una subida de los sueldos de los funcionarios, hasta un reajuste de las tasas universitarias y una ampliaci¨®n de la cobertura de la Seguridad Social), ayer hizo su mayor gambito para intentar alejar el torbellino que aqueja a otras capitales ¨¢rabes. Sin embargo, Saleh no logr¨® evitar el desaf¨ªo de la oposici¨®n.

"Consideramos que se trata de una iniciativa positiva y esperamos los siguientes pasos concretos", respondi¨® el partido islamista Islah a trav¨¦s de su vicesecretario, Mohammed al Saadi. Pero en cuanto a la manifestaci¨®n de hoy "el plan sigue y ser¨¢ organizado y ordenado", asegur¨® Al Saadi citado por la agencia Reuters.

No est¨¢ claro si la oposici¨®n, que boicote¨® la sesi¨®n parlamentaria, simplemente desconf¨ªa de las palabras de Saleh, quien ayer emple¨® un tono inusualmente conciliador, o si se ha envalentonado ante las im¨¢genes que llegan de Egipto y T¨²nez. Su intento de movilizar a los yemen¨ªes contra los planes del presidente para perpetuarse en el poder fracas¨® en diciembre. Sin embargo, el pasado viernes miles de personas se concentraron en San¨¢ y otras ciudades del pa¨ªs. Junto a los esl¨®ganes por la carest¨ªa de la vida, se oyeron por primera vez llamamientos a que Saleh deje el poder.

"No toleraremos el caos", advirti¨® ayer el presidente. Pero para muchos yemen¨ªes el caos es la situaci¨®n econ¨®mica que tiene a la mitad de sus 23 millones de habitantes viviendo con menos de dos d¨®lares al d¨ªa y a un tercio con desnutrici¨®n cr¨®nica, o con los esfuerzos en la lucha contra Al Qaeda para satisfacer a EE UU y Arabia Saud¨ª, mientras en el sur del pa¨ªs crece el movimiento secesionista y la paz con los insurrectos huthis se mantiene precaria en el norte.